Jueves, 25 de Abril de 2024

Licitaciones de suministro eléctrico

ChileEl Mercurio, Chile 23 de enero de 2020

Una suma de circunstancias puede hacer aconsejable retrasar la próxima licitación de contratos de suministro.

Este año debe llevarse a cabo la licitación de suministro eléctrico para clientes regulados, que será provisto a partir de 2026. El objetivo de estas licitaciones es que las empresas que ofrezcan precios competitivos puedan obtener contratos de largo plazo que permitan el financiamiento de las inversiones. La Comisión Nacional de Energía (CNE) ha determinado que la licitación será por un monto de 5.600 GWh, que la institución estima necesarios para responder al crecimiento de la demanda de los clientes regulados de las firmas de distribución y al término de contratos similares firmados años atrás. Sin embargo, existen ciertas dudas sobre la conveniencia del llamado en las condiciones actuales.
Por cierto, predecir la demanda que habrá en cinco o más años siempre ha sido un proceso complejo y susceptible de errores. Pero en las condiciones actuales ello resulta aún más difícil, tanto por la situación del mercado eléctrico en sí como por las dudas sobre lo que ocurrirá con la economía nacional en el próximo período.
En el pasado, las incertezas sobre la demanda futura tenían que ver con la tasa de crecimiento de la economía -más predecible que en la actualidad- y la tasa a la que se adoptarían medidas de eficiencia energética. Esas fuentes de incertidumbre se mantienen, pero ahora se agregan otras. Así, debido a que la electricidad será entre 30% y 40% más cara para clientes regulados que para clientes libres en el período 2020-2024, muchos clientes actualmente regulados que pueden optar elegirán pasar a la segunda categoría, sumándose a los que ya han hecho este cambio. Esto reduciría en 3.003 GWh la demanda que enfrentarán las empresas de distribución a 2025, según la CNE. Además, algunos clientes de las distribuidoras -especialmente comercio e industrias- instalarán generación solar o de otros tipos no convencionales, aunque hacia ese año su efecto no será aún significativo. A su vez, la lenta entrada al mercado de vehículos eléctricos debería tener el efecto contrario.
Pero existe otro elemento a considerar. El Ministerio de Energía se encuentra trabajando en una reforma profunda de la distribución eléctrica, uno de cuyos puntos centrales será la separación entre el negocio de cables y redes (los "fierros") y el de comercialización de energía. En el nuevo esquema, habrá una empresa monopólica en cada área de distribución que prestará el servicio de redes y que será remunerada por esto. La energía, a su vez, la venderán comercializadoras que competirán por atraer clientes ofreciéndoles planes con distintas características, y que mantendrán contratos de suministro con las empresas de generación. Para que este modelo funcione, la demanda de los usuarios de distribución no puede estar totalmente contratada. En tal caso, no habría espacio para desarrollar una industria de comercialización, a menos que se rompieran los contratos de suministro existentes. En tal caso los generadores que hubieran ganado esas licitaciones podrían alegar un cambio en las reglas del juego, ya que no podrían vender al precio contratado la energía proveniente de las inversiones financiadas con el respaldo de las subastas de suministro.
Como se ve, existen varias circunstancias que pueden hacer aconsejable retrasar esta licitación o concretarla con un menor plazo, teniendo en cuenta además que el tiempo de instalación de centrales renovables no convencionales es más rápido, pudiendo ser incluso inferior a un año.
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