Viernes, 29 de Marzo de 2024

Labra sus memorias

Puerto RicoEl Nuevo Dia, Puerto Rico 20 de febrero de 2019

La confesión llega en el momento menos esperado

La confesión llega en el momento menos esperado. Mientras posa para el lente del fotógrafo frente a una de sus piezas de arte, Antonio Martorell suelta que lleva toda su vida tratado de reconstruir el hogar de su infancia. Ese, en el que se descubrió y se sigue redescubriendo. Ese del pasado tan presente.
Lo que dice no resulta sorpresivo. Basta repasar su obra para reconocer objetos cotidianos, álbumes de fotos, abecedarios de afectos que de alguna forma se sienten como propios. Martorell comparte el detalle en el patio interior del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Puerto Rico, en Santurce, espacio que también ha sido hogar, y por partida doble.
Fue en ese mismo patio que hoy mira con nuevos ojos, donde corrió y sudó parte de su temprana adolescencia cuando pasó tres años en la entonces Escuela Intermedia Labra, hoy sede del MAC. Ahora recorre el lugar con su sombrero de artista, pero con el asombro y el gozo de aquel niño que fue y que sigue siendo. Volver ha sido una constante en el trabajo de Martorell que ha hecho de la memoria una obra de arte.
Esta vez su regreso ha sido al histórico edificio Rafael María de Labra, que cumple 100 años. Con motivo del aniversario de esta hermosa estructura de ladrillos, convertida en museo en el 2002, Martorell presentará su nueva exhibición "Retorno al hogar (Labrando)", cuya apertura será este jueves, a las 7:00 p.m. Es la vuelta al hogar porque, como dice, ahí habitó tres años que fueron "formativos y difíciles", y porque fue miembro fundador del MAC, donde ha presentado su trabajo en varias ocasiones.
Este aniversario, además, coincide con la celebración de sus 80 años, los que cumple el próximo 18 de abril, así que todo cayó como "anillo al dedo" cuando Marianne Ramírez, directora ejecutiva y curadora en jefa del museo, lo invitó a desarrollar un proyecto para celebrar el centenario del edificio. "Creo que Martorell tiene muchos puntos de vista sobre este edificio que tanto ha representado y aún representa en la vida cultural de Santurce, porque lo ha vivido de muchas maneras y muchas perspectivas", destaca Ramírez al hablar sobre la invitación al artista, quien pasó su niñez, juventud y adultez temprana en Santurce, donde tuvo su legendario Taller Alacrán.
Martorell, por su parte, comparte que con esta exhibición -que incluye obra gráfica, dibujo, instalación y performance- tratará de "cruzar esa frontera de tiempo y espacio, de ayer y de hoy, de escuela y museo, de Santurce, Puerto Rico y el mundo", para que convivan en un mismo espacio la escuela del pasado y el museo de hoy.
Selección de obras
La exposición, cuyo diseño de montaje estuvo a cargo del curador invitado Humberto Figueroa, cuenta con una selección de obras producidas por Martorell en los pasados dos años. Entre ellas se destacan algunas piezas de la serie "Sombra, sombrilla y sombrero", que realizó en el 2017, así como varios retratos en los que "chorrean" importantes credos sobre los valores y los derechos humanos. En el patio interior, Martorell muestra su ducha de derechos humanos, así como una tina bañada con la poesía de sus vivencias santurcinas. Llama la atención unos relicarios o pequeños teatros a lo largo de los pasillos en los que el artista va labrando memorias, como también resultan llamativas sus "cuatro paredes", donde con el uso de la transparencia refleja el pasado/presente del edificio.
Para la directora ejecutiva del MAC, con esta exhibición Martorell invita al público, así como a la propia institución, a labrar, es decir, a "asumir una posición crítica y activa", frente a todas las amenazas que enfrenta el país y el mundo porque, como recuerda, es "bien importante que los museos se entiendan como espacios educativos, como espacios que son imprescindibles para discutir cosas duras más allá del arte".
Martorell comparte que esta muestra -la cual ha sido posible con la ayuda de sus colaboradores- también es una manera de "hacer historia", que es uno de "los problemas de nuestro país, que todavía no es país". "Yo pasé tres años formativos aquí y nunca supe quién era Rafael María de Labra hasta ahora que celebrando el centenario de la escuela dije ‘yo quiero saber quién es ese señor’", dice sobre Labra, nacido en La Habana y quien fue diputado de las Cortes españolas, pero que ante todo fue un abolicionista y anticolonialista. "Nada de eso yo lo sabía y creo que muy poca gente lo sabe. Así que una de las cosas que voy a hacer es usar unos textos de Rafael M. de Labra", adelanta el artista.
Memorias escolares
Al repasar sus años como exalumno en este edificio, Martorell recuerda las horas que pasaba en el sótano donde daban clases de oficio y donde tomó clases de carpintería, dibujo mecánico, artesanía, electricidad y encuadernación de libros. Pero también le vienen a la mente momentos difíciles como cuando se instauró la Ley de la Mordaza donde la enseñanza se transformó en silencio.
"Date cuenta que cuando yo estudiaba aquí ocurrió la Revolución Nacionalista. Ese fue el trasfondo. En ese momento todo era silencio, era la mentira, los nacionalistas e independentistas eran tratados como locos y criminales. Esa fue la mala educación a la cual uno sobrevivió porque uno tuvo que desaprender lo mal aprendido. Pero por eso en las escaleras están todos esos textos que son textos iluminadores, textos libertarios porque el arte es la libertad. Sin libertad no hay arte y sin arte no hay libertad", dice con sapiencia, haciendo referencia a unas contrahuellas que el público podrá disfrutar como parte de la muestra.
El artista afirma que uno de los grandes atributos del MAC es precisamente esa dualidad de museo/escuela, ya que está comprometido con la educación y las comunidades a través de diversos programas y proyectos artísticos educativos, como este que él también realiza.
"El museo ha hecho tanto por llegar a las comunidades distantes que yo en cierto modo estoy trayendo las memorias de un santurcino que ha vivido en las cuatro esquinas de este Santurce nuestro porque mi infancia, adolescencia y temprana adultez fueron todas en Santurce y de cada uno de esos rincones y de esos distintos tiempos y épocas, estoy trayendo evidencia para incorporarla a las paredes del museo. Esos relicarios o teatros de la memoria (que están en la exhibición) es traer aquí lo que el museo también ha llevado allá. Así que más que el retorno es un viaje por una espiral porque no se detiene", abunda.
Al indagar sobre cómo percibe la educación del país en este momento, Martorell reflexiona y dice que todas las crisis que enfrenta el país, tanto las políticas, económicas, sociales y morales, han tenido un resultado inesperado "de una gran bondad". "Por fin este país -que quiere ser país- se ha percatado que lo tenemos que hacer nosotros o no se hace. Y están surgiendo iniciativas culturales, empresariales, científicas, agrícolas, de todo tipo. Para mí es el mejor momento que vive el país desde que yo tengo memoria. Hay una gran efervescencia y la juventud está haciendo cosas maravillosas. La juventud no es que promete, la juventud está naciendo. Está labrando. El futuro llegó, está aquí y está floreciendo alrededor", expresa con esa sonrisa juguetona con la que también se regresa al hogar.



La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela