Jueves, 25 de Abril de 2024

Modi logra una arrolladora victoria electoral y refuerza su apuesta nacionalista en India

ChileEl Mercurio, Chile 24 de mayo de 2019

Su partido hindú-nacionalista Bharatiya Janata conseguiría con holgura la mayoría absoluta y no necesitará aliados para gobernar.

El Primer Ministro, Narendra Modi, se confirmó como uno de los líderes políticos más importantes de las últimas décadas en India, tras asegurar un segundo período de cinco años en unas elecciones en las que su partido nacionalista Bharatiya Janata (BJP) consiguió una holgada mayoría absoluta. Se trata apenas del tercer dirigente indio, tras Jawaharlal Nehru (1950-1964) y su hija Indira Gandhi (1966-1977 y 1980-1984), que logra la reelección sin necesidad de formar una coalición amplia en los 72 años de historia de la mayor democracia del mundo y séptima economía más grande del mundo.
El gigantesco proceso electoral, en el que votaron unos 600 millones de personas entre el 11 de abril y el 19 de mayo, era considerado como un referéndum sobre la figura de Modi, un líder con un discurso polarizador y nacionalista que está calando en la sociedad del gigante asiático.
Y aunque se esperaba que se ratificara el BJP como la primera fuerza, no era tan evidente que fuera a arrasar: según los datos preliminares de la Comisión Electoral, el partido oficialista conseguiría más de 300 de los 542 escaños en disputa, por encima de los 282 que ganó en 2014 y más de los 272 necesarios para obtener la mayoría absoluta en la Lok Sabha, la Cámara Baja del Parlamento. Aunque podría prescindir de ellos y gobernar en solitario, sus partidos aliados sumaron otros 50 escaños, mientras que el primer partido de la oposición, el Congreso Nacional Indio (INC) liderado por Rahul Gandhi -nieto de Indira-, conseguiría apenas unos 50 diputados, un resultado decepcionante para esta formación clave en la vida política del país desde su independencia en 1947.
"Juntos construiremos una India fuerte e inclusiva. !India gana de nuevo¡", reaccionó Modi en Twitter. Luego, en un discurso de 45 minutos, dedicó el triunfo a los 1.250 millones de ciudadanos indios: "Esta no es una victoria de Modi, sino una victoria de los indios que demandaban honestidad", dijo en su ya habitual estilo, en el que se refiere a sí mismo en tercera persona. "Ningún individuo o partido estaba luchando en las elecciones, sino que es la gente de la India la que estaba luchando. Hoy la gente de la India me ha dado la razón y hoy, si alguien ha ganado, es la India".
A diferencia de su campaña de 2014, en la que enfatizó una imagen de buen gestor luego de trece años como jefe de gobierno del estado de Gujarat -uno de los más desarrollados de India-, Modi retomó en este proceso electoral su discurso nacionalista hindú, en un país donde el 80% de la población es hinduista. Según se le critica, el mandatario nunca ha condenado con dureza los ataques de radicales hindúes contra la comunidad de 170 millones de musulmanes que viven en India. Y más que concentrarse en la economía -área en la que se le recuerda el caos que provocó su decisión de retirar los billetes de 500 y 1.000 rupias en 2016-, optó por una retórica de tinte populista centrada en la seguridad, presentándose a sí mismo como "protector" de India frente al enemigo paquistaní.
Conocido por su olfato político, a sus 68 años Modi ha logrado una enorme concentración de poder y una omnipresencia que, según analistas, recuerda en mucho la de Indira Gandhi. Excelente orador, este hijo de un vendedor de té habla un hindi con modismos populares y evita el inglés, asociado con las élites de Nueva Delhi. Aunque casi no ha dado conferencias de prensa en cinco años de mandato, su rostro aparece por doquier en carteles en la calle y en la televisión, e incluso se han estrenado películas de "Bollywood" contando su historia. También tiene una fuerte presencia en Twitter, donde es uno de los líderes mundiales con más seguidores (47,7 millones).
La energía casi inagotable de este aficionado al yoga y vegetariano estricto la demostró también en los 142 mitines de campaña que realizó por toda India, en los que prometió el advenimiento de una "Nueva India", nacionalista, que se ubicará entre las grandes potencias mundiales.
