Viernes, 19 de Abril de 2024

La poco recomendable dependencia de las mascotas virtuales

PerúEl Comercio, Perú 5 de diciembre de 2019

Tecnología ? El retiro de una app, que invitaba a alimentar, vestir y entretener a un alien, hizo que los fanáticos alzaran su voz y el juego volviera a estar disponible ? Siempre será mejor una mascota real.

Ha sido descargada más de 500 millones de veces y cuenta con casi 11 millones de reseñas que le dan una calificación de 4,5 estrellas (sobre 5). Su nombre es Pou y el pasado lunes 2 de diciembre su aplicación había sido retirada de la tienda Google Play Store. Dos días después, volvió a estar activa en la tienda, tras el reclamo de sus seguidores a través de las redes sociales.





Si usted nunca lo jugó, es probable que conozca a alguien que sí lo hizo. Pou es un videojuego para móviles que fue lanzado en agosto del 2012, que tiene un concepto similar al recordado Tamagotchi, de mediados de los años noventa: es una mascota virtual (en este caso un alien) y el jugador debe encargarse de alimentarlo, asearlo, vestirlo, entretenerlo y enviarlo a dormir.





El personaje principal es muy similar a una papa, pero de forma triangular. Solo tiene ojos y boca. Por la época, estaba disponible para smartphones con el sistema operativo de Blackberry, iOS y Android.





El juego es obra del desarrollador libanés Paul Salameh y, según declaró para el diario español ?La voz de Galicia?, solo le tomó tres meses crear Pou. En los primeros años, las actualizaciones las hacía él mismo de manera diaria o semanal.





El gancho estaba en que, además de encargarse por el cuidado de Pou, la aplicación incluía varios minijuegos, compras y la posibilidad de interactuar con otros jugadores.





?Vínculos emocionales?





Por más que Pou o el Tamagotchi invite al usuario a responsabilizarse por el cuidado de la mascota virtual, esto nunca reemplazará la experiencia de tener una mascota real. ?Tener una mascota real requiere una responsabilidad real. Si no queremos tener compromisos, podemos considerar tener una virtual. Sin embargo, con una mascota real se desarrollan vínculos afectivos y habilidades sociales que no se pueden desarrollar en un entorno digital?, explica a El Comercio la psicóloga clínica Juliana Sequera.





?Lo que la tecnología no va a lograr es esa conexión emocional real, con reacciones empáticas que hoy logramos con una mascota. Una mascota virtual genera dependencia, porque el ser humano siempre busca cerrar capítulos, concluirlos. Pero estas mascotas no terminan, siempre hay un nivel más. Te entretiene, pero puede generar dependencia. Lo mejor siempre va a ser una mascota real, que vaya de acuerdo a la personalidad de la familia?, comenta Antonella Galli, psicóloga de la clínica Ricardo Palma y autora del libro ?Sé feliz?.





Ambas especialistas coinciden en que, pese a la relevancia actual de la tecnología, hay que darse un tiempo para disfrutar de la naturaleza, ejercitarse y mejorar nuestra calidad de vida.





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Entre el 2012 y el 2013, Pou se convirtió en una de las tres aplicaciones más descargadas en Google Play Store.





Aunque empezó siendo de pago, luego se convirtió en una app gratuita para los dispositivos Android. Su versión en iOS sigue siendo de pago.
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