Miércoles, 24 de Abril de 2024

Sexo y corazón, una sana relación

ColombiaEl Tiempo, Colombia 19 de noviembre de 2018

carlos francisco fernández asesor médico de el tiempo @SaludET
El corazón y la sexualidad van siempre de la mano, a tal punto que -de acuerdo con el cardiólogo Gabriel Robledo Kaiser- la buena salud del uno garantiza la vitalidad del otro

carlos francisco fernández asesor médico de el tiempo @SaludET
El corazón y la sexualidad van siempre de la mano, a tal punto que -de acuerdo con el cardiólogo Gabriel Robledo Kaiser- la buena salud del uno garantiza la vitalidad del otro. "Un sistema cardiovascular sano garantiza una sexualidad plena y, a su vez, la actividad erótica y las relaciones sexuales bien llevadas son buenas aliadas del corazón y los órganos aledaños", explica el especialista. Y aunque esto se sabe, el problema -advierte el psiquiatra Rodrigo Córdoba- es que mucha gente cree que el corazón puede ser blanco de la actividad sexual; tanto, que algunos se privan de ella por temor a infartarse, sin dejar de lado que las personas con enfermedades cardiacas consideran que ese es el final de su vida sexual. Robledo coincide con Córdoba en que los pacientes con problemas coronarios presentan disfunciones en su vida sexual, en un círculo vicioso que a veces es difícil de romper. De hecho, quien padece del corazón presenta ansiedad y depresión a causa del miedo a infartarse, pero también -dice el cardiólogo- los mismos factores de riesgo que afectan a las coronarias -como la arterioesclerosis, la hipertensión o el colesterol alto- favorecen la impotencia, y en las mujeres, la disminución de la libido. Lo anterior sin contar que algunos medicamentos utilizados para manejar enfermedades de las arterias o del corazón también pueden afectar la vida sexual. "Es el caso de los antihipertensivos, algunas drogas para la presión, ciertos diuréticos y uno que otro estimulante del músculo cardiaco", añade Robledo, y aclara que por eso es necesario revisar estos factores. Un estudio realizado por el New England Research confirmó que una mayor frecuencia en las relaciones sexuales disminuye, de manera significativa, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, tanto en hombres como en mujeres. Una cuestión favorable Por otro lado, también se ha demostrado que la actividad sexual demanda un gasto calórico que protege el músculo cardiaco, a tal punto que esto se ha utilizado como una herramienta terapéutica, incluso, en personas con alteraciones coronarias. Córdoba manifiesta que también existe una relación indirecta de beneficio entre la actividad sexual y el sistema cardiovascular, a través de la disminución del estrés, la relajación emocional y la sensación de libertad que esta produce, secundarias a la liberación de endorfinas durante el orgasmo. "De ahí que la actividad sexual controlada es parte fundamental de los procesos terapéuticos en personas que padecen afecciones cardiacas con alta carga emocional", señala el psiquiatra Córdoba. Sexo después del infarto El cardiólogo Gabriel Robledo Kaiser insiste en que la actividad sexual en los pacientes que han sufrido un infarto puede ser normal y casi similar a las personas sin enfermedad coronaria. En líneas generales, según explica, puede reanudarse a las dos semanas del alta hospitalaria, pero no sobra consultar siempre con el médico. Según el cardiólogo, la relación es muy simple: "Si una persona es capaz de caminar o subir escaleras por más de seis minutos, puede llevar una vida sexual sin complicaciones". Los expertos han insistido en que, para evitar que las personas se enfermen del corazón -y para evitar que la sexualidad se deteriore-, lo mejor es hacer ejercicio y llevar hábitos de vida saludables. En el tema de la sexualidad, los sentimientos también cuentan. Hay que ser comprensivos ante la irritabilidad de su pareja o la depresión que viene después del infarto o de padecer una afección cardiaca. El diálogo es una buena oportunidad para compartir los sentimientos y no hay que avergonzarse de hacerlo. Aunque el trastorno sea de uno en la pareja, las consecuencias deben asumirlas ambos. Córdoba es claro en decir que estos temores se remontan de manera más fácil si durante el proceso de recuperación se comparte no solamente con los médicos, sino con la pareja. "Se requiere un papel más activo de la contraparte para darle soporte", dijo el especialista.
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