Protección de origen de café Tarrazú lejos de llegar al mercado

La denominación de origen (DO) del café Tarrazú tiene todavía varios pasos por recorrer antes de materializarse en el producto. Esto, pese a que la distinción ya fue oficialmente aprobada y comunicada por el Registro de la Propiedad Industrial, este 11 de enero.
Entre los pasos por seguir figuran la realización de una Asamblea General de interesados en utilizar esa protección, en la cual se definirá el financiamiento del Consejo Regulador que administrará la DO; también se aprobarán manuales y procedimientos y se definirá la estructura administrativa de esa entidad.
Posteriormente, se podrán recibir y tramitar las solicitudes de registro, explicó el presidente del Consejo, Roque Mata Naranjo.
¿Qué es? Una denominación de origen protege un producto resguardando las características de suelo, agua, clima, altitud y otras condiciones del territorio, así como la especie o variedad de cultivo o de tipo animal utilizado para lograrlo, además de las prácticas culturales propias de la región para realizar las prácticas agropecuarias.
En este caso, la DO café Tarrazú incluye geográficamente los tres cantones de la región denominada Los Santos (conocida así por las cabeceras de los cantones). Se trata de Tarrazú (cabecera San Marcos), Dota (Santa María) y León Cortés (San Pablo), que gestionaron la DO durante más de 10 años.
La obtención de la DO pasa por demostrar condiciones y calidades geográficas, de suelos, aguas, clima, altura, prácticas culturales, historia y otros, mediante las cuales se puede decir que un producto es único y, por tanto, no puede ser copiado ni reproducido en otros sitios.
Según Mata, quienes utilicen a partir de ahora la marca Tarrazú sin estar registrados y sin demostrar que son de la zona y cumplen los requisitos, pueden ser denunciados por competencia desleal, tanto a escala nacional como internacional. Estos procesos pueden generar multas y prohibiciones de mercado.
Por esa razón, los propios productores cobijados con la protección son quienes deben hacerla valer y denunciar a quienes la irrespetan ante las autoridades, dijo el dirigente.
Adelantó que el Consejo Regulador llevará a la Asamblea General una propuesta de financiamiento, la cual podría ser de unos ¢50 por fanega de café, pues no se quiere perjudicar a los interesados y tampoco que esta protección de marca sea una carga para los productores, beneficiadores y tostadores.
Luego de eso, se pretende contar con una secretaria y un perito que realice las inspecciones a los interesados en usar el sello (fincas, beneficios, tostadores, cafeterías y otros) para que pueda determinar si cumplen los requisitos establecidos y aprobados por el Registro de la Propiedad Industrial.
Mata estima que en un plazo de tres años la denominación de origen estará en pleno funcionamiento, aunque desde mucho antes ya habría empresas utilizando el sello distintivo.