Sábado, 20 de Abril de 2024

La historia también la escriben los que no ganan

ChileEl Mercurio, Chile 6 de abril de 2020

La "Naranja Mecánica" holandesa y el Brasil 82 no consiguieron títulos, pero se instalaron a perpetuidad en la memoria futbolera. A nivel doméstico un puñado de equipos acaparó prestigio y devotos, aunque no coronas. Conozca a los capos del ranking sin palmarés.

H ungría no figura entre las naciones europeas que conquistaron la Copa del Mundo (Italia, Alemania, Inglaterra, Francia y España), pero debe ser el seleccionado del Viejo Continente, junto a la Holanda de los 70, más trasgresor del siglo pasado. Los magiares, que sí ganaron la corona olímpica, simbolizan un juego donde también tienen sitial los desventurados del palmarés.
"Pocos equipos en Chile deben haber dado tanto espectáculo como el Coquimbo de los brasileños", presume el exdirigente Miguel Bauzá, en referencia al elenco pirata de 1979 que incluía a los venerados Liminha, Bené y Torino. Sin embargo, aquel conjunto de Luis Ibarra finalizó sexto en el campeonato. "Ese equipo causó expectación en todo el país. Contra Colo Colo llegaron 60 mil personas al Nacional (56.751 controladas). Tenía un juego impresionante, ganó la primera rueda invicto. Ese cuadro se armó con una mezcla de suerte, casualidad e intuición. A Liminha lo fuimos a buscar, había sido preseleccionado brasileño y pagamos 100 mil dólares, mucha plata para la época. Bené se vino a probar, decía que había estado en el Barcelona, pero nadie le creyó; Torino era pelado y con panza, y al primer tiro se desgarró. Le pregunté por él a Elías Figueroa y me dijo que era bueno de verdad, pero que era muy bueno para la cerveza, y que no tenía los 32 años que decía, andaba cerca de los 37. Apostamos y salió un equipo imborrable", resume el empresario.
Si de la Cuarta Región se trata, La Serena de 1958 también marcó una época, con el goleador Carlos Verdejo como emblema. Los granates, recién ascendidos, terminaron a un punto del campeón Wanderers. "Una proeza", fue la evaluación final de la Revista Estadio, calificando a los nortinos como una escuadra "casi estilizada", la "más pareja y atildada" de la temporada.
La Universidad Católica de 1994, con Manuel Pellegrini a la cabeza, es emblema en la materia. "Se juntó una dirigencia capaz que eligió un entrenador extraordinario y un plantel donde había tres seleccionados argentinos campeones de América, más siete seleccionados chilenos. Se destacan muchos nombres, pero el secreto de ese equipo eran los dos mejores volantes centrales de la historia de Chile: Mario Lepe y Nelson Parraguez. En el torneo local enfrentamos a una U muy buena y sucedieron cosas ajenas que avergonzaron al fútbol en general. En la Libertadores, con River nos anularon goles vergonzosos (...) Pero no olviden que ese equipo le dio único título internacional que tiene el club (Copa Interamericana). No solo vale el que gana, porque si no el único que sirve es el millonario, pero el que trabaja duro, con dignidad y no llega a fin de mes, también cuenta", reflexiona Néstor Gorosito.
Brillando en los 80
Una década antes, Rangers se volvió imperecedero para sus fieles. "El 85 llegamos a la liguilla, pero por un tema de gusto la gente se acuerda más del equipo del 83", expone Hugo Solís, exvolante del conjunto talquino, que remató quinto en puntaje (por las bonificaciones de torneo de Apertura se ubicó dos lugares más atrás). Las jornadas de Rubens Nicola, José "Coto" Acevedo y Pablo Prieto, entre otros, movían multitudes. "El bus que nos trasladaba a los partidos de visita se iba rodeado por la caravana de hinchas. Teníamos un entrenador muy zorro (Orlando Aravena), que tácticamente durante los partidos se las sabía todas. El vuelo a ese equipo se lo daba la seguridad defensiva de (Santiago) Oñate, (Juan Carlos) Hernández, (Juan) Ubilla y Atilio Herrera", añade.
Everton también flirteó con el buen gusto, logrando la Copa Chile 1984 y el subcampeonato nacional al año siguiente. "Dos equipos, el de Fernando Riera y Armando Tobar, al menos equivalentes en juego, con una base de titulares que se repiten: (Domingo) Sorace, (Johnny) Ashwell, (Leonel) Contreras, (Sergio) Navarro, Belisario Leiva y (Pedro Pablo) Díaz", observa el cronista Antonio Martínez. "Ese equipo, una mezcla de regularidad y brillo, tomó un segundo aire con los Rojas (Juan Domingo y Carlos) y (Marco) Figueroa arriba", añade Sorace.
Cobresal se hizo robusto entre 1984 y 1989, anotándose en cuatro liguillas y en los dos torneos restantes clasificando a la Copa Libertadores y logrando un subtítulo. La fábula tiende a reducirse al tridente de Sergio Salgado, Iván Zamorano y Rubén Martínez, pero "Bam-Bam" solo jugó la temporada 1987. "Antes pesaba mucho el centralismo y nos hacían jugar siempre la liguilla en Santiago. Con esos tres arriba, asegurábamos 60 goles, porque antes de Zamorano estaba (Nelson) Pedetti también. Lo que jugaba Manuel Pedreros, que de haber sido uruguayo o argentino se lo habrían llevado a Europa seguro. En El Salvador les dábamos un verdadero baile a los rivales, los dirigentes me decían: 'Te llevamos una silla', porque yo sólo miraba, casi que me robaba la plata", dice el exmeta uruguayo Julio Acuña.
La Unión Española 2009, que perdió la final del Apertura ante la U de Sergio Markarián, también cautivó a los puristas. Ganó la fase regular con holgura, con siete unidades más que los azules. "Reconozco que disfruté de ese equipo, era un grupo de jugadores que entendía el juego y como técnico yo solo me sentaba y miraba, no tenía ni que gritar. Lo primero fue elegir bien y después surgen las asociaciones y sintonías naturales, un 4-3-3 muy simple, gran nivel de (Gustavo) Canales, el 'Pipa' Estévez, Braulio Leal, (David) Ramírez, que era algo 'lagunero', pero jugaba muy bien", reseña el DT Luis Hernán Carvallo.
El Audax Italiano de Raúl Toro tuvo la mala fortuna de coincidir con el Colo Colo tetracampeón de Claudio Borghi, pero deleitó con la banda de Carlos Villanueva, Fabián Orellana y Franco di Santo, jugadores con destino europeo. "Esos tres cabros chicos no arrugaban, jugaban con desparpajo, eran flacos, pero atrevidos, y sume a (Roberto) Cereceda, que la pisaba con la zurda, y (Boris) Rieloff que era un avión, más la gente grande. Un año ganamos la tabla anual incluso (2007, con 91 puntos), jugamos una final (Clausura 2006) ante un Colo Colo que era una máquina, pero que en los años siguientes era ganable. Pudimos acercarnos a un par de finales más en esas llaves que perdimos de forma increíble con la U. de Conce (Clausura 2007, semis) y Everton (Apertura 2008, cuartos)", sintetiza el zurdo César Santis.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela