Viernes, 19 de Abril de 2024

‘Tierra quemada’ de Trump sacude las elecciones legislativas

ColombiaEl Tiempo, Colombia 18 de agosto de 2018

Cualquier otro presidente estaría vanagloriándose del aumento en el crecimiento de EE

Cualquier otro presidente estaría vanagloriándose del aumento en el crecimiento de EE.UU. En menos de tres meses, los republicanos de Donald Trump pudieran perder el control del Congreso. Sin embargo, el Sr. Trump se está enfocando en todo menos en la economía. Ya sea que esté inquieto por el juicio de su ex gerente de campaña, calificando a los medios como enemigos del pueblo, o intensificando su purga del llamado Estado profundo, el Sr. Trump no puede apegarse al guión de las elecciones de mitad de periodo. La pregunta es adonde lo conducirá este comportamiento. El resultado final no va a ser positivo. Dos eventos dictarán la segunda mitad del mandato del Sr. Trump. El primero es la conclusión de la investigación de Robert Mueller. Los abogados del Sr. Trump temen que él se encuentra en medio de un dilema: si se niega a ser interrogado por el Sr. Mueller, implica culpa; si acepta serlo, conlleva un enorme riesgo de perjurio. Ambos caminos conducen a un posible desastre. El segundo evento es la probable derrota republicana en las elecciones de mitad de período en noviembre. Una toma de poder de la Cámara de Representantes, y posiblemente del Senado, por parte de los demócratas empujará al Sr. Trump a donde él se siente más cómodo: oponiéndose al ‘pantano de Washington’. Criticar a Washington - ya sea un Congreso demócrata, el creciente grupo de anteriores simpatizantes, ahora desleales, del Sr. Trump, o la burocracia federal - serviría como trampolín para la campaña de reelección del Sr. Trump de 2020. Los demócratas anhelan derrotar arrolladoramente al presidente en noviembre. Pero el aislamiento del Sr. Trump también favorecería su punto fuerte, el cual es hacer campaña en lugar de liderar. Como mínimo, los demócratas utilizarían su poder de citación para exponer los interminables conflictos de interés de la administración Trump; pudieran complicarle la situación por el resto de su mandato. Como máximo, pudieran embarcarse en un proceso de destitución. La política estadounidense ha estado atrapada en una permanente campaña durante décadas. Con cada ciclo, las próximas elecciones parecen comenzar cada vez más pronto. El resultado en 2020 será más crítico para el futuro del mundo que cualquier elección en la historia moderna. Numerosas personas todavía le atribuyen la victoria del Sr. Trump en 2016 a una serie de accidentes. Hillary Clinton era un blanco extraordinariamente fácil. James Comey era un inusualmente inepto director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés). El país no estaba preparado para las noticias falsas, tanto suministradas por Rusia como producidas en el país. Además, el Sr. Trump perdió el voto popular por más de 3 millones. Las peculiaridades del sistema electoral se flexionaron a su favor. Más que nada, el Sr. Trump quiere eliminar ese estigma. Una segunda victoria por parte del Sr. Trump confirmaría los peores temores a nivel mundial. Enviaría una clara señal de que EE.UU. ha permanentemente alterado su carácter. Habiendo ya visto al Sr. Trump en acción, EE.UU. habría indicado que quería más de su tipo de ‘liderazgo’. El mundo pos-EEUU surgiría rápidamente. Los demócratas saben esto; también saben que la forma en que el Sr. Trump cree que puede lograrlo es tildándolos de enemigos del pueblo. Los líderes del partido también sienten que el Sr. Trump pudiera beneficiarse de un proceso de destitución de la misma manera que sucedió con Bill Clinton en 1998. Mientras más profundo fuera el estancamiento en Washington, mayor sería el clamor del Sr. Trump por un liderazgo autoritario para acabar con él. Su retórica indica que ése sería su tipo de campaña. Prepárense. Ya está comenzando. Eso nos trae de vuelta al tema de la economía. ¿Por qué desviaría el Sr. Trump la atención de su éxito? La bolsa de valores está alta. El crecimiento pudiera superar el 3 por ciento en 2018. El desempleo está cerca de unos mínimos históricos. Pero eso no es suficiente. Gran parte del crecimiento actual es el resultado temporal del recorte de impuestos del pasado diciembre. Sus efectos se debilitarán. Las posibilidades de una recesión antes de 2020 están aumentando. Además, la mayoría de los estadounidenses no sienten el auge actual. Las inesperadas ganancias tributarias han conducido a un aumento en las recompras de acciones y en el pago de los ejecutivos. No se han incorporado a los aumentos de salario real. Tampoco han traído de vuelta significativos trabajos de fabricación. La mayor parte del crecimiento del mercado laboral se encuentra en el sector de servicios básicos. Es por eso que el Sr. Trump se está enfocando en los aranceles como el elixir de la grandeza estadounidense. Él publica tuits acerca de los aranceles tanto como lo hace sobre las noticias falsas. Y él agregará dos enemigos más a su lista: China y la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. En cuanto al primer enemigo, el Sr. Trump alegará que es responsable de destruir la economía estadounidense. Se puede anticipar que el presidente aplicará aranceles a todas las importaciones chinas para noviembre. En cuanto al segundo, él alegará que la Fed está socavando la economía que él ha trabajado para fortalecer. Para 2019, el Sr. Trump sin duda caracterizará a la Fed como un miembro honorario del Estado profundo. Cualquier otro presidente estaría tratando de aprovechar la fuerte economía. Cualquier otro también se estaría preparando para gobernar desde el centro después de una derrota de mitad de período. Pero la historia del Sr. Trump está impulsada por la traición. Su política vive a través de esa narrativa y al final morirá debido a ella. La pregunta es, ¿qué más derribará este presidente en su descenso?
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