Martes, 23 de Abril de 2024

Las lecciones que le ha dejado a Perú la exploración espacial

ColombiaEl Tiempo, Colombia 12 de diciembre de 2018

NICOLÁS BUSTAMANTE HERNÁNDEZ* - EL TIEMPO @nicolasb23
Sobre un risco con una sobrecogedora vista al océano Pacífico y en medio de la árida arena blanca del desierto, una gran esfera de color gris llama la atención en este paisaje

NICOLÁS BUSTAMANTE HERNÁNDEZ* - EL TIEMPO @nicolasb23
Sobre un risco con una sobrecogedora vista al océano Pacífico y en medio de la árida arena blanca del desierto, una gran esfera de color gris llama la atención en este paisaje. La curiosa estructura, de unos cinco metros de diámetro, parece un balón de fútbol encima de un pedestal. A unos pocos metros de ella, un edificio blanco, rodeado de otros seis conectados por un círculo. La instalación está resguardada por un muro de unos cuatro metros de alto, destinado a mantener a salvo las actividades realizadas en esta base militar, que parece sacada de una película de ciencia ficción. A la entrada de la edificación ondea una bandera peruana. Estamos el distrito de Pucusana, 60 kilómetros al sur de Lima, en el Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (Cnois), un sofisticado laboratorio destinado a procesar todas las fotografías tomadas por el PerúSat-1, el primer satélite gubernamental de este país suramericano, enviado al espacio hace dos años. El PerúSat-1 es el emblema del programa espacial peruano y un orgullo para el Gobierno y los habitantes de este país. Consiste en un satélite de observación de la Tierra óptico submétrico, capaz de producir imágenes con 70 centímetros de resolución, por medio de las cuales es posible identificar vehículos, aeronaves, pistas de vuelo, trochas y hasta viviendas, lo que lo convierte en el más moderno de su tipo en la región. El PerúSat-1 fue puesto en la órbita terrestre el 15 de setiembre de 2016 por un cohete Vega, de la Agencia Espacial Europea, cuyo lanzamiento tuvo lugar en Kourou (Guayana Francesa). Su desarrollo estuvo a cargo de Airbus Defense and Space, compañía que también fue responsable de la construcción del Cnois así como de su dotación tecnológica, la cual incluye la antena para la recepción de la información satelital, protegida bajo la llamativa cúpula esférica. Todo lo anterior por un costo que rondó los 176 millones de dólares e incluyó la capacitación del personal operativo del Cnois. El PerúSat-1 vuela, describiendo una órbita polar, a una altura de 702 kilómetros y a una velocidad de 7,5 kilómetros por segundo; en total, hace cuatro sobrevuelos sobre territorio peruano cada día, dos de día y dos de noche, y puede adquirir en escenas 63.000 kilómetros cuadrados (1 escena es un área tomada de 14.5 kilómetros cuadrados). Lo anterior es posible gracias a la carga de combustible hidracina que lleva el satélite. Este les permite a los controladores en tierra corregir su órbita en caso de que se presente algún riesgo, como la posibilidad de colisión con algún otro cuerpo espacial. Según los cálculos iniciales, la carga de combustible en el PerúSat-1 debía alcanzar para dotar de energía el satélite durante diez años, pero los ingenieros peruanos calculan que este tiempo se puede extender unos tres años más. La responsabilidad de la operación del PerúSat-1 y del Cnois corre por cuenta de la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (Conida), la agencia espacial del país, y cuyo trabajo depende directamente del ministerio de Defensa. Recientemente, Conida organizó el Taller Internacional PerúSat-1, ‘Lecciones aprendidas 2018’, que tuvo lugar en el Cnois y durante el cual se hizo una evaluación de los dos años de funcionamiento del satélite. El mayor general de la Fuerza Aérea de Perú Carlos Caballero León, jefe de Conida, manifestó durante el evento -al cual asistieron delegaciones de nueve países- que "la tecnología del PerúSAT-1 es la más avanzada del Perú". "Pero si nos enfocamos únicamente en la parte tecnológica, no entenderemos el real significado de este proyecto. Esto marca el inicio de una nueva era en el Perú porque ahora somos un país espacial, y eso debe cambiar definitivamente la forma de ver las cosas en nuestro país. Esto significa explotar al máximo esta inversión, para demostrarles a todos los peruanos que no nos equivocamos", afirma Caballero. Y no le faltan razones al militar en preocuparse por socializar el proyecto. De hecho, una de las principales conclusiones mencionadas por Caballero durante el taller, a manera de aprendizaje, fue la necesidad de contar de forma más efectiva los planes espaciales. Según Caballero, esta es una lección que pueden aprender otros países que piensan dar sus primeros pinitos en la exploración espacial. De acuerdo con el directivo, al principio les costó convencer al pueblo peruano de la importancia de dejar de depender de la compra de imágenes satelitales a diferentes organizaciones internacionales, para empezar a tener soberanía e independencia en la adquisición de estos recursos. La mejor prueba de que se tomó la decisión correcta es que solo en el primer año del PerúSat-1 se logró recuperar el total de la inversión, y a día de hoy es capaz de tomar cientos imágenes cada día, superando con creces la demanda anual previa a su lanzamiento. Estas imágenes les han sido útiles a 408 entidades peruanas que las han usado para fines que van desde la atención de desastres hasta las investigaciones criminales, y entre los planes hacia el futuro se contempla la posibilidad de empezar a comercializarlas. * Invitación de Airbus Defence and Space
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