Jueves, 25 de Abril de 2024

Reforma en suspenso

ChileEl Mercurio, Chile 23 de enero de 2020

Macron ha hecho concesiones, pero asegura que no cederá en el fondo de su reforma previsional.

Las protestas contra la reforma de las pensiones en Francia han disminuido, pero no han desaparecido. La semana pasada hubo marchas pacíficas y disturbios protagonizados por los chalecos amarillos, y este martes, un corte de luz efectuado por algunos sindicatos, pero no se han visto movilizaciones masivas como las de diciembre, mientras los servicios de transporte, en particular los ferroviarios, se han ido normalizando, luego de que algunos de los gremios resolvieron seguir negociando y esperar hasta que el gobierno tenga listo, el viernes, el proyecto que presentará a la Asamblea Nacional para ser discutido en febrero.
Para lograr este apaciguamiento, el Presidente Emmanuel Macron ha tenido que hacer concesiones, pero se ha mantenido firme en que el fondo de la reforma no se cambia. El anuncio del Primer Ministro de que podría eliminarse el aumento de la edad de jubilación para recibir la pensión completa -manteniéndola en 62, en lugar de subirla a 64 años- convenció a algunos trabajadores de que convenía deponer la huelga, después de seis semanas. El punto central del proyecto, que por lo demás estaba en el programa de Macron, es el reemplazo de los 42 regímenes distintos que existen actualmente por uno universal, que abarcaría tanto a empleados públicos como del sector privado, lo que implicaría la desaparición de privilegios para algunos gremios.
Las críticas al modelo de reparto francés vigente apuntan a que, además de no poder financiarse y estar en peligro de colapsar en unos años, resulta caótico, con reglas muy diferenciadas para cada grupo; crea desigualdades y es poco transparente, además de dificultar la movilidad laboral. Las pensiones equivalen al 14 por ciento del PIB y, de acuerdo con los estudios del ente previsional fiscal, para 2025 el sistema tendrá un déficit de más de 8 mil millones de dólares.
Desde hace años que se ha tratado de reformar el modelo previsional francés, pero sucesivos gobiernos han fracasado, por la oposición tenaz de las poderosas federaciones sindicales, que resienten los recortes de beneficios que consideran ganados a través de los años laborales. En la actualidad, hay trabajadores, entre ellos los ferroviarios, que se jubilan a los 52 años, una prebenda obtenida en tiempos en que su labor era considerada riesgosa para la salud, y en que la expectativa de vida era muchísimo menor que la actual. Otros, como los de la Ópera de París, se pueden pensionar a partir de los 42 años. El fin de semana, los músicos de esa institución hicieron un "concierto de protesta" para reclamar por el posible recorte de sus privilegios, que fueron otorgados por Luis XIV.
El gobierno reconoce la fuerza de los sindicatos franceses. No en vano se recuerda que el gobierno de Jacques Chirac tuvo que retirar un proyecto de ley después de dos meses de huelgas, mientras Nicolas Sarkozy y François Hollande pudieron hacer leves reformas que no modificaron demasiado el oscuro panorama previsional. Ahora hay que esperar nuevas concesiones de Macron, y ya se habla de que le será difícil unificar los 42 sistemas, por lo que se vería obligado a mantener algunos regímenes privilegiados.
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