Miércoles, 24 de Abril de 2024

El realismo maravilloso de la noche en La Paz

UruguayEl Pais, Uruguay 12 de julio de 2018

En la ciudad de La Paz había un bar llamado El Averno

En la ciudad de La Paz había un bar llamado El Averno. Durante los gobierno militares de Bolivia entre las décadas de 1960 y 1980, algunos perseguidos políticos iban a parar allí en la búsqueda de un refugio nocturno y clandestino. Otros simplemente paraban por el alcohol y el jolgorio bohemio que ofrecía ese rincón de la noche paceña.
El cineasta Marco Loayza no aclara si alguna vez conoció el mítico establecimiento nocturno, aunque sí lo tiene presente. "La ciudad de la Paz siempre ha tenido una vida nocturna muy fuerte, casi escondida" dice en conversación con El País. "Y siempre ha tenido espacios que muchos no saben si existieron realmente o no".
Los misterios nocturnos de la capital boliviana, al igual que la mitología de los diferentes pueblos indígenas de la nación, son explorados en la última película de Loayza, titulada casualmente, Averno . La aventura fantástica se estrena hoy en la Sala B del Auditorio Nelly Goitiño y estará en exhibición hasta el 29 de julio inclusive.
El Averno que imagina Loayza es uno diferente al de la realidad. En la ficción, que el director también escribió, el bar es uno en el que conviven tanto los vivos como los muertos. Tupah, un joven lustrabotas sin aparentemente muchas ambiciones o cualidades, tiene que encontrar el antro fantástico para rescatar de la muerte a su tío, el músico Jacinto, a pedido de un extraño misterioso.
Averno ganó recientemente el premio a Mejor película latinoamericana en la última edición del Buenos Aires Festival Internacional (BAFICI). Es, además, la primera coproducción entre Bolivia y Uruguay. Desde el país se aportó la dirección de fotografía de Nelson Wainstein -quien también ejerció como productor ejecutivo- y la posproducción de sonido.
En agosto participará en el Festival Internacional de Cine de Gramado, junto a Mi Mundial y la coproducción entre Uruguay, Paraguay y otros países, Las herederas .
Loayza, cuyo debut como director C uestión de fe conquistó decenas premios internacionales entre 1995 y 1996, describió la experiencia de rodaje de Averno como una de las más demandantes de su carrera. > Con un rodaje realizado principalmente en las noches y cerca de 40 personajes secundarios, la película es un recorrido entre escenarios fantásticos que alteran los bares y rincones de La Paz para transformarlos en una odisea mágica que también tiene elementos de suspenso y drama adolescente.
Se podría que en la imaginación de Loayza hay referencias a After Hours de Martin Scorsese, el clásico de culto The Warriors de Walter Hill y hasta Coco, la animación basada en la cultura mexicana de Pixar.
En la aventura de Tupah, interpretado por el joven Paolo Vargas, también hay elementos de la estructura narrativa del viaje del héroe, establecido por Joseph Campbell, con el protagonista enfrentando diferentes pruebas y conociendo tanto aliados como enemigos.
"Bolivia es una sociedad que no tiene héroes. Tiene mártires", acota Loayza. "Era importante poder plantear el nacimiento de un héroe propio, asignado por el destino de la situación".
El realismo mágico y las citas a Gabriel García Márquez han sido utilizados para describir a Averno , que aún sigue en cartel en Bolivia desde su estreno en enero. Sin embargo, el director, que ya se encuentra trabajando en un nuevo largometraje, tiene otro término en mente. "Cuando se habla de realismo mágico te imaginas el Caribe y el calor. Creo que hay realismo mágico en toda América Latina. Es una manera diferente de entender al mundo. Un modo extremo para ver la realidad. Es más bien un realismo maravilloso".
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