Jueves, 25 de Abril de 2024

El increíble anecdotario de Iván René Valenciano

ColombiaEl Tiempo, Colombia 30 de mayo de 2020

IVÁN RENÉ VALENCIANO Exfutbolista del Junior y la Selección Colombia

"Estaba en el banco

IVÁN RENÉ VALENCIANO Exfutbolista del Junior y la Selección Colombia

"Estaba en el banco. Bolillo metió al ‘Toro’ Cañas. Luego llama al PF y le dice: ‘Cómo está de gordo Valenciano’. Lo toco y le digo: ‘Profe, yo estoy acá’ ".
JOSÉ ORLANDO ASCENCIO - SUBEDITOR DE DEPORTES @josasc
En las canchas colombianas fue letal: marcó 217 goles en la Liga local, de la que es el máximo artillero nacido en suelo colombiano y el segundo en la historia, tras Sergio Galván. Iván René Valenciano pudo incluso haber llegado más lejos, pero hoy reconoce que le faltó disciplina. Ahora, el Bombardero sigue siendo muy certero, ahora desde los micrófonos, como panelista en el VBar, de Caracol Radio, y en ESPN. Pero además, su experiencia en medios le ha servido para darles rienda suelta a sus anécdotas de 20 años de carrera, en Colombia, Italia, México, Brasil y Ecuador. Se retiró en 2009, jugando para Alianza Petrolera, en la B. Como muchos futbolistas, Valenciano habla con más libertad tras haber colgado los botines. Pero, además, cuenta su historia con el desparpajo propio de la región Caribe. Así, a los 48 años, Valenciano es una fuente enorme de anécdotas. El primer partido de Valenciano fue en 1988, cuando apenas tenía 16 años. Para jugar ese partido tuvo que pedirle prestados los guayos a su papá, Ariel, delantero campeón con Junior en 1977 y 1980. Pero la primera gran anécdota de su carrera, en la que pagó toda la novatada, ocurrió en el vuelo hacia Bogotá, donde debían jugar contra Santa Fe. Ese día marcó su primer gol. "Íbamos de Barranquilla a Bogotá en un vuelo de Aces. Estaba sentado, y César Calero llegó y me dijo: ‘Pelaíto, ve ahí al frente donde está la cortina, cómprate dos hamburguesas y dos Coca-Colas. ¿Tú quieres una?’. Yo le dije que claro. ‘Entonces, ve y pide tres’. Acá en este vuelo sí venden, en otros, no. Y yo me paro, corro la cortina y voy y las pido. La muchacha apenas me miró y me dijo que acá no vendían eso...". Con Junior fue goleador del campeonato en 1991, y ese año fue convocado a la Copa América por Luis Augusto García, pero casi se queda por fuera debido a una imprudencia en la que también fue protagonista Albeiro Usuriaga. "Estábamos concentrados en Bogotá y faltaban dos días para sacar la lista definitiva. Íbamos para el entrenamiento y empezamos a hablar con el Palomo. Él me dijo: ‘En esta Selección tenemos que ser titulares tú y yo. Este man tiene a esa partida de viejos, Iguarán y la ‘Gambeta’ Estrada’. De lo que él no se dio cuenta es de que detrás estaba el Chiqui. Yo apenas le decía: ‘No, el profe es el que sabe’, y él me respondía: ‘Qué va, ¡ese profe no sabe nada!’. El Chiqui se dio cuenta de todo. Yo apenas le dije que yo no había dicho nada, y él me respondió: ‘No los echo a los dos porque los necesito’. Pero al Palomo se la cobró en la Copa", recordó. Valenciano fue a la Selección sub-23 que dirigía Hernán Darío Gómez y clasificó a los Juegos Olímpicos de 1992. Allá, en Barcelona, ocurrió una anécdota relacionada con la cerveza, que le apasionaba. Hoy no consume licor. "Eso fue en la villa olímpica, íbamos (Víctor) Pacheco y yo. Salimos a caminar y entramos a un restaurante de comidas rápidas. Cuando salimos había un dispensador de cerveza. Nos miramos, y Pacheco me dice: ‘Anda, gordo, vamos a meternos unas frías aquí, nadie se va a dar cuenta’ ". Valenciano sigue contando, en medio de risas: "Pacheco se sentó de un lado del dispensador y yo, del otro lado. Ya llevábamos como 12 cervezas cada uno cuando Pacheco me dice: ‘Eche, gordo, ¿tú no estás ni mareado?’