Viernes, 29 de Marzo de 2024

?Hoy creo que Virginia Woolf sería fan de RuPaul?

PerúEl Comercio, Perú 24 de marzo de 2019

Hace casi un siglo, Virginia Woolf hizo estallar las diferencias de género con ?Orlando?, deliciosa sátira que adapta al teatro la estadounidense Sarah Ruhl. Audacia y humor marcan su estreno en el Teatro Británico.

Por Norma Martínez



En tiempos en que todos sus colegas escribían biografías de grandes hombres, Virginia Woolf abordó la de un joven aristócrata que se convierte en una gran mujer. Como hombre, Orlando fue el favorito de la reina Isabel I, enamoró a muchas damas de la corte y perdió la cabeza por Sasha, una misteriosa princesa rusa. Dejó el frío Londres de Shakespeare y viajó a Constantinopla, donde radicalizó su reputación de libertino. Sin embargo, tras un encuentro nocturno con un grupo de gitanos, el joven durmió siete días y se despertó convertido en mujer. Así, debió aprender a adaptar su audacia y libertad a las faldas y a las estrictas expectativas que su sociedad esperaba del comportamiento femenino. Curiosa, transgresora, libérrima, la vida del primer transexual literario supera el tiempo: nació en la época isabelina y murió cuatro siglos después, tras haber vivido lo mejor de ambos mundos, sin envejecer.





Más allá de querer siempre interpretar el personaje de Woolf, Norma Martínez puede decir que siempre se sintió como Orlando. Por años estuvo persiguiendo la posibilidad de hacer el monólogo que, a partir de la novela publicada en 1928, adaptó el dramaturgo estadounidense Bob Wilson. Y, de pronto, de manera espontánea, discutiendo con la producción del Teatro Británico proyectos ajenos, apareció el nombre de Orlando. Más exactamente, la posibilidad de dirigir la adaptación que la autora Sara Ruhl realizó en 1998. Cómo no, la posibilidad la sedujo.





? Hace años has querido encarnar un rol como el de Orlando. Cuando el reto te llega en la madurez, ¿cómo cambia tu relación con el personaje desde la dirección?





Es totalmente distinta la aproximación a un personaje desde la actuación que desde la dirección. Orlando es un personaje que tiene tantas capas que, verlo ya con madurez, te permite explorarlas más profundamente. La novela de Woolf tiene lecturas múltiples. ¡Y es muy graciosa! Es una obra totalmente atípica en su bibliografía, llena de irreverencia y humor. Al inicio de este proyecto, pensé que tenía que hacer un montaje barroco. Y es curioso: ha terminado siendo un espectáculo contradictorio, entre el minimalismo y el barroco.





? Es decir, no hay nada en el escenario y, sin embargo, parece lleno…





Así es. Y también porque los actores cambian continuamente de personajes: los hombres hacen de mujeres, las mujeres de hombres. Los géneros se cruzan, la princesa rusa no tiene por qué aparentar serlo. Me interesa poner atención a esa parte múltiple de Orlando. Virginia Woolf afirmaba que el alma del artista es andrógina y atemporal. Por eso, Orlando podía haber cambiado de sexo, pero seguía siendo el mismo. Dentro de nosotros hay una esencia que trasciende el género y, me gustaría pensar, trasciende el tiempo también. Hoy vivimos cerrados en la separación del género, un conflicto casi diario que nos tiene siempre alertas. Por eso me interesa poner ?Orlando? ahora, para poder mirar el tema del género desde otra luz, desde otro lugar.





? Woolf escribe esta obra tras enamorarse de la escritora Vita Sackville-West. ¿Cómo crees que este descubrimiento de su bisexualidad le hizo imaginar una obra que sintetiza lo masculino y lo femenino?





Hasta cierto punto, Virginia Woolf se consideraba una persona asexuada, hasta que descubrió la pasión con Vita. Y creo que, en ?Orlando?, ella le hace un homenaje, pero también a sí misma. Creo que el personaje de Orlando sintetiza a ambas. No podría afirmar que ella descubre sus lados femenino o masculino, pues estos no se revelan necesariamente en la bisexualidad, pero sí descubre la inmensidad del individuo, ser capaces de ser muchas cosas a la vez. Para mí, este es uno de los centros de la obra: solemos reducir aquello que nos define, cuando en realidad, uno es miles de cosas, momentos, identidades cambiantes. De hecho, si lo transgénero es el extremo, hablando en términos fáciles, hasta la identidad más conservadora cambia constantemente. Es algo más líquido y menos concreto de lo que pensamos.





