Viernes, 29 de Marzo de 2024

Osa 'colecciona' árboles de gran valor científico

Costa RicaLa Nacion, Costa Rica 20 de noviembre de 2018

En el interior de la Reserva Forestal Golfo Dulce se pueden encontrar maderas preciosas, especies de árboles únicas en el mundo que, además, son comestibles, medicinales o de gran interés científico, debido a sus posibles aplicaciones.

En el interior de la Reserva Forestal Golfo Dulce se pueden encontrar maderas preciosas, especies de árboles únicas en el mundo que, además, son comestibles, medicinales o de gran interés científico, debido a sus posibles aplicaciones.
Aprender a identificar estos ejemplares es como descubrir un tesoro perdido. Por lo menos esa ha sido la experiencia para los habitantes de las comunidades de Alto San Juan, Bahía Chal y San Juan de Sierpe, en la península de Osa. Alrededor de 1.100 personas de estas localidades han participado, en los últimos tres años, en un proceso de capacitación para aprender a valorar los recursos naturales de sus alrededores y convertirse en sus fervientes guardianes.
Para facilitar este proceso, se creó dentro de la Reserva Forestal un arboreto, palabra que designa a una colección de árboles vivos cuyo fin principal es el estudio científico.
En este espacio, de tres hectáreas de extensión, se pueden observar cerca de 300 especies de gran valor para la biodiversidad de la zona y del país.
'El arboreto se creó en honor al botánico costarricense Luis Jorge Poveda Álvarez, en reconocimiento por sus esfuerzos en la investigación y educación sobre el uso de las plantas para el bienestar humano, pero también es un homenaje a los bosques de la península de Osa, hogar de especies únicas en el mundo y gigantes árboles con poblaciones reducidas', señala la Fundación Neotrópica en una guía para visitantes.
Justamente, esta organización lanzó el proyecto en el 2015 para formar a los habitantes de las zonas cercanas y que sean los mismos vecinos quienes se encarguen de administrar este 'museo de árboles vivos', el cual está a cargo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
La iniciativa se financia mediante el Primer Canje de Deuda por la Naturaleza entre Estados Unidos y Costa Rica, que consiste en comprar deuda externa, convertirla en moneda nacional y utilizar el producto resultante para financiar actividades de conservación.
Guardianes del futuro. El arboreto fue creado en un finca del Estado que estaba en desuso y que cobró nueva vida con la siembra de ciertas especies de gran interés, hasta convertirse en un bosque secundario.
'Lo que procuramos es plantar especies de importancia que existen ahí en la península de Osa, que es muy particular porque se encuentran especies de árboles que (no existen) en ninguna otra parte del mundo, ni en ninguna otra parte de Costa Rica', afirmó Javier Carazo, biólogo de Fundación Neotrópica.
Este espacio es ahora aprovechado con fines didácticos, para que la gente de las comunidades cercanas conozca cuáles son las especies de árboles que existen en sus alrededores, ya que muchas veces los vecinos ignoran el gran valor de lo que tienen cerca y con lo que conviven a diario.
'La península de Osa, como tiene mucha riqueza natural, también afronta muchas amenazas. La gente tiene pocas opciones de empleo y, entonces, se dedican mucho a la cacería ilegal y la extracción ilegal de madera', indicó el experto.
De acuerdo con la Fundación Neotrópica, se estima que la península de Osa cuenta con el 2,5% de la biodiversidad del mundo y más del 50% de la biodiversidad de Costa Rica, mientras que el Área de Conservación Osa (Acosa), de la cual forma parte la Reserva Forestal Golfo Dulce, albergaría el 40% de las especies de árboles de todo el país.
Carazo asegura que uno de los elementos claves de este proceso ha sido involucrar a los jóvenes y brindarles una nueva opción para ocupar su tiempo.
Lilliam Nieto, una estudiante de 16 años del Liceo Finca Alajuela, es una de esas personas jóvenes que se han sumado a esta iniciativa.
'Este programa, el arboreto, nos ha apoyado mucho a los jóvenes, incluso a los niños de las escuelas, para poder entender un poco más sobre la biodiversidad, pero también que se puede trabajar en ello sin importar nuestras edades', mencionó la vecina de Bahía Chal.
El interés de Nieto por la biodiversidad del país ha crecido desde que estaba en tercer grado, cuando se comenzó a impartir Educación Ambiental en todas las comunidades.
Ahora toda su familia participa de este proyecto, desde su hermana más pequeña, de nueve años, hasta su papá.
Oportunidades. Como parte del desarrollo de la iniciativa, se creó el Comité de Gestión Local del arboreto, con miembros de las tres comunidades, y se les capacitó en aspectos como administración, desarrollo de proyectos, presupuestos, búsqueda de fondos, planificación estratégica y comunicación.
Según Carazo, se espera que esta organización pueda adquirir una personería jurídica y logre conformar un grupo de guías locales, para que puedan brindar el servicio y los vecinos reciban una remuneración económica.
Los lugareños, de igual forma, se convierten en la primera línea de defensa de la riqueza natural presente en la zona.
'Si escuchan que alguien está talando el bosque, una motosierra, perros de cacería o disparos, ellos son el primer aviso que tiene el Ministerio Nacional de Ambiente y Energía (Minae) para intervenir', explicó Carazo.
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