Miércoles, 24 de Abril de 2024

Los que desprecian a los demás

UruguayEl Pais, Uruguay 7 de abril de 2020


Cada niño extendía el brazo hasta tocar el hombro de quien estaba enfrente


Cada niño extendía el brazo hasta tocar el hombro de quien estaba enfrente. No era el metro de separación que se pide hoy por razones sanitarias, pero funcionaba.> > Importa tener en cuenta aquella práctica en estos tiempos (y en especial en esta semana) como un recaudo dentro de los varios necesarios para que la cuarentena voluntaria tenga efecto.> > Es que el comienzo de una semana que es toda feriado y su coincidencia con los días que se pagan las jubilaciones, puso nervioso a muchos respecto al rigor con que se cumple una cuarentena voluntaria.> > Hay un número importante de gente que la aplica a rajatabla. Están los que deben trabajar y necesitan trasladarse en ómnibus y por lo tanto saben que corren riesgos cada vez que se movilizan.> > No parecen tener el mismo temor los que sin importarles nada se fueron a la costa en esta Semana Santa para hacer turismo. Les es desconocida la aprehensión de quienes no tienen más remedio que ir a su trabajo o de los que cumplen estricta cuarentena pero necesitan salir una vez a la semana al supermercado para abastecerse. Lo único que sienten es total desconsideración hacia sí mismos, hacia sus familias y hacia el resto de la sociedad.
Las imágenes que muestran los medios, permiten tener una idea de lo que está ocurriendo en esta semana tan particular.> > El cobro de las jubilaciones generó movimiento en la ciudad cuando todo indicaba que las cosas se aquietaban. Es verdad que la gente, en este caso personas mayores, necesitan de ese dinero ahora más que nunca. Llama la atención que con la bancarización obligatoria impulsada por el gobierno anterior, aún haya tantos jubilados que prefieran ir en persona a cobrar. Más cuando ese proceso facilitó formas de abrir cuentas y cobrar desde un cajero automático. Esto demuestra, una vez más, que la cantidad de "logros" del gobierno anterior fueron solo papel y palabras, no concreciones. Y demuestra que por obligatoria que sea, la gente igual prefiere ser libre para cobrar como quiera y que se necesita persuasión, más que coerción, para que cambie de hábitos.> > El hecho es que en estos días hubo largas colas para cobrar la jubilación y eso implicó aglomeración. La policía logró, como en los viejos tiempos escolares, que cada uno guardara la necesaria distancia. Eso fue bueno.> > Esta práctica se está haciendo visible en muchos lugares. Una reunión de jerarcas de un ministerio con dirigentes gremiales se hizo, según mostró la prensa, como debía ser: todos sentados separados entre sí. Los programas televisivos hacen lo mismo: periodistas y entrevistados se ubican con clara distancia. Es más, cuando eso no sucede los televidentes se ponen nerviosos y perciben que hay algo fuera de lugar. Recién cuando se aclara que son imágenes de archivo o que fue algo grabado con anterioridad, quedan tranquilos. > > En ese contexto, golpea fuerte que algunos, por pocos que sean, vivan con desprecio a la realidad. Con hoteles, campings y termas cerrados, el movimiento de gente se redujo sustancialmente. Pero quedó la costa y si bien la disminución fue notoria, no fue total.> > Un caso emblemático fue la imagen del auto parado ante un control en el que el chofer (que iba con su esposa y sus chicos) justificaba su viaje diciendo que iba a ver "a la vieja". La escena fue ridícula. Se sabe que las personas mayores son quienes deben guardar la cuarentena más rigurosa y solo reciben en la puerta, ni un paso adentro, y ciertamente no a nietos que se comunican mediante videos y skype. El oficial no comentó nada porque sus órdenes eran, como corresponde, persuadir no obligar.> > Después están las playas en Rocha y en Maldonado. Y alguno que tiene casa en un balneario y va de un lado a otro cumpliendo la cuarentena a conveniencia. De eso modo reparten el virus por todo el país con total desconsideración.> > El gobierno no quiere ni puede imponer coercitivamente una cuarentena obligatoria y tiene razón. Por fortuna el grueso de la población sabe lo que debe hacer y cumple con la cuarentena.> > Pero existe ese núcleo de irresponsables, que les importa un bledo y se creen inmunes sin importarles si contagian el virus por todo el territorio. Por eso su conducta provoca indignación y rechazo en la población. Pero están vacunados, no contra el virus, sino contra ese enojo. Por eso actúan con tanto desprecio.
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