"Modi basó su campaña en una fórmula nacionalista, argumentando que solo él podía mantener la unidad del país ante las amenazas del terrorismo originado en Pakistán y el terrorismo local desde Cachemira. En una campaña marcada por gritos vitriólicos y el uso de noticias falsas, el debate se desvió exitosamente -desde el punto de vista del BJP- de las preocupaciones sociales y económicas a la de la unidad de la nación", explicó a "El Mercurio" Rafiq Dossani, experto del centro Rand.
Para Kartikeya Singh, analista del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, el amplio triunfo de Modi "marca el fin de la era de la política de coaliciones que había primado en el gobierno desde principios de los años noventa", formando un nuevo tipo de lealtad. "Algunos podrían decir que el BJP ha desmantelado exitosamente los bancos de voto basados en la identidad tradicional (...), para forjar un nuevo tipo de identidad basado en el nacionalismo. Al final, este sentido de nacionalismo y la visión de desarrollo de Modi resonaron más entre los votantes que algunos problemas económicos muy reales que están afectando al país", dijo el académico, que consideró que ahora el Primer Ministro tiene crédito para "impulsar muchas iniciativas para reactivar el crecimiento que tenían un alto costo" y que fueron postergadas en su mandato anterior.
Entre sus críticos liberales, en tanto, existe el temor de que el triunfo de Modi lo impulse a actuar en contra de la tradición secular de India, y que su nuevo sitial como "hombre fuerte" lo emparente con líderes como el turco Recep Tayyip Erdogan o el filipino Rodrigo Duterte. "Aunque ciertamente existen algunos paralelos, creo que las comparaciones son solo parcialmente adecuadas. Las instituciones indias todavía son bastante fuertes", comentó Dhruva Jaishankar, analista de Brookings Institution. "Pero en India, al igual que en muchos otros países de América, Europa y Asia, muchas de las tradiciones políticas están siendo puestas a prueba por las políticas identitarias, las percepciones de una creciente desigualdad y la desinformación desenfrenada, que han ayudado a ciertos líderes sobre otros", consideró el experto, quien atribuyó la holgada victoria del BJP principalmente a "la popularidad personal de Modi, a que dirigió su campaña con estilo presidencial contra una oposición fracturada y a que se le consideró fuerte en seguridad".
Donald Trump felicitó a Modi "por su gran victoria" y destacó que "hay grandes cosas por hacer en la sociedad entre EE.UU. e India".
Un país en el espejo de ChinaTras su reelección, Narendra Modi gobernará durante al menos 10 años en India, alcanzando de este modo al líder del otro gigante asiático, el chino Xi Jinping, quien el año pasado fue reelegido por unanimidad por la Asamblea Nacional Popular de China para un nuevo mandato hasta 2023.
De este modo, a ambos líderes les tocará dirigir a sus países en un período de profundos cambios en el que serán protagonistas. Según la consultora PwC, India -que ha crecido a un promedio de 7% en los últimos cinco años- seguirá expandiéndose a una tasa anual cercana al 5% hasta 2050, y ya en 2040 podría desplazar a EE.UU. como la segunda economía mundial, superada solo por la de China.
Para entonces, la población india habrá aumentado de los 1.250 millones actuales a 1.600 millones, pero se estima que tan pronto como en 2022 India superará en habitantes a China. En esta pulseada de titanes, los expertos consideran que será muy interesante ver los liderazgos fuertes de Modi y Xi, ya que mientras el primero debe responder a un mandato democrático y enfrentar una oposición política, en China existe un sistema autoritario y de partido único. Según algunos economistas, las diferencias del modelo podrían beneficiar a India, ya que en esta nueva fase de crecimiento, en que se depende más del emprendimiento individual para la creación de empresas de alta tecnología, el sistema indio podría ofrecer mejores incentivos a los privados.
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