Trump siembra desconcierto
Pocas veces en la historia reciente, un presidente norteamericano ha recibido tantas y tan duras críticas como ha sucedido con Donald Trump con motivo de la reciente cumbre realizada en Helsinki, donde se reunió con su par ruso, Vladimir Putin
Pocas veces en la historia reciente, un presidente norteamericano ha recibido tantas y tan duras críticas como ha sucedido con Donald Trump con motivo de la reciente cumbre realizada en Helsinki, donde se reunió con su par ruso, Vladimir Putin. Trump eligió allí -en conferencia de prensa- desautorizar insólitamente a sus propios servicios de inteligencia al sostener que la Federación Rusa no interfirió en las últimas elecciones presidenciales norteamericanas.
El hecho de exonerarlo públicamente de toda responsabilidad derivó en que lo defenestraran hasta sus propios correligionarios del Partido Republicano. Desde la oposición, en tanto, se escuchó una palabra preocupante: "traición".
Con el fin de tratar de explicar cuáles pudieron haber sido las razones de la extraña conducta de Trump, reaparecieron versiones que sugieren que la Federación Rusa tiene en su poder alguna evidencia que puede comprometerlo personalmente, llamada usualmente por los rusos "kompromat".
Dirigentes del Partido Demócrata sugieren que habría algún video referido al presidente norteamericano, que documentaría conductas reprobables, reñidas con lo que se espera del proceder de un líder mundial.
Una vez más, Trump transmitió la sensación de estar cómodo en sus conversaciones con los líderes de algunos de los países más autoritarios del mundo. En primer lugar, con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. Y, ahora, respecto de la Federación Rusa.
Desconcertados, los aliados tradicionales de los Estados Unidos procuran anticipar las posibles consecuencias del acercamiento entre Trump y Putin.
La desmentida del mandatario norteamericano sobre sus declaraciones en Helsinki, realizada al regresar a Washington, no colabora en la comprensión de sus variables e inesperadas actitudes . Por el contrario, acrecienta el desconcierto.