Renovación en el BID

Debate nacional y en el continente desencadenó la candidatura del norteamericano-cubano Mauricio Claver Carone a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Quienes se oponían a su elección invocaron la defensa de un principio no escrito, que obligaría a los Estados Unidos, principal aportante y fundador, a conceder la presidencia de la institución a representantes de los restantes países de América. Algunos gobiernos latinoamericanos insistían en el deber de respetar la tradición y mantener la conducción del banco en la región. Otros, la mayoría, promovía la renovación y valoraban los aportes y relaciones con Estados Unidos.
Tras la renuncia de los otros dos postulantes, se impuso el pragmatismo sobre el polémico principio: Claver Carone fue electo como único candidato con la voluntad mayoritaria de los gobiernos del continente, sin ningún voto en su contra, tampoco a favor de la postergación de la elección, que resultaba desaconsejable para la fluidez de los urgentes financiamientos regionales.
El desenlace evidencia la falta de coordinación y realismo de algunos gobiernos y cancillerías latinoamericanas que, no obstante una activa campaña opositora, no lograron presentar una alternativa viable al candidato vencedor.
El liderazgo del BID, por Estados Unidos, debería implicar fortalecer su capital, agilizar y abaratar sus operaciones y aumentar los medios disponibles para impulsar el desarrollo de América Latina y el Caribe, en un momento de crisis económica y social generalizada, sin precedentes. La nueva condición de EE.UU. en la dirección de la mayor institución financiera regional del mundo, sin ser beneficiario de sus préstamos, aumenta su influencia continental y podría facilitar el acceso a nuevos recursos provenientes del más importante mercado y centro financiero internacional.
La necesidad de una renovación del BID es tan evidente como imperativa. En más de 50 años desde su fundación ha tenido solo cuatro presidentes y tres han permanecido por más de 15 años en sus cargos. Son conocidas las contrataciones sucesivas de una multiplicidad de asesorías, algunas por consideraciones políticas más que técnicas, que favorecen endogamias, aumentan innecesariamente la burocracia y los gastos de operación, encarecen los préstamos y restan su competitividad con el financiamientos de la banca privada, ahora a bajísimas tasas de interés. Claver Carone anunció que se desempañará solo por un período, lo que en sí mismo debiera representar un cambio en el modo en que hasta ahora ha sido conducido el organismo.