Miércoles, 24 de Abril de 2024

Bromhidrosis, ese mal olor corporal que no se va

ColombiaEl Tiempo, Colombia 23 de septiembre de 2019

Unidad de Salud de EL TIEMPO @SaludET
El mal olor en el cuerpo puede convertirse en un verdadero problema para algunas personas, al punto de que esta condición, de acuerdo con el dermatólogo Campo Elías Páez, es un factor de aislamiento y alteraciones emocionales para quienes la enfrentan, muchas veces sin encontrar soluciones efectivas

Unidad de Salud de EL TIEMPO @SaludET
El mal olor en el cuerpo puede convertirse en un verdadero problema para algunas personas, al punto de que esta condición, de acuerdo con el dermatólogo Campo Elías Páez, es un factor de aislamiento y alteraciones emocionales para quienes la enfrentan, muchas veces sin encontrar soluciones efectivas. Bromhidrosis u osmidrosis son los nombres que recibe el mal olor corporal y que, según Páez, afecta mayormente las axilas, pero también se puede originar en los pies y en la zona genital. Este se describe como "un olor rancio, agrio y siempre desagradable que se aparta mucho del olor natural que la gente acepta en las personas", agrega el especialista. La bromhidrosis, dice Páez, es una entidad subdiagnosticada en razón a que muchas personas piensan que es algo pasajero o que se puede manejar con solo baño. Está presente en todas las razas, pero es más frecuente en hombres adultos (aunque puede aparecer a cualquier edad) y en pieles oscuras. César Burgos, dermatólogo de la Universidad Nacional, explica que esta molestia se debe a la secreción aumentada de unas glándulas que están distribuidas en toda la superficie corporal. Según indica, las glándulas secretoras del ser humano son las ecrinas y las apocrinas. Las glándulas ecrinas, dice Burgos, regulan la temperatura a través de la producción de sudor, que por lo general carece de olor; por su parte, las glándulas apocrinas se encuentran solo en algunas zonas como las axilas, la zona genital, el pecho y alrededor de los ojos y las orejas. Ellas producen grasas que también carecen de olor. "El asunto es que al aumentarse las secreciones, principalmente de las glándulas apocrinas, las bacterias de la superficie de la piel descomponen las grasas y en este proceso se liberan, entre otras sustancias, amoniaco y ácidos que producen un olor característico, fuerte, penetrante e insoportable para algunas personas", enfatiza Burgos. En este sentido, Páez asegura que algunos estudios han demostrado que las personas con bromhidrosis tienen glándulas apócrifas más grandes y en mayor cantidad, lo que dificulta su tratamiento. Pero se puede producir bromhidrosis ecrina, lo que ocurre cuando el sudor ablanda la queratina (capa dura) de la piel y esta es destruida por las bacterias, produciendo mal olor. También cuando por la piel se liberan algunas sustancias producidas por algunos alimentos como ajo, cebolla, curri, alcohol, medicamentos o por ciertas enfermedades como la diabetes y algunas afecciones del hígado. El dermatólogo Páez agrega que la falta de aseo, el exceso de sudor y las bacterias forman una tríada que favorece la aparición del mal olor, lo mismo que algunas infecciones de la piel. Diagnóstico Una buena historia clínica con un examen físico hecho por un médico especialista es suficiente para hacer un diagnóstico adecuado. Sin embargo, a partir de los olores corporales pueden establecerse diagnósticos de trastornos metabólicos, toxicidad por drogas o fármacos, e ingesta de alimentos; infecciones bacterianas y contaminaciones. La cromatografía o espectroscopía contribuye a identificar los químicos que producen el olor. Es un método específico y sensible que se usa solo en casos específicos. La biopsia de piel puede estar recomendada en algunos casos en los que se planteen soluciones quirúrgicas. Tratamiento Campo Elías Páez afirma que existen tratamientos que dependen del diagnóstico y de la gravedad de cada caso. Hay manejos conservadores que tienen como objetivo reducir la flora bacteriana. Asegura que es indispensable mantener la piel seca. Para ello son apropiados la higiene y el uso de desodorantes y la depilación axilar mediante afeitado o láser. Ante la presencia de bacterias, el uso de antibióticos tópicos en las áreas afectadas por varias semanas puede ser de gran ayuda, aunque también pueden emplearse jabones con antiséptico o antibióticos. Hay tratamientos quirúrgicos que retiran el tejido subcutáneo de la axila o extirpan las glándulas de manera selectiva. Se ha probado la aplicación de toxina botulínica, iontoforesis (medicamentos con uso de corrientes eléctricas) y el uso de sustancias tópicas para mantener secas las zonas afectadas.
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