Sábado, 20 de Abril de 2024

Empanadas, estratos y universidades

ColombiaEl Tiempo, Colombia 19 de febrero de 2019


Camilo Herrera Mora*
Formalmente, informales


Camilo Herrera Mora*
Formalmente, informales. Así somos y así queremos seguir siendo. Parece que el PIB pasó el 3 por ciento de crecimiento en el cuarto trimestre del 2018, lo que es una gran noticia y una realidad que ya muchos habían sentido. No obstante, esto se diluyó, pues entre empanadas de ‘800 mil’, estratos tres que no pueden pagar tarifas plenas y estudiantes que piden universidades subsidiadas, una buena noticia es canibalizada por las indignaciones: en ‘promedio’ vamos bien, pero las noticias superan los datos. Colombia ha mejorado enormemente, esto significa que ya no somos un país de pobres, sino uno de clase media con pobres, lo que hace que lentamente debamos cambiar muchas cosas. Hoy, solo el 28 por ciento de la población es pobre, mientras que en el 2002 esta cifra estaba cerca del 50 ciento. Por ello, debemos comprender que estamos en un país diferente: uno con menos personas de las que pensábamos, con menos hijos y con un ingreso más alto en ‘promedio, y es este término el que más problemas nos causa. El promedio, se puede definir como una aberración matemática que esconde muchas verdades, que al ser usado por muchos economistas, causa que los análisis sean incompletos, y las conclusiones poco ciertas. Así, al ver lo que le pasa a Colombia, en promedio vamos bien, pero muchos van mal, y este es el tema a revisar: un estrato 3 en Bogotá, seguramente puede pagar 12 mil pesos de más por la energía, pero uno de Soledad, quizá no. Un colombiano puede pagar una empanada en una tienda, pero es difícil explicarle por qué una tienda que no es formal, es más ‘legal’ que un vendedor ambulante. Un joven colombiano pide que el gobierno le ayude con sus estudios universitarios, pero muchas personas no están de acuerdo con reducir los giros a la educación básica, donde cada vez hay menos niños. Sabemos que nos envejecimos, y eso significa que debemos poner más recursos públicos en salud y educación; pero nos modernizamos y seguimos comprando en canales informales, piratería y contrabando. Formalmente informales, continuamente. Desafortunadamente, la corrupción y la guerra no permiten que tengamos debates de política pública sensatos, porque cada vez que se habla de recursos públicos, llegan los gritos indignados (y con razón) de los que culpan de todo al robo, mal uso y desgreño de los recursos públicos, y se suman los que piden por la reducción del gasto en las Fuerzas Armadas, sin comprender que el posconflicto en lo militar es mucho más costoso que el conflicto mismo. Es cierto que unos pocos se roban grandes recursos, pero también es verdad que muchos cuidan que las cosas se hagan bien y que hemos definido al país como un Estado Social de Derecho, donde tenemos más derechos que deberes y eso tiene un desequilibrio difícil de manejar. Simplemente, no podemos seguir ‘comprando empanadas en la calle’, apoyando al estrato 3 y tener más universidades subsidiadas, porque no hay cómo. Un gran número de colombianos han pasado de ser ‘los que reciben’ y ser ‘los que aportan’, y este paso requiere que reconozcan cómo todos los ayudamos y que es momento de comenzar a ayudar. Ser formalmente formales, es el enorme cambio que debemos dar.
*Presidente, junta directiva Raddar camiloherrera@raddar.net
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