Vacaciones
Nos aprestamos con tía Waverly a salir de vacaciones
Nos aprestamos con tía Waverly a salir de vacaciones. Este año, en un gesto de heterodoxia que roza lo herético, no iremos a la playa, sino al sur, al sur de Chile. La tía está encantada y yo mucho más, pues calculo que no piso esas tierras hace ya más de treinta años... Pero atrás quedarán por esta temporada los panes de huevo, las golondrinas, los barquillos y hasta probablemente el bikini de la tía. Oiremos el mar de lejos, aunque no quisiera perderme una visita a Puerto Montt y a Angelmó.
¿Qué nos deparará el destino esta vez? Difícil saberlo; pero en general nuestros períodos de asueto suelen transcurrir en paz y quietud, incluso y a pesar de ciertas extravagancias con que la tía suele sorprendernos a todos, es decir, al perrito Braulio y a mí. Yo me llevo algunos libros, claro, pensando en mis clases de marzo próximo...
Tenemos la ilusión de hacer muchos paseos y recorrer esos lugares tan majestuosos que bordan nuestras regiones australes. Mirar árboles y montañas, lagos y ríos. Mas pienso, al escribir, en tantas familias que no tendrán una oportunidad así este año, por múltiples razones de todos conocidas. Me las llevaría a todas si pudiera, pero en nuestro autito apenas si cabemos los tres; pero lo hará mi corazón de patriota, semiextranjero pero patriota, pensando en la paz y en la reflexión, y en la dignidad, y en la justicia, y en el orden, y en la democracia, y en huemules y cóndores.
Ojalá que nunca en Chile nadie se quede sin vacaciones.