. Y yo le respondo: ‘Yo lo que estoy es barrigón de tanta cerveza’. Y luego dijimos que nos tomábamos las dos últimas y nos íbamos. Dijimos: ‘Vamos a mirar cuántos grados de alcohol tiene esta cerveza, tú sabes que la Águila tiene el 4 por ciento’. Cuando cogimos la lata, decía ‘cerveza sin alcohol’. Le pegamos una patada al dispensador, estábamos tomando era pura agua". Valenciano fue expulsado en el primer partido de los Olímpicos, contra España. "Yo estaba arrodillado en el banco. De pronto veo que Bolillo mete al ‘Torito’ Ómar Cañas. Luego llama a Elkin Sánchez y le dice, mirando para la cancha: ‘Mirá, Elkin, mirá a Valenciano, ¡este man está muy gordo!’ ¡Yo estaba a su lado! Apenas le dije: ‘Eche, profe, yo estoy acá!". Bolillo confundió a Cañas conmigo. Lo llamó a la raya y le dijo: ‘Salite, juguemos con 10, estás muy gordo...’ ". En el Atalanta, a donde fue transferido tras los Olímpicos, Valenciano se encontró como DT a Marcello Lippi, que en 2006 fue campeón mundial con Italia. Y ahí tuvo problemas con el idioma. "Un día Lippi me llama para entrar, me da las instrucciones y me dice: ‘Vos, capito?’ (que si había entendido), y yo le digo que sí. Íbamos perdiendo 1-0 y al final perdimos 3-1. Cuando entré al camerino, el man me dijo de todo. Yo me quedé mirándolo, y me dijo que me fuera. Yo me quedé ahí: ni le entendí las instrucciones ni tampoco cuando me echó. Al día siguiente me dio las mismas instrucciones. Me volvió a preguntar: ‘vos, capito?’. ¡Y volví y le dije que sí!". No fue la única anécdota de su paso por Italia: "Recién me compra el Atalanta, en el primer entrenamiento me dan un BMW. Yo me había comprado unas chancletas Nike, una bermuda, una camiseta, un reloj Raymond Weil extraplano y una cadena gruesa, y me puse todo eso para ir a practicar. Llegué al entrenamiento con música de Tito Rojas. Yo veía que todo el mundo me miraba y yo decía que era por ser la nueva contratación. El director deportivo, que era Claudio Gentile, me habló, pero no le entendí un carajo. Luego, el asistente de él habla con Paolo Montero, y él me traduce: que me fije cómo vienen vestidos mis compañeros. Cuando terminamos de entrenar, todos salen de saco y corbata. Salí por otra puerta, me dio pena". Atalanta tenía uniformes para cada ocasión. "Había traje para el verano y para el invierno, y a mí no me dijeron nada. El de invierno era traje azul, camisa azul clara, corbata azul, cinturón y zapatos marrones. El de verano, traje gris, correa y zapato negro. Íbamos para Milán: yo me presenté con pantalón gris, camisa azul clara, saco azul, correa negra y zapato marrón. Cuando llegué al comedor, todos se quedaron mirándome, y yo le digo a Paolo Montero que todos combinaron mal. Y él fue el que me respondió que el que combiné mal fui yo. Me multaron con mil dólares". A su regreso a Junior hubo otra historia con Pacheco y la cerveza. "No voy a decir el técnico. Estábamos concentrados y después de los partidos nos tomábamos la cervecita. Normalmente le decíamos al técnico. Un día entra el profe, me dice que quiere una cerveza. Le decimos: ‘Profe, no estamos tomando’. A la media hora, igual: entra, pregunta, le decimos lo mismo. Y empieza a revisar el cuarto. Y así hasta la medianoche: ahí nos dijo que le sopláramos un ojo. Nos sintió el aliento. Ahí preguntó dónde la escondíamos: nosotros desocupamos el tanque del sanitario, lo llenamos de hielo y ahí teníamos cerveza y whisky. Y luego nos preguntó qué hacíamos con las latas: las metíamos en una bolsa negra y la amarrábamos con una pita. El cuarto daba a la calle, allá las sacábamos por la ventana".
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