? Lo curioso es que Virginia Woolf siempre pensó que su obra era una broma. Fue su esposo y editor quien se tomó la novela en serio.





Woolf tenía ganas de hacer una obra en la que la sátira y el disparate estuvieran presentes. Todo eso tiene que ver con el descubrimiento del amor por Vita y de una sexualidad diferente. La literatura de Woolf es honda, dolorosa y seca. Pero entonces escribió desde un espíritu mucho más ligero y fantástico, como para relajarse en medio de la escritura de novelas tan serias como ?Al faro? y ?Las olas?. Creo que nunca fue consciente de lo que estaba construyendo. La anécdota de su historia es la de un noble joven inglés que, un día, se despierta convertido en mujer. Sin embargo, hay muchísimos temas detrás: el paso del tiempo, el amor por la naturaleza y la misma creación artística.





? No es casualidad que la transformación sexual de Orlando ocurra en el proceso de escribir un poema. ¿La escritura nos transforma?





Sin duda. El poder y la belleza de la palabra son increíbles.





? En tu puesta en escena, ¿cuántas libertades te tomas con respecto al texto de Sara Ruhl?





Hemos hecho este montaje basados en su adaptación, que me parece muy buena. Ella encuentra, con la incorporación de un coro de actores, la forma perfecta de darle vida al personaje. Personalmente, como primera idea me interesó convocar un elenco muy diverso físicamente. Quería tener la sensación de que Orlando somos todos. La autora sugería que fueran tres hombres para el coro, pero yo necesitaba a más gente en escena para dar la sensación de ?troupé?. Por eso, elegí siete actores. Por su versatilidad, Fiorella (Pennano) es la actriz perfecta para hacer Orlando.





? ¿El humor que destila la obra es parte del texto original o es creación tuya?





Ni respeto el texto en exceso ni tampoco se lo falto. Trato de capturar lo que, para mí, es el espíritu de la novela: irreverente y burlón. Desde el nombre de la novela: ?Orlando, una biografía?, era una burla a todos esos escritores ingleses que en esa época estaban enfrascados en escribir biografías de grandes hombres. No había visto en 20 años la adaptación al cine que hizo Sally Potter, protagonizada por Tilda Swinton. Y la vi hace dos semanas, ya con mi montaje hecho. ¡Era de una melancolía tremenda! Me encantó en su estreno en 1992, pero ahora la encontré muy densa. Dentro de esta irreverencia, empezamos a buscar temas que hablaran de identidad, y se nos cruzó la idea del ?drag queen?, un elemento muy contemporáneo, que Virginia Woolf celebraría mucho. ¡Yo creo que hoy ella sería fan de RuPaul!





? ¿Por qué crees que resulta fundamental que el público masculino vaya a ver una historia como esta?





Me atrevería a decir que los hombres dan por sentadas muchas cosas en las que nunca se han puesto a pensar. El hecho de que estén muy atentos a la discriminación de la mujer no termina de hacerles entender cuál es el verdadero problema. Orlando, en su primera aparición transformado en mujer, dice: ?Dios mío, cuando vuelva a Inglaterra, no podré liderar un ejército, ni atravesar a nadie con mi espada?. ¡Una cosa que él tenía asumida como natural! Será interesante para los hombres ver ese lado. Cuando era hombre, Orlando asumía que las mujeres, por su naturaleza, siempre eran preciosas y arregladas. Como mujer, se da cuenta de que eso no era así. Hoy está ocurriendo una revolución en la condición de la mujer y estamos aprendiendo nuevas formas de relacionarnos, estableciendo nuevos límites.





Más información





Lugar: Teatro Británico (Bellavista 531, Miraflores). Temporada: desde el 30 de marzo, de miércoles a lunes, 8 p.m. Precio: Teleticket y boletería (S/65 y S/30).

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