Sábado, 20 de Abril de 2024

La tributaria que no fue

ColombiaEl Tiempo, Colombia 13 de noviembre de 2018


César Caballero Reinoso*
El proyecto tributario del gobierno tienen pocas probabilidades de ser aprobado, por tres razones: primero, lo presentó tarde, debió hacerlo en agosto, pero se tardó hasta el último día de octubre; cualquier tropiezo, la ausencia de un parlamentario o un retraso no previsto, hará imposible su aprobación


César Caballero Reinoso*
El proyecto tributario del gobierno tienen pocas probabilidades de ser aprobado, por tres razones: primero, lo presentó tarde, debió hacerlo en agosto, pero se tardó hasta el último día de octubre; cualquier tropiezo, la ausencia de un parlamentario o un retraso no previsto, hará imposible su aprobación. Segundo, no aseguró el respaldo del partido político de gobierno. Su jefe natural ya anunció su rechazo al IVA, la columna vertebral de la propuesta. Con ellos no era suficiente para pasarlo, se necesitaban más apoyos de otros partidos, pero sin el Centro Democrático es improbable que alguien lo respalde. Tercero, su vocero natural, el Ministro de Hacienda, decidió no salir a explicarla ni defenderla, posiblemente reconociendo su debilidad en los escenarios públicos por el debate de los bonos de agua. Las tres razones, presentarlo tarde, no contar con el respaldo de su propio partido y la ausencia de su vocero natural, son responsabilidad del gobierno, estaba en sus manos y fue quien en los tres temas se equivocó. El país necesita una reforma tributaria, y la presentada por el gobierno tiene algunos elementos que considero positivos: eliminar la exención a los ingresos de las altas pensiones para convertirlas en base gravable, lo cual contribuye a disminuir una forma de inequidad. El intento de unificar los bienes hoy gravados con IVA con tarifas diferenciales, lo cual simplifica el sistema y lo hace más transparente. Reconoce la necesidad de fortalecer a la Dian y luchar contra la evasión y, finalmente, aumentar las tarifas de renta de las personas naturales con altos ingresos laborales. Tiene cosas que se pueden discutir y mejorar. Por ejemplo, si en realidad se necesita una reforma de 14 billones de pesos, o con el nuevo escenario de ganancias de Ecopetrol, los requerimientos serán menores; los cambios en la escala de impuesto de renta para asalariados; si es conveniente cargar la mano a las personas naturales para generar grandes alivios a las empresas. También contiene medidas inconvenientes: primero una nueva amnistía tributaria para quienes tienen empresas, por ejemplo en Panamá, con bienes y activos no declarados en Colombia, lo cual genera suspicacias, pues la misma ya funcionó por tres años y no se entiende por qué repetirla, ni en beneficio de quien. Segundo, bajar la tarifa del IVA, que nadie estaba solicitando y no parece ser un camino ni serio, ni responsable. Tercero, intentar grabar la canasta básica con el IVA, lo cual ya ha sido rechazado jurídicamente y puede tener un golpe sobre el consumo, cuando nuestra economía está ganando dinamismo en ese frente. Las probabilidades de aprobar la reforma como está son mínimas, de que incluya el tema del IVA para la canasta familiar son extremadamente bajas y pueden ser inconvenientes. Hoy, es posible una minirreforma, pero se requieren tres cosas: la reacción rápida del gobierno para reconocer sus errores; la construcción de un consenso político sobre las verdaderas necesidades de financiamiento y sus alternativas, lo cual requiere, como mínimo, convencer al partido de gobierno, y, por último, encontrar un vocero público dispuesto a liderar los debates, que se pueda concentrar en la reforma y no en dar explicaciones sobre sus negocios particulares.
*Director de Cifras y Conceptos / ccaballero@cifrasyconceptos.com
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