Jueves, 25 de Abril de 2024

La risa, todo un botiquín

ColombiaEl Tiempo, Colombia 22 de abril de 2019

El organismo de una persona que ríe libera endorfinas, sustancias amigables producidas por el sistema nervioso que son capaces de generar bienestar, aliviar la ansiedad, mantener elásticas las arterias y calmar el dolor, entre otros efectos benéficos que explica el neurólogo Gustavo Castro

El organismo de una persona que ríe libera endorfinas, sustancias amigables producidas por el sistema nervioso que son capaces de generar bienestar, aliviar la ansiedad, mantener elásticas las arterias y calmar el dolor, entre otros efectos benéficos que explica el neurólogo Gustavo Castro. Pero también se sabe, según un estudio de la Universidad de Oxford, que reír influye directamente sobre el timo y estimula el sistema de defensas del cuerpo, al igual que reduce la liberación de cortisol, lo que se evidencia con menos niveles de estrés. Desde el plano orgánico se ha demostrado que una buena carcajada pone a funcionar más de 400 músculos, aumenta la capacidad pulmonar, oxigena los tejidos, reduce la presión sanguínea, alivia el estreñimiento, libera adrenalina y mejora la autoestima; en otras palabras, la risa es una especie de "botiquín natural del que todos deberíamos echar mano siempre", dice Castro. Efectos terapéuticos Los beneficios de reír son tantos que Robert Holden, creador de la primera clínica de la risa en Gran Bretaña, ha demostrado que quienes toman la vida con buen sentido del humor consultan menos al médico y tienden a vivir más, según encontró al analizar sus propias estadísticas, las cuales referencian un aumento del 13 por ciento en los años de vida saludable de sus pacientes. La psicóloga clínica Sandra Herrera asegura que la risa hace que las personas cambien por completo, y eso lleva a que se distensionen, se calmen y a que los problemas pesen menos. "Lamentablemente, la gente piensa que reír con frecuencia le resta seriedad a la vida, y muchos prefieren proyectarse al mundo malencarados", señala Herrera. Pero lo cierto es que los beneficios de reír tienen cada vez más evidencia, tanto que son más frecuentes las experiencias como la del Michigan Head Pain and Neurological Institute, en Estados Unidos, que incorporó el humor y la risa en la relación médico-paciente y también ofrece clases de risa a los enfermos hospitalizados, lo que ha significado una reducción de los tiempos de hospitalización y una necesidad menor de ciertos medicamentos, en especial analgésicos. Viktor Frankl, médico que fue prisionero en Auschwitz y autor del libro El hombre en busca de sentido, manifestó que "el humor es una de las armas del alma en su lucha de autoconservación". Una herramienta que, según investigadores del Instituto de Neurología de Londres y de la Universidad de York, en Toronto (Canadá), tiene una ubicación específica en el cerebro evolucionado. Hace unos meses, la revista Nature Neuroscience describió el sitio exacto del cerebro en el cual los chistes y las situaciones divertidas se transforman en risas y carcajadas, algo que hasta hace poco inquietaba a los investigadores. En ese sentido, concluyeron que se encuentra en la corteza prefrontal del cerebro (es decir, detrás de la frente), desde donde se estimula de manera diferencial a casi todo el encéfalo, que termina por ponerse a tono con el buen humor, con manifestaciones motoras, sensitivas y emocionales congruentes. Se puede aprender a reír Otro estudio de la Universidad de Edimburgo con 900 pares de gemelos y mellizos sugiere que los genes podrían controlar por lo menos la mitad de los rasgos de la personalidad que proporcionan la felicidad. La otra mitad está vinculada al estilo de vida, la actividad profesional y las relaciones. Con base en los hallazgos se comprobó que las personas pueden entrenarse para reír y estar contentas, y que es erróneo pensar que la naturaleza dota de un nivel fijo en términos de felicidad, "lo que significa que, más que un solo punto, la gente tiene una variedad de posibles niveles de felicidad, y es perfectamente factible influir en esto con técnicas cuyo funcionamiento se ha demostrado empíricamente". El israelí Tal Ben-Shahar, conocido como el gurú de la felicidad de la Universidad de Harvard, postula que toda persona puede ser más feliz de lo que es, más allá de su condición social y genética. Para él, es una cuestión de aprendizaje, que puede lograrse con ejercicios y disciplina, como si se tratara de matemáticas. Basado en eso propone una serie de acciones que, con juicio, ayudan a alcanzar la felicidad. Entre ellas sugiere anotar cada día las cosas por las cuales vale la pena dar las gracias. Cita estudios que avalan su planteamiento: "La evidencia muestra que la gente que escribe una lista de cinco cosas por las cuales debe agradecer es gente más feliz, más optimista, más exitosa, físicamente saludable, más simpática y más generosa". Agrega otras acciones como mantenerse activo físicamente, no torturarse con preguntas sobre la propia felicidad sino reflexionar si se es más feliz que antes y aceptar el fracaso como parte de la vida y aprender de ello.
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