Miércoles, 24 de Abril de 2024

Lo que se sabe hasta ahora sobre cómo surgió el covid-19

ChileEl Mercurio, Chile 17 de febrero de 2020

Las sospechas apuntan a que murciélagos y un pequeño mamífero, el pangolín, habrían sido claves en la transmisión del virus. Confirmar este dato ayudará a prevenir su diseminación.

Un mercado de mariscos y alimentos en la ciudad china de Wuhan, en donde se vendían ilegalmente animales salvajes para consumo humano, se estima que es el origen del brote de covid-19 que hoy preocupa al planeta. Allí, además de pescado y productos del mar, se vendía carne de rata, sapos, víboras, cocodrilos y otros animales exóticos, como el pangolín.
Este pequeño mamífero con escamas, muy usado en la medicina tradicional china y en riesgo de extinción, llamó la atención de la ciencia luego que investigadores de la U. Agrícola del Sur de China descubrieron que el coronavirus presente en los pangolines es 99% idéntico al virus que afecta a más de 65 mil personas.
Pese a que no está confirmado su rol en la actual epidemia, el pangolín solo habría sido un nexo entre los humanos y otra especie que podría ser el origen del brote: los murciélagos.
No sería la primera vez. Se cree que el ébola surgió en estos quirópteros, así como otros dos tipos de coronavirus ya conocidos: el SARS (síndrome respiratorio agudo grave), que apareció en Asia en 2002, después de pasar de murciélagos a gatos civetas y luego a humanos, y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), que ha matado a más de 860 personas desde 2012, después de haber sido transmitido por camellos.
Sin embargo, falta confirmar las sospechas. La viróloga Susan Weiss, investigadora de la U. de Pensilvania (EE.UU.) y experta en coronavirus, estuvo presente hace una semana en un congreso mundial en Barcelona. Allí afirmó que "para estar totalmente seguros, deberíamos encontrar un virus idéntico en un murciélago. Pero es muy probable que sea la fuente".
Mejores defensas
Aunque no son los únicos animales que acarrean virus con potencial de ser transmitidas a los humanos -roedores, primates y aves también son vectores conocidos-, los murciélagos suelen causar más problemas que otros.
La razón está en su sistema inmune. "Se cree que los murciélagos tienen un mejor sistema inmune y mejores defensas, por lo que el virus no les afecta, pero cuando llega a otras especies, sí que genera daños", dijo Weiss.
Un estudio presentado en estos días por la U. de California en Berkeley confirma sus palabras. En él se concluye que la feroz respuesta inmunológica de los murciélagos a los virus podría hacer que se repliquen más rápidamente, de modo que cuando saltan a otros mamíferos con sistemas inmunológicos normales, como los humanos, los virus causan estragos.
Por esto, según la doctora Cara Brook, una de las autoras, "no es coincidencia" que algunos de los peores brotes de enfermedades virales de los últimos años se originaron en murciélagos.
Pero no es su culpa, aclaran los expertos. Las transmisiones suelen ocurrir cuando el ser humano invade los espacios donde ellos habitan: estudios muestran que al ver alterado su hábitat, los murciélagos se estresan y arrojan aún más virus en su saliva, orina y heces, que pueden infectar a otros animales.
"El sistema inmune de los murciélagos es muy potente, pudiendo albergar muchos virus sin enfermarse, pero no son responsables de epidemias. Los humanos somos parte del ecosistema y hemos invadido el territorio de muchas otras especies", dice la doctora Annia Rodríguez-San Pedro, del Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático de la U. Santo Tomás.
"Muchos de estos brotes infecciosos serán más frecuentes si seguimos destruyendo los ecosistemas. Encontrar el origen y el modo de transmisión del virus de Wuhan a los humanos es clave", agrega.
De hecho, conocer el origen del virus, más que ayudar al desarrollo de una vacuna o tratamiento, contribuye a prevenir que se repitan situaciones similares. "Cuando un virus tiene la posibilidad de pasar de un animal a humano, hay un proceso de adaptación; las respuestas que uno puede encontrar en los animales a nivel inmunológico, no son las mismas que en los humanos", explica el doctor Claudio Figueroa, microbiólogo y académico de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián.
"La utilidad es a nivel epidemiológico; conocer sus principales vías de contagio ayuda a prevenir la diseminación de estos virus -agrega-. Pero aunque se tomen medidas, es muy difícil evitar que surjan nuevos virus porque es algo muy dinámico".
Hacia allá apunta el actual trabajo de Cara Brook y sus colegas: diseñar un modelo más formal de la evolución de la enfermedad dentro de los murciélagos, para entender mejor el contagio del virus en otros animales y humanos. "Es realmente importante entender la trayectoria de una infección para poder predecir su aparición, propagación y transmisión", puntualiza Brook.
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