Identidad del Frente Amplio

Hace unos días, el Frente Amplio (FA) se reunió en su Congreso Estratégico para abordar diferentes materias; entre ellas, la decisión de pactar o no acuerdos electorales con el resto de la oposición. Su resolución final revela una opción por el pragmatismo que podía ser anticipable, dadas las características de los comicios municipales y de gobernadores regionales a efectuarse el próximo año, pero que no era fácil de consensuar en un bloque que ha definido parte de su identidad en el contraste con lo que fuera la Nueva Mayoría y en la crítica a la obra de la antigua Concertación, y donde el debate respecto del marco de relaciones con esas fuerzas ha dividido a sus bancadas parlamentarias.
Aun así -y en ese congreso se hizo evidente-, las elecciones de alcaldes y de gobernadores regionales, que entregan esos cargos a la primera mayoría relativa (con el requisito de haber alcanzado el 40% de los votos, en el caso de los gobernadores), imponen a la oposición establecer ciertos pactos, so riesgo de facilitar el triunfo de Chile Vamos en un número importante de regiones y en municipios clave. En el cónclave de hace dos semanas se enfrentaban así dos fórmulas distintas, que fijaban condiciones al resto de la oposición para alcanzar acuerdos. Mientras la primera descartaba pactar con los partidos de la ex Nueva Mayoría "mientras no hayan terminado su histórica vinculación con la institucionalidad neoliberal", la otra demandaba el compromiso con una "agenda de derechos" y el énfasis en la transparencia y la probidad. Aunque esta última definición fue más votada, no alcanzó el quórum requerido, lo que llevó a redactar un voto de consenso que si bien en su primer párrafo declara el rechazo a pactos nacionales con fuerzas ajenas a la coalición, luego relativiza esa tajante definición, al señalar que los frenteamplistas se abren a considerar acuerdos puntuales o locales, agregando para ello el más vago requisito de compartir "un mismo proyecto de transformación". Aunque los dirigentes de la ex Nueva Mayoría esbozaron algunas críticas, la decisión del Frente Amplio parece, en los hechos, anticipar la posibilidad de negociaciones y eventuales pactos de omisión entre ambos sectores para los comicios del próximo año, en los que -al menos en una parte de las comunas y regiones- la opción por el pragmatismo prevalezca por sobre las consideraciones de pureza doctrinaria.
Precisamente por eso es que llama la atención que el mismo Congreso Estratégico que optó por ese camino haya ratificado un conjunto de definiciones programáticas de dura impronta ideológica, con ideas como la nacionalización de los "recursos naturales estratégicos", que parecen resucitar antiguas consignas de la izquierda tradicional, abandonadas por este último sector al constatar su fracaso.
Muestra de esa misma dicotomía entre el pragmatismo de un bloque que aspira a extender su presencia en espacios institucionales pero que a la vez intenta mantener sintonía incluso con algunos de los movimientos sociales más radicalizados parecen ser las expresiones de cierta justificación -y en algunos casos hasta de simpatía- por parte de la exabanderada presidencial del Frente Amplio y de algunos de sus parlamentarios ante a las acciones de evasión masiva del pago del metro, pese a la violencia que ha rodeado esas manifestaciones.