Nueva York quiere ser pionera contra la subida de las aguas
Muros de arena en Manhattan y Brooklyn, dunas elevadas en las playas más expuestas y colosales obras en estudio son parte del plan.
Desde el huracán Sandy del 2012 -que dejó 44 muertos y daños por US$ 19 mil millones- los neoyorquinos ya no dudan del cambio climático.
Esta ciudad es tan densamente poblada que nadie imagina abandonar los barrios costeros, de ahí que para la alcaldía sea una prioridad fortificar sus 850 km de costa. Para ello anunció medidas para protegerse de tormentas y de la subida de las aguas.
Según proyecciones oficiales, un 37% de los edificios del sur de Manhattan quedarán expuestos a tempestades para 2050, y un 20% de las calles podrían inundarse regularmente para 2100.
En el barrio de los Rockaways, cerca del aeropuerto J.F. Kennedy, y también al sur, en Staten Island, dos zonas duramente golpeadas por Sandy, ya se erigieron 15 km de barreras de dunas, y se vertieron millones de toneladas de arena para consolidar las playas de los Rockaways en Queens, o de Coney Island en Brooklyn.
También se gastaron más de mil millones de dólares para proteger la red eléctrica y el metro, indispensable para la circulación de los 8,5 millones de neoyorquinos.
Muros bajos de arena aparecieron en muchos barrios de Brooklyn o Manhattan, cerca de Wall Street, una medida de protección temporal, por cinco años, mientras se construyen fortificaciones más duraderas para proteger el corazón financiero de Nueva York.
Las obras más ambiciosas no han comenzado: la alcaldía debe iniciar en 2020 trabajos a tres años para elevar el gran parque que bordea el East River en el sur de Manhattan.
El alcalde Bill de Blasio presentó en marzo un proyecto para proteger el extremo sur de Manhattan: sería prolongado por una lengua de tierra que permitiría ganar 150 metros al East River y "absorber la energía de una tormenta", explica Steve Cohen, experto en política ambiental en el Instituto de la Tierra de la U. de Columbia.
Pero estos trabajos llevarían años y costarían hasta US$ 10 mil millones, con un financiamiento incierto.