Jueves, 28 de Marzo de 2024

Espacios de distensión entre colegas empiezan a ganar un lugar en la era del teletrabajo

ChileEl Mercurio, Chile 5 de julio de 2020

Las relaciones sociales son un factor de protección emocional. Por eso cada vez más empresas crean comunidades de intereses, organizan desayunos a distancia o líneas de apoyo.

"Cuando nos conectamos la vida es mejor". Ese es el mensaje que reciben los trabajadores de Bayer al abrir en su casa una caja que contiene el desayuno. Este es el acompañamiento para un encuentro por videoconferencia en que participan hasta 13 trabajadores junto a uno o más gerentes. No se habla de trabajo, sino de lo que sienten, cómo están pasando la pandemia, de sus angustias y sus alegrías.
"Esto ya lo hacíamos en forma presencial, pero tras la pandemia realizamos una prueba piloto y los cupos se llenaron. Ya llevamos ocho reuniones y en cada una tuvimos lista de espera. Nos dimos cuenta de que la gente tiene muchas ganas de expresarse", dice Angela Schmitz, quien trabaja en el área de Recursos Humanos en Bayer Chile.
La compañía no solo realiza esta actividad, también abrió una línea de asistencia para sus trabajadores para hablar de temas legales, finanzas personales, alimentación sana, ayuda psicológica, entre otros. Además, han implementado las llamadas "Pausas activas", una rutina de ejercicio en medio del trabajo.
"El objetivo era retomar un contacto más cercano que todos extrañamos. Al fin y al cabo pasábamos la mayor parte del día en la oficina, con nuestros compañeros de trabajo, y de un momento a otro, eso que era normal, dejó de serlo. Por lo mismo, se volvió fundamental buscar una instancia de conversación más personal para hablar de lo que estaba pasando en la empresa, pero sobre todo, poder escuchar a nuestros colaboradores y entender cómo han estado viviendo esta situación tan particular", dice Gabriel Assandri, gerente general de Bayer Chile.
Así como esta, ya son varias las empresas que han visto la necesidad de abrir espacios para la comunicación informal, más cargada de vivencias y emociones. "'El Jappening' se reía de esa parte informal de la oficina, de esos momentos improductivos. Una empresa, vista de la manera tradicional, debería estar contenta de perder esos espacios ya que gana en productividad. Pero en la realidad eso no es así. Las personas se nutren emocionalmente en sus trabajos y las empresas reconocen que deben retornarle esa parte de la vida que, probablemente, les hace trabajar mejor: las conversaciones de pasillos, los saludos, etc.", dice Jaime Otazo, doctor en Comunicación y académico de la U. de la Frontera.
Everis, empresa de tecnología, también generó varias de estas instancias. "El factor emocional es muy relevante en estos momentos, ya que hay una sensación de miedo e incertidumbre", dice Patricia Adriazola, directora de People en Everis.
En esa empresa comenzaron con un gimnasio virtual, pero también crearon otras instancias. "Nos dimos cuenta de que los más angustiados eran los padres y creamos charlas con especialistas, lo que luego derivó a una red de padres y madres en las que pueden compartir experiencias", dice Adriazola.
Además han creado comunidades informales en las que los trabajadores pueden hablar de sus intereses. Las hay de Netflix, libros, cocina, música o juegos. Además, abrieron una línea de ayuda emocional con especialistas.
"Estar en confinamiento no es fácil. Históricamente ha sido un castigo y las consecuencias de ello es el desequilibrio emocional, ya que te restringe una parte del mundo a la que no tienes acceso. Esto se traduce en angustia y ansiedad", dice Carlos Araos, doctor en Ciencias de la Información y académico de la Escuela de Psicología de la UAI.
"Pero la gente tiende a buscar el equilibrio, y en este escenario, lo hace humanizando una comunicación mediatizada por la tecnología. Las teleconferencias, antes circunscritas al espacio laboral, pierden esa naturaleza y comienzan a ser tomadas por espacios informales y espontáneos. Las empresas han estado abiertas a adoptarlo, porque de no hacerlo es como negar la poca agua que te está quedando", agrega.
Coincide Andrés Pucheu, doctor en Psicología y profesor de la U. de los Andes. "El estado emocional de las personas se ve afectado en gran medida por lo colectivo. Las personas regulan sus emociones en el contacto con el otro y en Chile más aún, ya que somos una cultura colectivista. Pensar en el trabajo como una fuente de ingreso y el cumplimiento de metas genera estrés. Por otro lado, hablar con otras personas de temas distintos compensa esa ansiedad".
"La llegada al teletrabajo ha sido un aterrizaje forzoso para muchos. Abrir estos espacios de informalidad permite volver a generar vínculos que se estaban perdiendo", añade Nicolás Hanckes, fundador de HCM Front, plataforma de gestión integral de personas.
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