El tablero de Pro empieza a moverse cerca de dos polos

En etapa autocrítica, Marcos Peña les ruega a incondicionales y exministros que le digan "qué hizo mal". Entre partidas virtuales de bridge y compromisos con la fundación FIFA, Mauricio Macri da sostén político al "ala dura", que encabeza Patricia Bullrich. Activa en reuniones vía Zoom, María Eugenia Vidal estrecha lazos con su histórico aliado, Horacio Rodríguez Larreta, quien mientras consume sus horas en la lucha contra la pandemia escucha a quienes le piden que acelere su armado político con vistas a los próximos compromisos electorales.
La silenciosa pero creciente actividad de quienes hasta hace seis meses conformaban el cuarteto del poder en la Argentina es una muestra elocuente. Aun con los tiempos que impone la pandemia, el macrismo empieza a debatir el futuro y su liderazgo político desde la oposición, hoy con dos cabezas visibles: la del expresidente, de cuarentena en su quinta Los Abrojos y con posturas críticas al Gobierno, y la del jefe de gobierno porteño, enfrascado en la lucha contra la expansión del coronavirus en la ciudad, principal bastión de Pro, en alianza operativa con la Casa Rosada.
El viernes de la semana pasada, Larreta y Vidal conversaron sobre el coronavirus, con el vicejefe de gobierno Diego Santilli y los diputados Cristian Ritondo y Álvaro González como testigos.
Larretistas y vidalistas definen aquel cónclave como el inicio de una "construcción política", un año antes del cierre de listas para elecciones de diputados nacionales. Allí, según contaron a LA NACION desde ambos sectores, se habría acordado "encargar" a la exgobernadora bonaerense el armado en el principal distrito del país.
"No tengo ninguna decisión tomada sobre candidaturas. Pero me divierte trabajar por la unidad en la provincia", dejó trascender Vidal desde su cuarentena. El mismo Santilli, Jorge Macri y Emilio Monzó, los tres hoy cercanos a Rodríguez Larreta, tienen muchas de sus fichas puestas en la provincia, aunque Vidal confía en su buena imagen pública y deja en claro que "las candidaturas las ordena la gente".
Agobiado por el aumento de casos de coronavirus en la ciudad, Rodríguez Larreta coincide con Vidal. "Hoy no se puede hacer política con la pandemia o apostar a que al Gobierno le vaya mal", afirman desde ambos sectores, en crítica velada al sector de los "duros", que encabeza Patricia Bullrich, con el aval del expresidente, con duras críticas al Gobierno por su "ataque a las libertades" y a "la búsqueda de impunidad" para la vicepresidenta Cristina Kirchner.
"Hay exministros que están en silencio y permiten que ese lugar lo ocupe otro", dijo el exsenador Miguel Ángel Pichetto, que conversa seguido con el expresidente. "La misma frase me la dijo Mauricio esta semana", juraba un exfuncionario hoy cercano a Larreta. Casualidad o no, los exministros Alejandro Finocchiaro, Andrés Ibarra y Rogelio Frigerio (hoy en tándem con Monzó) salieron a las pocas horas a defender su gestión de las críticas de sectores del kirchnerismo.
Vasos comunicantes y una común preocupación por la unidad unen a ambos polos. "No va a haber uno sin el otro. El primero que necesita un Mauricio fuerte es Horacio, y si Mauricio quiere volver, necesita una buena gestión para mostrar en la ciudad", resume un dirigente que goza de la confianza en simultáneo de Rodríguez Larreta y Peña.
"A Mauricio nadie lo contiene, ya no están Marcos ni (Francisco) Cabrera, que cumplían ese rol", tercia otro exfuncionario. El exjefe de Gabinete, que habría recibido duras respuestas por parte de exsubordinados cuando les pidió que sinceraran sus críticas, habla de manera "permanente" con Macri, aunque sin la cotidianeidad de la última década.
Nadie sabe, a ciencia cierta, si Macri será o no candidato a diputado el año que viene. "Él quiere seguir estando", repiten a su lado, y lo ven conversando "con todos". Esta semana anunció un partido de recaudación de fondos desde la FIFA, pero también se encargó de los suyos: dijo presente con condolencias al diputado mendocino Omar de Marchi por el fallecimiento de su padre.
"Horacio tiene que armar más rápido, juntar las piezas. Cuando Macri quiera volver y con él aparezcan Bullrich, (Fernando) Iglesias o Pichetto, no sé si lo va a enfrentar", se lamentaron cerca de Monzó, y no descartan "ir por afuera y sacar 5 puntos", si el expresidente y los "duros" coparan los principales lugares en las listas de candidatos.
Lejos de la confrontación con el expresidente, a quien jamás critica, Larreta tiende puentes: habló con Bullrich y Pichetto en las últimas horas, y dio aval implícito a dos iniciativas con perspectiva: el armado de planes y equipos desde la Fundación Pensar, con su exministro Franco Moccia y el vicepresidente del Consejo de la Magistratura porteña, Francisco Quintana, como responsables, y dio el okey -junto con Macri- a la creación de una organización de trabajadores de Pro, a cargo del exembajador en México Ezequiel Sabor, para intentar "reconciliar" a los grandes gremios con el macrismo.
"Si Mauricio saliera a criticar al Gobierno cada 15 días, la tensión interna sería invivible. Que haya dos posturas nos permite llegar a la vez al votante duro y a los que piden diálogo para pelear contra el virus. La realidad la terminará ordenando el votante", resume un joven pero experimentado conocedor del hoy agitado mundo Pro.