Más recambio, por favor
Que la selección chilena hoy está dando signos evidentes de agotamiento y de falta de ideas, no caben dudas
Que la selección chilena hoy está dando signos evidentes de agotamiento y de falta de ideas, no caben dudas. El duro traspié sufrido por la Roja ante Perú (3-0) en Miami así lo indica. El equipo de Reinaldo Rueda no es ni vertical ni destaca por la posesión del balón. No es arriesgado ni resalta por la correcta elaboración. Defiende mal en el uno contra uno. Hace mal las coberturas. Tiene la pelota, pero no la administra bien. Genera poco. Casi no convierte...
Claro, Chile hoy es todo eso. Decepción pura. Y se resiente más el orgullo al compararse con esos buenos tiempos vividos hace poco cuando el mundo futbolero -impresionado y también un tanto extrañado- aplaudía a un equipo que no solo sabía jugar y ganaba sino que, a ratos, también encantaba por esa mezcla de irreverencia y brillantez que sus jugadores más emblemáticos mostraban ante cualquier rival.
Claro, hoy las cosas no son lo mismo. Ni por asomo. Y la desesperanza, el enojo y la rabia comienzan a entremezclarse y se meten a la juguera para elaborar respuestas a la gran pregunta: ¿Qué pasó?
Los dardos se apuntan siempre al principio al blanco más cercano. Los detractores no tienen dudas: Reinaldo Rueda y su proceso (maldita palabra que nos trae recuerdos de fracaso) están matando lo que resta de nuestra piel ganadora. Con esta idea "absurda" del DT colombiano de no llamar a los viejos robles que aún están por encima de todo y de todos, pasamos rabias y tragos amargos como ante los peruanos. El recambio es un invento, un verso. Hay que jugar con los que estén bien. Siempre, aunque sean en amistosos FIFA. El resto es música.
Curioso. El argumento se cae por sí solo al momento de tirarlo a la mesa. Porque precisamente lo que ha pasado desde que asumió Reinaldo Rueda es que éste no ha podido realizar un recambio como Dios manda. No ha utilizado jóvenes que hacen sus primeras armas en la selección ni menos Sub 20 que se puedan mencionar como apuestas a futuro. Nada de eso. Rueda, hasta ahora, solo ha intentando administrar el pobre trabajo de búsqueda de reemplazos de sus antecesores y, a la vez, intentar sostener el plan con una base de jugadores de élite que están en el inicio de la curva de su declive, o en momentos poco propicios en lo individual. Y que, para peor, no son permeables a las propuestas del entrenador colombiano.
Es cosa de sacar cuentas. Ante Perú, la mitad del equipo titular (Isla, Mena, Medel, Fernández y Vidal) fue base del mejor momento de la llamada "generación dorada". Uno (Junior Fernandes) ya tuvo apariciones con Jorge Sampaoli, y otros cuatro (Roco, Maripán, Sagal y Castillo) fueron utilizados alguna vez por Juan Antonio Pizzi. Solo el portero De Paul tuvo su debut (y después se agregó Dávila). Fue, entonces, ¿la generación del recambio la que fue goleada por Perú?
No pues.
Entonces, más allá de estar esperando con desesperación el retorno de "los de verdad" (Díaz, Valdivia, Beausejour y Vargas) , lo que se hace necesario es buscar más alternativas a ellos, insistir en caras nuevas que tengan la capacidad de absorción a los nuevos principios. Es decir, es imprescindible más y más recambio y más y más pruebas para formar la nueva generación. La otra, ya cumplió. Asúmanlo.