Mochilazo en el tiempo

El colegio militar famoso por sus modernas instalaciones



Carlos Villasana y Ruth Gómez

EL UNIVERSAL



En febrero de 1920 Venustiano Carranza inauguró el Heroico Colegio Militar de Popotla; dichas instalaciones funcionaron como tal hasta septiembre de 1976, año en el que tuvo que ser trasladado ya que no contaba con el espacio necesario para la demanda de interesados para ingresar y el rápido crecimiento de la zona urbana de Popotla, lo que limitó las prácticas de campo.

Fue en Tlalpan, al sur de la ciudad, que se encontró el espacio necesario para que los alumnos del Heroico Colegio Militar pudieran llevar a cabo todas sus prácticas y en las instalaciones de Popotla se albergaron oficinas administrativas y hoy, de acuerdo a información de la página de la Secretaría de la Defensa Nacional, son sede del Colegio de Defensa Nacional, la Dirección General de Educación Militar, la Rectoría de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea y la Escuela Militar de Ingenieros.

Para la elaboración del proyecto, se invitó a 10 destacados arquitectos mexicanos que organizados en parejas, tendrían que presentar ante un jurado los planos del nuevo Heroico Colegio Militar: los ganadores fueron Agustín Hernández Navarro y Manuel González Rul. Su proyecto, según la página oficial de la Sedena, ganó de forma unánime y tenía el sello de las construcciones de Agustín Hernández, el proyecto estaba "inspirado en la forma de las antiguas edificaciones prehispánicas".

El 22 de julio de 1974 se publicó en el Diario Oficial sobre la expropiación de las 386 hectáreas que ocuparía el nuevo colegio y la primera piedra se colocó el 8 de octubre de ese mismo año; el acto fue presidido por el presidente y titular de la Sedena de ese entonces, Luis Echeverría y Hermenegildo Cuenca Díaz, respectivamente.

Para saber más sobre el recinto y su significado para la comunidad de Tlalpan, nos acercamos al cronista Manuel Valdespino, quien nos compartió que el Heroico Colegio Militar cuenta con un monumento y una calzada dedicada a los Niños Héroes, plaza de maniobras, enfermería, dormitorios para los diversos rangos, caballerizas, un estadio, zona deportiva al aire libre, aulas de enseñanza y una biblioteca. De acuerdo a Valdespino, entre los edificios que destacan por su arquitectura al interior del Heroico Colegio Militar están:

"El Edificio de Gobierno, ya que su fachada asemeja al rostro de Huitzilopochtli; la alberca y fosa de clavados están inspirados en las estructuras piramidales prehispánicas; el auditorio representa a un águila al momento de emprender el vuelo y el casino y club de oficiales tiene una arquitectura que asemeja un pebetero azteca, la construcción tiene una capacidad para 2 mil 772 personas.

"Antes de la inauguración del Heroico Colegio Militar, la caseta a Cuernavaca que se encontraba sobre la autopista estaba a la altura del pueblo de San Pedro Mártir (Tlalpan) a tan solo 1 kilómetro del Monumento al Caminero (lugar donde comienza la autopista); en 1976 al inaugurarse el Heroico Colegio Militar y al ser la autopista (en ese entonces) la única vía de comunicación para llegar al Colegio, se decidió recorrer la caseta 5 kilómetros más adelante para así facilitar el acceso al Heroico Colegio Militar", narra Manuel Valdespino.

El estilo arquitectónico del colegio llamó la atención de la industria musical y cinematográfica: en 1988 fueron filmadas escenas del video musical de Luis Miguel "La Incondicional" y que fueron retomadas por la producción de la serie que está dedicada al cantante.

Dos años después la producción de la película "Total Recall" (1990), protagonizada por Arnold Schwarzenegger, seleccionaron el Heroico Colegio Militar para grabar algunas escenas ya que consideraban que eran unas instalaciones "futuristas": "dicho por los propios productores de la película buscaban instalaciones modernas y poco comunes en el mundo, que dieran un aspecto de una película del futuro, otras escenas de esta película fueron filmadas en un terreno baldío frente a Perisur, otras en Ciudad Universitaria, en el metro Chabacano y en la Glorieta de los Insurgentes", explicó el cronista.

De acuerdo a Valdespino, los habitantes de San Pedro Mártir y San Andrés Totoltepec tuvieron cierta inconformidad con la apertura del Heroico Colegio Militar por la expropiación de los terrenos; sin embargo, con el paso del tiempo han ido aceptando la estadía de la institución así como a los miles de alumnos que de alguna manera activaron la economía de la zonas, ya que se establecieron comercios en las cercanías del Heroico Colegio Militar.

En conclusión, Manuel dijo que quizás "de no haberse construido el Colegio Militar en esta zona, seguramente este espacio sería ocupado actualmente por decenas de colonias como parte de la enorme extensión de la mancha urbana".