Jueves, 28 de Marzo de 2024

Gustavo Poyet y su cuarentena en Londres: "Hay pánico generalizado"

UruguayEl Pais, Uruguay 4 de abril de 2020

silvia pérez
Gustavo Poyet está encerrado en su apartamento de Londres , junto a su esposa Madelón y Matías, uno de sus hijos

silvia pérez
Gustavo Poyet está encerrado en su apartamento de Londres , junto a su esposa Madelón y Matías, uno de sus hijos. Aprovecha el tiempo para repasar lo hecho en los equipos que dirigió. Observa partidos y vuelve a leer apuntes que había sacado y repasa libros. Se prepara para volver a trabajar cuando el mundo y el fútbol vuelvan a la normalidad.
También disfruta de cosas que no suele hacer cuando está trabajando. Mira series, por ejemplo Juego de Caballeros (que cuenta la historia del fútbol inglés en sus inicios) y La Casa de Papel, de cuya nueva temporada (la cuarta) estrenada ayer no se hubiera enterado en tiempos normales.
"Acá la cuarentena no es obligatoria, pero aclararon quién puede salir y cuándo. Confían bastante en la gente. Lo que pasa es que cuando es tanta la gente siempre hay alguien que no lo hace y esos son los que aparecen en la televisión. Pero por lo general la gente está dentro de sus casas. Hay permiso para salir al supermercado una vez por día y para hacer media hora de ejercicio. Además, de los que tienen que ir a trabajar que son los empleados de los hospitales, supermercados y farmacias. El resto esta todo cerrado", contó el entrenador.
"El supermercado lo hace mi mujer, que lo conoce bien. Yo no soy mucho de supermercados, salvo cuando estoy solo y no tengo más remedio. Todavía hay colas en los supermercados grandes. Te dejan entrar cuando sale alguien y hay que dejar entre tres y cuatro metros entre un carro y el otro. Nunca dejan que el supermercado esté lleno porque lamentablemente acá han arrasado con todo. Y esta semana acá en Londres, donde vive más gente, se ha visto una cantidad de comida vencida en la basura. La gente compraba por comprar, temiendo el desabastecimiento, y luego no le daba el tiempo para comérselo, por lo cual tuvo que tirarla", lamentó Poyet, quien ahora realiza en su casa los ejercicios que hacía en el gimnasio.
"Yo podría salir ahora, subirme al coche y tener suerte de que no me paren. Si lo hacen y ven que estoy a 50 millas de casa no puedo decir que fui al supermercado", agregó.
"Hay un pánico generalizado, más porque el martes murieron más de 500 personas. Fue el peor día. Se pensaba que la cosa había mejorado porque durante varios días se había repetido o incluso bajado un poquito el número de infectados, pero ahora pegó este salto de golpe y hay temor y alarma. Veremos qué pasa en los próximos días".
Poyet cree a su vez que la información es demasiada y que eso no ayuda. "Eso confunde y hace que se olviden las bases. Yo en mi profesión tengo momentos en que paro, me detengo y vuelvo a lo básico. Y ahora hay que hacer lo mismo. El esquema básico: este es el riesgo, esto es lo que tengo que hacer, esto lo tengo que lavar, respetar las distancias, etc, etc".
Los hijos de Poyet, Matías y Diego, viven juntos del otro lado de Londres. Cuando el mayor, que trabaja en un banco, se mudó para la casa paterna a hacer allí la cuarentena, Diego se iba a ir a la casa de un amigo. Pero al final no se dio y se quedó solo. Ya no juega al fútbol y estudia Ciencias del Deporte. >
PLANCHAZO. "Nos dijeron dos semanas, pero todo el mundo sabe que va a ser más. No te quieren traumar y no te dicen que en realidad vas a estar un mes o más. Pero también puede suceder que cuando le digan a la gente dos semanas más o lo que sea van a empeorar las cosas. Depende de cómo quiera uno afrontarlo", argumentó quien lleva dos semanas y media en su casa. Y está preocupado por las medidas que toman los gobiernos sin tener resistencia alguna.
"Si los trabajos se perdieran como se pierden hoy pero en situaciones normales, habría una cantidad de protestas que hoy no hay. Y eso permite a los gobiernos tomar todas las decisiones, que en la mayoría van en contra de los trabajadores, porque la gente está adentro de sus casas. Es una ventaja que tienen hoy los gobiernos, que te pueden encajar un planchazo para hablar en términos futbolísticos, pero como no estás en la calle, no pasa nada", enfatizó y contó que la mayoría de los trabajadores están en el paro.
Poyet contó que aunque el gobierno ha ayudado a las empresas, no hay ayuda para todos. "Yo tengo un excompañero del fútbol que se dedica a llevar gente a jugar el golf a Escocia, pero sin hoteles ni aviones no puede y él no entra en las ayudas del gobierno".
EL REGRESO. Poyet tiene claro que cuanto más demore el regreso del fútbol, más tiempo habrá que darle a los jugadores para que se pongan en forma. Sobre todo para prevenir lesiones. De lo que está convencido es que los campeonatos que se interrumpieron deben terminar. "Deben finalizar como sea. Todos, sea en septiembre, en octubre o en diciembre. No se pueden anular ni decir que se le va a dar el título al que va líder. Habrá que hacer una ley nueva y que se extiendan los contratos de los futbolistas que terminaban en junio. Pero que sea justo para todos lados. Que se le extiendan a todos por igual, no al que quiere el club solamente. Se necesita sentido común, pero lamentablemente es el sentido que más escasea en el fútbol, en la sociedad y en las empresas; en todos lados".
Tiene ganas de volver a trabajar. Está en contacto con mucha gente de fútbol y lo han llamado de varios lugares. "Estoy preparándome, pero siempre me acuerdo de una frase del ‘Turco’ Mohamed que la dijo en México y es una cosa que a mí me pasó con un par de equipos: que cada vez que lo llamaban de un equipo empezaba a ganar. Y pasa. A vos te llaman de un club, te dicen que van a cambiar el técnico y vos te ponés a mirarlo el fin de semana para analizar los jugadores y todo eso y resulta que ganan. Y al otro fin de semana vuelven a ganar o empatan".
Poyet se está poniendo al día con películas y series, lo que no suele ver cuando trabaja. Recién acabó la segunda parte de "Sunderland hasta la muerte", lo que es especial porque allí trabajó. "Ya había visto la primera y era mi oficina, mi lugar, aunque tres años después cuando descendieron. Lo que le pasó a ese club me jode porque lo vi venir y lo dije".
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