Historias fidedignas
Don Andrés Bello estableció como método interpretativo de la ley conocer su historia fidedigna, evidenciada en los mensajes o mociones que la originan y en el debate parlamentario que conduce a su aprobación, sea en sesiones de comisión o en plenarios de Sala
Don Andrés Bello estableció como método interpretativo de la ley conocer su historia fidedigna, evidenciada en los mensajes o mociones que la originan y en el debate parlamentario que conduce a su aprobación, sea en sesiones de comisión o en plenarios de Sala.
Ocurre que el cumplimiento de la liturgia legislativa en procura de tal objetivo ha ido perdiendo rango. Desde luego, ya no hay actas de comisión (las del Senado aparentemente nunca existieron) y el rico aporte del trabajo de comisiones (antes la "cocina del Congreso", ahora convertido en mero "punto de noticia") se resume en el "informe", redactado por personal de secretaría, uno de los mejores entre los trabajadores del Estado chileno. En cuanto a los debates en Sala, en el caso de la Cámara el diputado informante solo resume el dictamen escrito, y las intervenciones parlamentarias -que no exceden de cinco minutos- en la mayoría de los casos no aluden a los textos que se votan y son consideraciones livianas sobre temas generales que nada aportan sobre "las ideas matrices del proyecto". En el Senado no existe el informante y la discusión general la mayoría de las veces es en particular y la particular a menudo es en general, "abriendo la votación", la que en ocasiones se hace sin discusión. Así las cosas, la interpretación de la ley pasará a ser un ejercicio esotérico.
Lo anterior es una historia fidedigna de la desaparición de las historias fidedignas.