Jueves, 25 de Abril de 2024

Simpatía por el demonio

PerúEl Comercio, Perú 23 de marzo de 2019

No es común que un superhéroe tenga como influencias a HP Lovecraft y Edgar Allan Poe, pero en el cómic de Mike Mignola hay lugar para todas las fantasías góticas. En el Perú, esperamos su nuevo filme el 9 de mayo.

Por enrique planas



¿Qué significa Hellboy para usted?, le pregunté hace algunos años en una edición del Salón del Cómic de Barcelona, donde fue el invitado central. Mike Mignola no necesitó pensarlo mucho para responder tajante: ?¡La posibilidad de no volver a dibujar a Batman nunca más!?. En efecto, su chico del infierno abrió para Mignola un espacio de libertad inédito, que supo llenar con sus lecturas infantiles de cuentos de hadas, folclor popular o antiguas mitologías nórdicas, como también su fascinación por las pinturas negras de Goya, las historias victorianas de fantasmas, los cómics de Jack Kirby o los relatos de terror de H.P. Lovecraft.





Su personal estilo le había traído más de un problema en los inicios de su profesión: ?A mis editores les gustaba mi estilo, pero no sabían qué hacer conmigo?, me contó entonces. A principios de los años 80, Mignola era uno de tantos empleados de la industria del cómic estadounidense, donde los superhéroes pasan de mano en mano. Y aunque ilustró episodios memorables de ?Batman?, ?Superman? o los ?X-Men?, él siempre prefirió los monstruos a los héroes de capa.





Relajado, pequeño y pálido, el escritor y dibujante nacido en Berkeley en 1960, señalaba tener mucho en común con el alto, colorado y hosco investigador de casos paranormales que creara en 1993. Basó el personaje de Hellboy en la figura de su padre carpintero que, de niño, él recordaba llegar a casa cubierto de aserrín y con heridas en las manos, deseando solo un refrescante sorbo de cerveza. Aunque un poco brusco, su demonio criado entre humanos se le parece: no muestra la malevolencia que se cree intrínseca a criaturas infernales y, más bien, como cualquiera de nosotros, su mayor placer es abrir una cerveza fría tras una ardua jornada de trabajo.





?Black Magic Woman?





Piel roja y cola simiesca. Gran mano derecha de piedra y cuernos recortados. Llamado originalmente Anung-Un-Rama, Hellboy fue traído a la tierra siendo bebe por nazis ocultistas. Fue rescatado por las fuerzas aliadas y criado por la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal de los Estados Unidos. El argumento de su nueva aventura cinematográfica, dirigida por Neil Marshall, resulta intrigante: la agencia le encomienda al héroe la misión de derrotar a Nimue (Milla Jovovich), espíritu ancestral que fuera amante del mismísimo mago Merlín, quien hace siglos fuera descuartizada por los caballeros del rey Arturo. Sin embargo, la llamada Reina de la Sangre ha vuelto de entre los muertos para destruirnos con su magia negra.





Será el actor neoyorquino David Harbour quien asuma el reto de hacernos olvidar a Ron Perlman tras las capas de maquillaje del satánico superhéroe. Para comenzar, si los pétreos rasgos de Perlman y el personaje de Hellboy parecían indisociables, Harbour resulta irreconocible tras la prótesis facial más afilada y diabólica. ?Hasta mi novia se ha enfadado conmigo al no reconocerme. ¿Es que no quieres que la gente te vea?, me dijo?, comentó Harbour a la prensa madrileña en su gira promocional. Justamente, esa es la idea. El actor solo quiere que vean a Hellboy. Cuanto más se pierda el actor, más el público podrá sentir al personaje.





Sin embargo, el popular comisario Jim Hopper de la serie ?Stranger Things? añade que la psicología del personaje proviene de su cosecha. ?Su conducta, sus expresiones, su tristeza y su ira son cosas muy personales que me tocan. Y eso va resonando incluso a través del maquillaje?, advierte.





Entrevistado por la revista ?Empire?, Harbour aclaró que su intención primera fue alejarse totalmente de la caracterización de Perlman. ?Ron hizo algo extraordinario, algo muy específico de él, y no quería imitar eso de ninguna manera?, dice. En efecto, en el nuevo filme, Hellboy es más joven y áspero. Busca su identidad entre las opciones de hacer el bien y el mal, como cualquier adolescente.





El cineasta británico Neil Marshall nos propone un acercamiento al personaje de Mike Mignola más oscuro y gore, próximo al género de terror. Marshall ya tiene experiencia en sustos: fue el responsable de ?Dog Soldiers? (2002), comedia de horror considerada hoy un filme de culto. Asimismo, dirigió dos episodios claves de la serie ?Juego de tronos?: ?Aguasnegras? y ?Los vigilantes del muro?. No posee la fantasía ni el regodeo artesanal del mexicano Guillermo del Toro, responsable de las anteriores cintas (?Hellboy?, 2004, y ?Hellboy 2: el Ejército Dorado?, 2008), pero tampoco puede considerársele un novato en las lides siniestras. En su filme, Marshall no escatima escenas de cabezas que estallan a balazos, miembros arrancados ni vísceras esparcidas por el suelo, mientras suena la frenética ?Mony Mony? de Billy Idol.





Los peruanos deberemos esperar hasta el próximo 9 de mayo para ver al diablo meter la cola en nuestra cartelera, con un retraso de un mes con respecto a su estreno en Estados Unidos.

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