Una nueva etapa para la exploración espacial

Por tomás unger

En el 2011, el transbordador espacial Atlantis hizo su último vuelo y marcó el fin de las misiones con estas naves. Recientemente cumplieron 30 años de servicio, que comprendieron los 13 años (1998-2011) que duró la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI). Desde que fueron retirados, el traslado de astronautas al espacio solo se lleva a cabo a través de la nave rusa Soyuz, que ?sin competencia? ha subido el costo por asiento a 81 millones de dólares.

?Transporte comercial?

Además de los rusos y la NASA, en la EEI también son socios la agencia espacial japonesa (JAXA), la europea (ESA) y la canadiense (CSA). Sin embargo, nadie ?a excepción de los rusos? tiene un vehículo para transportar astronautas. En total se ha llevado a cabo hasta hoy 88 vuelos para llevar personal a la EEI. La última visita de un trasbordador a la estación fue en julio del 2011, hace más de 7 años. De ahí en adelante fueron solo en el Soyuz.

Mientras tanto, la NASA ha iniciado un programa que está cambiando el enfoque de la exploración espacial y bajando sustancialmente sus costos. Se trata de los Servicios Comerciales de Transporte Orbital (COTS). El año pasado describimos los diversos vehículos propuestos y los que ya estaban funcionando, llevando suministros a la estación espacial. Hoy en día hay una serie de compañías enfocadas en esta clase de proyectos, entre las que destacan SpaceX, Orbital Sciences, Boeing.

SpaceX ya ha probado en varias ocasiones su cohete de lanzamiento Falcon 9. Además, su cápsula Dragon ya está preparada para transportar astronautas. Ha sido probada por 7 años llevando carga a la EEI. Esta nave es un cilindro de 6,1 metros de largo y 3,7 metros de diámetro. Tiene una sección presurizada con un volumen de 10 metros cúbicos. Tiene también un compartimiento de carga de unos 14 metros cúbicos, así como un acoplado de 34 metros cúbicos. Ambos no están presurizados. Vacío pesa 4,2 toneladas y su capacidad de carga es de 6 toneladas. De regreso a la Tierra puede llevar 3,5 toneladas.

También será probado el Starliner de Boeing, con 5 metros de largo y 4,56 de diámetro. Posee un volumen de 11 metros cúbicos y capacidad para 7 tripulantes. Su peso de lanzamiento es de 13 toneladas y será probado por primera vez a principios del 2019. El Starliner, a diferencia de todas las naves espaciales estadounidenses, aterrizará en tierra firme y no en el agua. Su aterrizaje será amortiguado por bolsas de aire.

Starliner será lanzado a bordo de un cohete Atlas 5 desde Cabo Cañaveral. En el caso del Dragon de SpaceX, su medio de lanzamiento será el cohete Falcon, que ya ha ido varias veces a la estación espacial y vuelto, aterrizando en una plataforma en el mar. Es el único cohete de lanzamiento recuperable y reusable.

?Astronautas?

La NASA ya ha establecido en el calendario y nombrado a los astronautas que irán en Dragon. El piloto de prueba es el coronel Mike Hopkins, que ha pasado 166 días en la EEI y ha caminado en el espacio. Su copiloto será el comandante de marina Victor Glober. Los astronautas asignados para la primera misión del Starliner son la capitana de la marina Sunita Williams, que ha pasado 322 días en la EEI y se graduó de astronauta en 1998. Su copiloto será el comandante de la Marina Josh Cassada, que hará su primer viaje al espacio.

También han sido nombrados los pilotos del Starliner y los astronautas que harán el viaje inaugural. Para Starliner, el ex piloto de transbordador Eric Boe y la comandante Nicole Mann de la Infantería de Marina, que hará su primer vuelo espacial.

Todos los vuelos, tanto los de prueba como los de viajes a la EEI están programados para fines de este año y principios del 2019. El último vuelo de prueba será con la tripulación completa en la primera mitad del 2019.

?El gran cambio?

Desde que comenzó la competencia de empresas privadas por participar en la exploración espacial, los costos comenzaron a bajar. Boeing recibió un adelanto de 4,5 millones y SpaceX de menos de 3 millones. Lograron llevar carga a la estación espacial. El costo por peso fue una pequeña fracción del costo de un asiento en el Soyuz.

Otro logro, el primero de este tipo en la era espacial, es el Falcon. Se trata del primer cohete reusable que aterriza en una plataforma en el mar y no sufre ningún daño, llevando la carga hasta la órbita, a 400 kilómetros de altura. El Falcon está equipado con motores que lo dirigen y frenan su caída. Un sistema que ha demostrado funcionar perfectamente.

?Privatizando la EEI?

Dados los planes para el futuro que tiene la NASA, incluido un posible viaje a Marte, el costo de mantenimiento de la estación espacial es demasiado alto. Cuatro mil millones de dólares al año son excesivos y se está preparando un plan para privatizar esta plataforma flotante. Se trata de encontrar entidades privadas que se interesen en utilizar partes de la EEI. Además de un centro de observación y un posible módulo de comunicaciones, no se descarta su uso para visitas turísticas.

Las opciones son muchas, pero están limitadas por los acuerdos internacionales que la NASA ha firmado en 1998 para obtener la colaboración de otros países. De todos modos, el cambio es importante y va a tener consecuencias, algunas inmediatas y otras a largo plazo.

Si se toma en cuenta que las actividades de la NASA no son en su mayor parte de servicio público, la innovación y la experimentación tienen un gran campo y un gran incentivo para bajar costos cuando existe la competencia. Es probable que los otros países participantes tomen una actitud similar, lo cual tendría el efecto de bajar los costos de la exploración espacial, y en opinión de muchos, acelerarla.