Para tener un futuro mejor

A pesar de las sensaciones de impotencia e incerteza, comunes denominadores de la angustia que se comparte por el coronavirus en todos los rincones del planeta, hay, sin embargo, una convicción innegable que está circulando en redes sociales: la de que la cultura y el arte se incluyan en los futuros planes de desarrollo, entre los bienes de primera necesidad. Porque la cultura no es un lujo, como se ha prejuiciado con frecuencia. Ahora que estamos encerrados nos damos cuenta de ello. Si durante estos tiempos difíciles prescindiéramos de las artes escénicas, musicales, plásticas, literarias y de otras expresiones estéticas que nos llegan on line al hogar, viviríamos una pesadilla mayor de la que ya nos limita la libertad de movimiento. El favor de lo digital facilita ofrecer, de manera gratuita, productos internacionales culturales y artísticos de la más alta calidad. Entre nosotros, a pesar de que los intereses de la cultura y los creativos se han visto tan afectados económicamente, muchos artistas e instituciones también lo están haciendo. Basta conectarse en red para pasar el día con los mejores conciertos, óperas, conferencias, exposiciones, literatura, cine y documentales. Ha sido, así mismo, una nueva oportunidad para rescatar, conocer y sentirse orgulloso de la riqueza de las expresiones populares de nuestro país. El esfuerzo es mantener vivo y vigente el humanismo, y en alto el espíritu y la esperanza en un futuro mejor en el que todos podamos caber. La cultura, lo cultural y el arte son, junto con la educación, los grandes contribuyentes a este propósito. Las inversiones en estos ejes del desarrollo se deben reflejar en los presupuestos nacionales y regionales, que deben vigorizarse, porque es la mejor manera de aclimatar la convivencia y el bienestar general. Más aún en estos tiempos de confinamiento. En Alemania, Angela Merkel y su ministra de Cultura -según lo ha reportado el periódico ABC.es en días pasados- han anunciado el rescate financiero programado, incluyendo 120.000 millones de euros para el sostenimiento del empleo, y una línea de liquidez ilimitada a la que podrán acceder desde los grandes teatros hasta pymes y profesionales afectados por la cuarentena cultural, y han reconocido y garantizado un programa de supervivencia al que podrán acogerse artistas e instituciones culturales. Además, el arte y la cultura son elementos centrales del bienestar anímico individual y colectivo, porque son puentes conducentes a la creatividad y a la apreciación de la misma. Dentro de tanto desasosiego, nos ayudan a conservar la salud emocional de todos y cada uno. Ahora sabemos que no hay que estar físicamente presentes para aplaudir, y que se comparte lo bello y lo bueno gracias a la tecnología de fácil acceso. Repensar la cultura ciudadana será también tarea de las instituciones públicas culturales del país, ya que, a partir de la pandemia superada, otros serán los comportamientos de niños, jóvenes, adultos y ancianos en la sociedad. Saldremos superados a respirar la libertad de ser ciudadanos culturalmente activos y en plena titularidad de nuestros derechos en esa órbita. Los carriles democráticos del ejercicio de los derechos culturales tendrán que ser fortalecidos con políticas públicas sólidas, de fácil implementación, y bien financiadas en todos los territorios. La cultura y lo cultural serán gran apoyo para canalizar la desazón en la que quedaremos cuando la guerra biológica sea vencida. Comparto una estrofa del poema que me dedicó Enrique Buenaventura: Hay que cantar ahora, en este minuto, en esta polvareda de segundos. Hoy, aquí, en este cementerio, ¡hay que cantar!
La cultura en los planes de desarrollo
Martha Senn
Repensar la cultura ciudadana será también tarea de las instituciones públicas culturales del país, ya que a partir de la pandemia superada, otros serán los comportamientos de niños, jóvenes, adultos y ancianos.