Viernes, 29 de Marzo de 2024

Los superpoderes del tiburón martillo

MéxicoEl Universal, México 20 de abril de 2019

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 14 de abril) Berenice González Durand CIUDAD DE MÉXICO, abril 20 (EL UNIVERSAL)

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 14 de abril)



Berenice González Durand



CIUDAD DE MÉXICO, abril 20 (EL UNIVERSAL).- Son animales fascinantes. Los tiburones martillo tienen herramientas de supervivencia que retan la imaginación de cualquier creador de superhéroes. Uno de sus sentidos, que no poseen los seres humanos, consiste en la detección de campos eléctricos provocados por la presión en el agua de peces que nadan a grandes distancias, e incluso por animales enterrados en la arena. Se dice que la precisión para ubicar a sus presas se puede comparar con la exactitud de algunos instrumentos científicos que utilizan la electroestática.



A capa y martillo

¿Cómo lo logran? La respuesta está en las llamadas ampollas de Lorenzini, órganos sensoriales especiales que les ayudan a localizar alimento. La abertura exterior de estos órganos, forma parte de una red porosa cerca de su hocico que reguarda células encargadas de recibir la electricidad mediante una serie de canales gelatinosos.

Pero además, su peculiar cabeza los hace aún más eficaces en capturar sus platillos favoritos, como las rayas. Esta parte de su cuerpo en forma de martillo, tiene el posicionamiento de los ojos en cada uno de sus extremos, lo que le confiere una visión binocular, así como la posibilidad de ver a 360 grados en el plano vertical. Esto significa que pueden ver arriba y debajo de su cuerpo en todo momento, aún entre bocado y bocado.

Investigadores del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la Universidad de Costa Rica (UCR), también han expuesto la hipótesis de que la forma de su cabeza los ayuda a mejorar sus maniobras en el agua para girar más rápido. La idea es que si hay un depredador detrás de ellos, como el tiburón tigre, la forma de su cabeza les ayuda a impulsarse con mayor destreza y velocidad para cambiar dirección.

A pesar de tener una serie de instrumentos de supervivencia superiores a los de otros organismos, esto no ha evitado que estos grandes depredadores que habitan las aguas de las regiones tropicales y subtropicales en todo el mundo hayan sido presa del hombre, su mayor enemigo. Este tipo de tiburones tienen algunas de las especies más amenazadas, con poblaciones reducidas a nivel global hasta en 80 %.

Después del tráfico de armas y de drogas, el comercio ilegal de especies se ha convertido en una de las actividades más lucrativas y una de las principales razones para poner a una especie de flora o fauna al borde la extinción. El biólogo Hesiquio Benítez, director General de Cooperación Internacional e Implementación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), que funciona como autoridad científica de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) ha señalado que es una realidad que existe el comercio de especies a nivel mundial por lo que es necesaria su regulación. En ese sentido, la misión de las CITES es asegurar que el comercio no amenace la supervivencia.

El objetivo es que se realice de manera sustentable, de tal forma que se promueva la conservación de las poblaciones mediante la regulación de importaciones, exportaciones y reexportaciones de especies a través de un marco jurídico internacional que contempla alrededor de 35 mil especies divididas en tres apéndices. Precisamente en el Apéndice ll se encuentran tres especies de las nueve de tiburón martillo conocidas. El común (Sphyrna lewini), liso (Sphyrna zygaena) y grande (Sphyrna mokarran).

El doctor Dr. Oscar Sosa-Nishizaki, una de los científicos más reconocidos en el país en el conocimiento de estas especies, fue entrevistado vía telefónica hasta Alberta, Canadá, donde acude precisamente a una reunión internacional sobre los tiburones y las CITES. El especialista dice que hay grandes retos en la conservación de los tiburones martillo, nombre genérico que implica al menos siete especies.

Son capturados como alimento, aunque en un nivel bajo en relación a otros peces. "Tenemos un consumo aparente de todas las especies de tiburones de 42 mil toneladas al año en México". Esto significa que además de su función para mantener el balance en los ecosistemas marinos, son especies de valor socioeconómico.

Sosa-Nishizaki agrega que uno de los retos para los que estudian los tiburones en México es quitar la imagen de que es cazado sólo por las aletas que son muy apreciadas en el mercado asiático. "En México se usa la carne y en este sentido no hay una matanza indiscriminada. No se hace sólo 'aleteo' porque en realidad ambos productos son apreciados y tienen precio. Hay mercado para ambos y los pescadores mexicanos hacen un uso completo de sus organismos, lo que está considerado en los acuerdos internacionales, pues mientras se realice una pesca sustentable, se convierte en un buen recurso pesquero".



Rutas migratorias



Un mejor conocimiento y monitoreo de sus poblaciones también redunda directamente en la conservación de los escualos. En este sentido, recientemente se presentó el estudio "Movimientos de tiburones martillo (Sphyrna lewini) en la Isla del Coco, Costa Rica y entre islas oceánicas en el Pacífico Oriental Tropical". En esta investigación participaron especialistas de siete países; entre ellos Elena Nalesso, egresada del CICESE, quien bajo la dirección del doctor Oscar Sosa-Nischisaki, es la principal autora del artículo. El texto demuestra la importancia de las a?reas marinas protegidas y la necesidad de extenderlas hasta las rutas migratorias que utilizan estos animales para garantizar la protección de esta especie en peligro de extinción.

"Aunque se trata de una ruta fuera de nuestro territorio, nos ayudó a entender la dinámica de utilización de diferentes islas que al tener cierta conectividad, se convierten en corredores marinos. Esto mismo sucede con especies terrestres, como por ejemplo los felinos que atraviesan México y llegan hasta Centroamérica".

Para llevar a cabo estos estudios, vitales para entender el comportamiento de los animales, se utilizan técnicas de monitoreo acústico. Esta investigación se llevó a cabo de la mano de un grupo de científicos con base en el Pacífico Tropical Oriental, quienes han marcado tiburones martillo con transmisores acústicos en los puntos críticos de las islas oceánicas dentro del área protegida marina del Parque Nacional de Isla del Coco, en Costa Rica; Parque Nacional Galápagos, Ecuador; y el Parque Natural de Malpelo, en Colombia.

El entrevistado sostiene que estos medios de marcaje y rastreo son muy importantes para encontrar corredores que son parte sustancial de los movimientos de la biodiversidad y que también el grupo del doctor Mauricio Hoyos, otro de los grandes expertos en tiburones a nivel nacional, ha puesto en práctica para analizar los desplazamientos de grupos que van hacia las Islas Revillagigedo.

Los tiburones martillo sólo se reproducen una vez al año. La escena amorosa es un tanto violenta: el tiburón macho muerde a la hembra hasta que ella acepta aparearse con él. Se dan a luz a crías vivas, entre 12 y 15, aunque la cifra aumenta considerablemente para los mokarran. Recientemente se descubrió una nueva área de crianza de Sphyrna lewini en la zona costera de Santa Cruz, en las Galápagos.

El investigador explica que en nuestro país, algunas especies que estaban en el Golfo de California, como mokarran se han "extirpado". Este término técnico no quiere decir que se hayan extinguido, sino funciona para explicar que ya no se quedan en el lugar, pues aparecen poco o nada en los registros de capturas que; sin embargo, no tienen la especificidad deseada. "Se necesita hacer un seguimiento por especie para entender variaciones y tendencias por año y región".

Es así que el reto también es fortalecer la base de datos y proteger los corredores migratorios para saber cómo se van comunicando estas poblaciones o si se trata de una sola. "Todavía hay muchas preguntas que debemos hacer desde el punto de vista de ecología de poblaciones. La especie Lewini ha sido muy importante dentro de las capturas por más de sesenta años, nosotros la tenemos registrada en una investigación histórica, donde aparece de manera recurrente", señala y agrega que la llamada población desovante, (aunque las hembras no desovan, pues producen ejemplares vivos) donde está la población principal, conforma el núcleo del grupo, pero cuando la densidad general de la comunidad de tiburones disminuye, se desplazan hacia esa concentración.

Es así que los expertos tratan de entender las dinámicas de esos núcleos que en el caso de la especie Lewini ahora podrían estar entre el Golfo de California y Michoacán. "No se debe pasar un límite de uso de las poblaciones. En México tenemos muchos retos porque tenemos esta dualidad de uso: comemos su carne y exportamos las aletas, pero también tenemos que tener las estrategias claras para conservar y no sólo utilizar a las especies".
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