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Legadoinmortal

PerúEl Comercio, Perú 24 de abril de 2019

Repasamos la vida y aportes del compositor italiano, cuya ópera ?El barbero de Sevilla? se estrenará el 3 de mayo en el Gran Teatro Nacional como parte del Festival Granda.

Por Juan Diego Rodríguez



Gioachino Rossini fue el maestro del autoplagio. Lo hizo sin pudor y siempre se salió con la suya. Talento no le faltó, pero sí tiempo para hacer óperas y eso lo llevó a tomar fragmentos de sus trabajos anteriores para reutilizarlos. Hasta para eso hay que ser bueno.





Las pruebas están ahí. La obertura de ?El barbero de Sevilla? (1816) ?ópera bufa que se estrenará el 3 de mayo en el Gran Teatro Nacional como parte del Festival Granda? es la misma de ?Isabel, reina de Inglaterra? (1815) y la de ?Aureliano en Palmira? (1813). No es todo: en esa misma composición hay extractos de ?El contrato de matrimonio? (1810), ?Segismundo? (1814), ?La morte di Didone? (1811) y la lista continúa.





?Pero ojo que otros autores, como Händel, también lo fueron ?señala Ramón Gener, divulgador catalán de música académica?. La gente no se daba cuenta porque si esa obertura había sido escrita para una ópera en Roma y tú vivías en Nápoles, nunca te ibas a enterar. No había posibilidad de que ello suceda porque la gente acudía como quien ahora va por la tarde al cine con su familia?.





Aun cuando Rossini tomó extractos de su trabajo previo, ?El barbero de Sevilla? no deja de ser uno de los clásicos de la historia de la música. De hecho, según la web especializada Opera Base, está en el top 10 de las más representadas. Al respecto, Gener opina: ?La música es extraordinaria, desde el principio hasta el final y cada vez que la escuchas quedas rendido?.





Rossini necesitó menos de dos meses en terminarla. Él se encontraba en Roma por el estreno de ?Torvaldo e Dorliska? cuando el teatro Argentina le ofreció un contrato para componer una comedia bufa, cuyo estreno estaba programado para el 20 de febrero de 1816. Por supuesto, él cumplió con la fecha acordada.





El estreno, sin embargo, fue un fiasco. El público se sintió engañado: Rossini había nombrado a su ópera ?Almaviva o la inútil precaución? para evitar problemas con los seguidores del dramaturgo Giovanni Paisello, autor de ?El barbero de Sevilla?, pero era evidente que se trataba de lo mismo. A ello se sumó que uno de los intérpretes añadió una composición propia que no fue del agrado de la audiencia, en tanto, una cuerda se rompió y un gato negro pasó caminando por el escenario. Meses después, y tras varios ajustes, la ópera se montó en Bolonia con el título con el que se la conoce hasta ahora y nunca nadie más dudó de su calidad.





?La estructura





de Rossini?





La trascendencia del compositor nacido en Pésaro (1792-1868) tiene que ver con su aporte a la estructura de las óperas italianas. ?Él creó una forma que le sobrevivió muchos años después ?señala Gener?, hasta que llegó Verdi. Al principio de su carrera, él compuso con lo que Alessandro Scarlatti llamó aria di capo, pero en un momento, Rossini pensó que era anticuada y creó una propia que se llama el aria y la cabaletta?, dice.





Gener explica con detalle en qué consiste la innovación de Rossini: ?La estructura se repite en todas las escenas del mismo modo: sale un personaje a cantar acompañado de un confidente, allí el aria es para explicar el sentimiento [o la situación] y la cabaletta sirve para resolverlo. Esto lo inventó Rossini y lo utilizaron Gaetano Donizetti, Saverio Mercadante, Vincenzo Bellini y todos los autores italianos de la primera mitad del siglo XIX. En Giuseppe Verdi aparece en ?Naubucco? y ?Ernani?, hasta que con ?Rigoletto? [1851], él empieza a pensar que le encorseta?.





El éxito de ?El barbero de Sevilla? también tiene que ver con la presencia de Fígaro, un personaje querido que incluso es utilizado por Mozart. ?Todo el mundo quisiera ser como Fígaro ?acota Gener?. Es tan simpático, franco y brillante, domina a toda Sevilla con maestría, con gracia. Este es un personaje que viene del teatro de máscaras, tradición que llegó con la commedia dell?arte y que no es más que un prototipo, así como también hay un viejo gruñón, una joven doncella, un criada gruñona, etc. Lo que hace Rossini es tomar todas esas máscaras y ponerlas en ?El barbero? para reproducir un argumento eterno: un viejo se enamora de un joven y la obliga a casarse con él, pero ella no quiere y aparece el joven galán que la quiere seducir y que, al no poder lograrlo, llama al que deshace los entuertos, quien engaña a todos para que ese amor sea posible y le paguen?.





?Vivir de la fama?





Además de un aficionado a los placeres de la vida nocturna, Gioachino Rossini era un entusiasta de la gastronomía. Las veladas que organizaba en su villa en Passy eran conocidas no solo porque por ellas desfilaba el jet set francés, sino también porque él ofrecía platos con su impronta. Canelones a la Rossini, filet mignon a la Rossini, tallarines a la Rossini y otros platos son su legado culinario.





Rossini le pudo dedicar mucho tiempo a la cocina porque, a los 36 años, se retiró de la música. ?Simplemente se acabó para él?, señala Gener. Es verdad que luego compuso algunas otras piezas, pero tras una vida de incesante trabajo que lo había convertido en millonario, el maestro prefirió dedicarse a disfrutar de la vida.





Datos





?El barbero de Sevilla? se montará el 3, 5 y 7 de mayo en el Gran Teatro Nacional como parte del Festival Granda. Fígaro será interpretado por Gurgen Baveyan, Rosina por Chiara Amarù, Almaviva por Pietro Adaìni, y Bartolo por Marko Mimica.





El difusor cultural Ramón Gener está en Lima para presentar los libros coleccionables de ?This is Opera?, su programa de TV. En total son 30 entregas dedicadas a grandes compositores como Rossini, que estarán en todos los quioscos del Perú desde el 6 de mayo.
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