Esfuerzo y técnica

Probablemente, la técnica se ha basado siempre en un esfuerzo destinado a evitar esfuerzos. Las técnicas permiten hacer más rápido o cómodamente las cosas.
El sabio Critilo acoge en su oficina a un amigo desesperado por las continuas fallas de sus equipos. Los computadores, justo cuando más se los necesita, fallan. La información, que antes guardaba en hojas de papel, ahora está confiada a la incierta seguridad de un disco o de una nube, lo que hace obligatorio tenerla repetida en varios sitios. Los textos escritos con versiones antiguas de programas se vuelven tan ilegibles como la escritura cuneiforme.
No creo que la técnica nos ahorre esfuerzos, concluye el amigo del sabio. Más bien nos condena a esfuerzos que no conocíamos y a inquietudes que los antiguos no tenían. Nadie, cuando todo se confiaba al papel, podía temer por su privacidad, excepto si un descuido ponía los documentos en manos inapropiadas. Hoy estamos sujetos a un espionaje universal.
Pero así se hace la historia, que no vuelve ni tropieza. Vivir mejor no significa vivir sin penurias. Lo comprendemos, pese a confundir técnica con menor esfuerzo.