Sábado, 20 de Abril de 2024

Santiago a Mil: el teatro en segundo plano

ChileEl Mercurio, Chile 20 de enero de 2019

Santiago a Mil comenzó como un festival de teatro, ya no lo es

Santiago a Mil comenzó como un festival de teatro, ya no lo es. Al principio, tímidamente se incorporó la danza; luego, por su "vocación de calle", adquirieron relevancia grandes espectáculos públicos: pasacalles multicolores, una muñeca gigante, máquinas retroexcavadoras que bailaban. La música, siempre presente en el teatro y la danza, logró tener espacios propios en conciertos públicos y se ha instalado en las Tocatas Mil. La plástica se ha incorporado en exposiciones que alguna relación tienen con lo dramático. Natural y justo. El arte es uno, tiene diferentes expresiones según los materiales con que se realiza, pero en todas sus formas busca interpretar lo esencial de cada sociedad, en cada etapa de su historia. El teatro ha continuado siendo parte fundamental de Santiago a Mil, pero ha ido cediendo espacio y en esta versión lo vemos un tanto en segundo plano.
Alessandro Baricco, por ejemplo, una personalidad internacional en el arte y el pensamiento, no trajo un espectáculo sino una reflexión sobre el papel que han tenido las narraciones en el desarrollo de los pueblos. Contar historias es lo que hacen el teatro, la novela, la ópera, el cine; él muestra que es también tarea de los grandes líderes, como Carlo Magno. Sintetiza conclusiones a que han llegado la filosofía, la lingüística y el pensamiento social hace ya tiempo, pero al decirlo él con el valor que adquiere su palabra, aparece otra dimensión.
La venida de Tim Robins y su The Actor's Gang fue relevante por su trabajo en el cine y porque el tema de la inmigración es uno de los grandes problemas actuales. El suyo sí es un espectáculo, está hecho con actores cuyos ancestros fueron inmigrantes en Estados Unidos, pero no es su calidad teatral, harto débil, lo que importa, es su proposición política y social.
Impresionante es "Nachlass", la serie de ocho testimonios de personas que piensan en cuál será su legado. El contexto es la posibilidad de una muerte próxima, pero también puede ser el fin de una etapa, como la del exembajador de la Unión Europea en África que creó una fundación de ayuda al desarrollo pero que desaparecerá cuando él deje esa misión. Cada historia es una instalación de arte que nos afecta emocionalmente, pero no se pretende que sea teatro.
En este contexto, "Chaika" aparece en otro plano. Es propiamente teatro y es el resultado de una extensa investigación sobre el efecto dramático del lenguaje de las marionetas. Los muñecos, que se manejan muy elementalmente en espectáculos para niños, tienen una mayor capacidad de sugerencias teatrales cuando se manipulan con una técnica avanzada. Es lo que hacía el Bunraku japonés hace 300 años. "Chaika" es una muy inteligente interpretación de la obra "La Gaviota" de Chéjov, pero lo que la hace sorprendente y ha sido causa de su éxito arrollador, es el modo superior con que la actriz Teresita Iacobelli maneja esta técnica. El tema central en "La Gaviota" (en ruso, "Chaika") es qué es ser artista. Muestra a Arkádina, exitosa actriz ya anciana, en la función en que hará una última aparición en público. Ha perdido su seguridad y ya no confía en su memoria. Con solo una cabeza de anciana hecha por la marionetista rusa Natacha Belova, Teresita Iacobelli logra hacernos ver el fuerte carácter de Arkádina, sus dudas, sus temores, sus enojos. Su arte está en hacer que con mínimos movimientos de esa cabeza creada para el personaje, uno pueda percibir todas sus reacciones. Es un arte ancestral que Teresita Iacobelli maneja a la perfección.
Y también en esta línea de destacar lo teatral, está la actuación de Héctor Noguera en su "De Quijano a Quijote". En lo que simula ser una lectura, le escuchamos el párrafo inicial de la novela y luego varios otros pasajes centrales, como el momento en que es armado caballero, el de los molinos de viento, el del ofrecimiento de una ínsula a Sancho. Lo que Noguera destaca es el papel de la imaginación, una silla de escritorio se transforma en Rocinante, don Quijote y Sancho cabalgan, pero son solo modos especiales de caminar. Quizás el efecto teatral más interesante es que vemos a Héctor Noguera como imaginamos a don Quijote y a Cervantes, altos, delgados, con una figura estilizada de seres idealistas.
Santiago a Mil es uno de los mejores ejemplos de emprendimiento en nuestro país. Comenzó para solucionar una necesidad concreta, la falta de trabajo de nuestras compañías teatrales en los meses de verano, y se ha transformado en un festival internacional que logra traer grandes compañías de todo el mundo. Llegar a esta situación ha significado ir adoptando apropiadas resoluciones en cada etapa, crear una organización cada vez más compleja y conseguir financiamientos que provienen de la empresa privada y del Estado. Eso implica exigencias de rendimiento y efectividad. Llevar el arte a donde no ha llegado sigue siendo su meta central, pero junto a ella un sentido empresarial, que antes no era necesario, ahora es indispensable. Guste o no guste, es un cambio inevitable.
"El teatro ha continuado siendo parte fundamental de Santiago a Mil, pero ha ido cediendo espacio.
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