Jueves, 25 de Abril de 2024

La autonomía e independencia en los niños no es algo innato, se debe enseñar paso a paso

ChileEl Mercurio, Chile 23 de septiembre de 2018

Resolver tareas y desafíos por sí mismos es una habilidad que se desarrolla. Los padres deben incentivar estas conductas desde temprano siguiendo algunos consejos y destinando tiempo, dedicación y energía.

"Hay papás que llegan con el niño a la sala, le sacan la colación de la mochila, le cuelgan la parka... o nos dicen 'tía, si le da calor, sáquele el chaleco', en vez de enseñarle a sacárselo", dice Jacqueline Valle, educadora de párvulos que ha visto pasar por su sala a varias generaciones de preescolares.
En el colegio, las cosas no mejoran mucho. Un estudio sobre el papel de la educación chilena en el desarrollo humano, realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluye que un "gran desafío" es favorecer el ejercicio temprano de la autonomía, "condición clave para un desempeño autoeficaz y para potenciar el bienestar subjetivo".
"La autonomía es un aspecto que está en tierra de nadie", corrobora Magdalena Arellano, psicóloga y directora de la Fundación Cuida Futuro, que trabaja entregando habilidades de crianza a padres y cuidadores principales.
"Los padres y el colegio consideran que el otro no está cumpliendo su rol y se pimponean la responsabilidad, esperando que el otro se haga cargo", explica.
Y es que la autonomía y la independencia no surge de forma innata, añade el psicólogo y terapeuta familiar Benjamín Reyes, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes. Al contrario, "inculcarlas a los niños requiere esfuerzo, tiempo y energía, y mucha".
La buena noticia es que si se invierte tiempo y paciencia, a futuro no solo tendremos niños capaces de actuar en forma independiente y con criterio para tomar decisiones cotidianas y adaptarse a la adversidad. En el camino desarrollarán confianza en sí mismos, perseverancia, tolerancia a la frustración y capacidad de fijarse metas y planificar los pasos para lograrlas.
"El primer paso para enseñar autonomía es que el cuidador sea una base segura y disponible, que guíe la conducta del niño, lo acompañe y le permita explorar el mundo", señala Magdalena Cruz, psicóloga de Cuida Futuro.
Reyes agrega que es importante confiar en las capacidades de los hijos y estar atentos a lo que ya pueden empezar a hacer solos. Arellano propone preguntárselos directamente: "¿Sabes cómo abrir el yogur?, ¿quieres preparar tu mochila para mañana?, de manera que sienta que la tarea es de él".
Luego, dicen Cruz y Reyes, es aconsejable dividir la tarea en pequeños pasos, para que la haga en forma progresiva. Por ejemplo, en vez de "lávate los dientes", partir por indicaciones concretas: "moja el cepillo y pon la pasta". Y una vez que eso ya está resuelto, enseñar el siguiente paso.
"Eso requiere que estés al lado, le muestres cómo hacerlo, que al principio quizás hagas tú una parte y él otra, y luego estar en el baño, pero sin intervenir, hasta dejarlo solo, pero después pedirle que te muestre cómo quedaron los dientes. No es dar la instrucción y olvidarse. Hay que estar atento a la tarea y su resultado", añade Arellano.
Andrea Hurtado lo ha hecho así con sus hijos. "Pedro (5 años), el más chico, se pone solo el piyama, pone la mesa acompañado de alguno de sus hermanos mayores y lleva su plato a la cocina cuando terminamos de comer", cuenta. Y ya hay cosas que no deja que otros hagan por él, como abrocharse la ropa o sacar sus cosas de la mochila y ordenarlas en el colegio.
Jacqueline Valle entrega algunas recomendaciones que en el jardín donde trabaja ponen en práctica a diario: "Si el niño dice que tiene sed o que hace frío afuera, en vez de darle un vaso de agua o ponerle un chaleco, le preguntamos '¿cómo se puede solucionar? Y él mismo va a dar la respuesta y hacerlo: 'voy a tomar agua', 'me voy a abrigar'".
Reyes agrega que a medida que los niños van creciendo, "es importante ir compartiendo con ellos las dificultades cotidianas de la casa y cómo resolverlas: organizar los tiempos, repartir tareas, pedirles su opinión y considerarlos en las planificaciones". De lo contrario, agrega, "si creemos que al cumplir 15 años automáticamente se van a transformar en jóvenes independientes sin que hayan aprendido todas las habilidades que requiere la autonomía, estamos en problemas".
Para tener en cuentaDar autonomía a un niño requiere no perder de vista algunos requisitos básicos, señalan los especialistas:
n Permitir que haga elecciones y respetar sus preferencias.
n Darle tareas o desafíos reales utilizando elementos que usan los adultos. Por ejemplo, servir algo en su plato o ir a buscar un producto cuando estén en el supermercado.
n Dejarlo esforzarse; si algo implica varios intentos, mayor será la satisfacción del logro.
n Si tiene un problema , no le dé la solución. Pregúntele primero cómo lo resolvería.
n No lo sermonee si comete un error. Empatice con su frustración y luego pregúntele, "si vuelve a pasar, ¿cómo lo harías de otra forma?".
n Déjelo hablar , no responda por el niño ante preguntas de terceros. Dé espacio para que se exprese.
n Tenga paciencia : aún si la tarea no queda perfecta o demora una eternidad, piense que importa más el proceso que el resultado.
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