Sábado, 20 de Abril de 2024

Se puede cuidar al planeta con una mínima fracción de lo invertido en la pandemia

ChileEl Mercurio, Chile 26 de octubre de 2020

Si durante cinco años se destina anualmente una décima parte del dinero gastado en la emergencia sanitaria, se podrían finalmente reducir las emisiones contaminantes y limitar el aumento de la temperatura.

Limitar el aumento promedio de la temperatura del planeta en 2 ºC era el objetivo original del Acuerdo de París, consensuado en 2015. Sin embargo, informes posteriores alertaron que la meta debiera ser de 1,5º. Solo así se podría parar la extinción de las especies.
Pero el panorama es sombrío: hoy el mundo está en riesgo de sumar 3º a su termómetro y la urgente necesidad de recuperarse de la pandemia podría agravar aún más este escenario.
Sin embargo, no todo estaría perdido y la crisis sanitaria podría ser más bien una oportunidad que una amenaza. Si durante los próximos cinco años se invierte en combatir el cambio climático solo el 10% de lo que se ha destinado para combatir el covid-19 y levantar las economías alrededor del mundo, la recuperación tras la pandemia podría ser una que, al mismo tiempo, disminuya las emisiones contaminantes, asegura un trabajo publicado en Science.
Recursos nunca vistos
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, todos los gobiernos han debido destinar fondos para paliar sus efectos. Hasta ahora, se estima que han sido 12 billones de dólares los que se han invertido, en su gran mayoría, en salud y en suplir la falta de ingresos individuales. "Si solo una fracción de este dinero se invirtiera en planes de recuperación climática, el mundo podría lograr una energía cero carbono a mediados de siglo", dice Marina Andrijevic, investigadora de Climate Analytics, Alemania, y coautora del estudio.
No se trata de desviar dinero de los estímulos covid-19 o de otras inversiones que ya existen para disminuir las emisiones de carbono en la industria, agrega, sino de proporcionar nuevas soluciones que impulsen simultáneamente la recuperación de la economía y los esfuerzos para detener el cambio climático.
"Para reactivar la economía a nivel planetario se está usando una cantidad de recursos que jamás se podría haber imaginado en condiciones normales", asegura Rodrigo Arriagada, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, director del Núcleo Milenio Centro para el Impacto Socioeconómico de las Políticas Ambientales (Cesiep) y académico de la Universidad Católica. "Ello abre una tremenda posibilidad de pensar cómo se gasta esa plata", agrega.
Invertir en energías renovables no convencionales y propiciar la reconversión de las industrias, así como crear incentivos y regulaciones para posibilitar la descarbonización son parte de las acciones necesarias en todo el mundo.
Una forma de hacerlo sería a través de las energías limpias, como la solar o la eólica, ya que requieren una gran cantidad de mano de obra local para su instalación, explica Luis Cifuentes, académico de Ingeniería de la Universidad Católica y miembro del Centro de Cambio Global UC. "Se generan empleos hoy, que es lo que se necesita con urgencia, pero también se obtienen beneficios ambientales a largo plazo", dice.
El reacondicionamiento energético de las casas, que en el caso del sur de Chile es urgente por el uso de leña para calefacción, sería otra estrategia. Esto también, generaría empleo hoy, pero además permitiría reducir el consumo de energía y la contaminación por décadas, asegura el académico.
Si bien la recuperación verde debiera ser asumida por todos los países, en términos globales son Estados Unidos, la Unión Europea, China e India quienes tendrían que hacer los mayores esfuerzos, asegura el investigador Rodrigo Arriagada. Por su tamaño y la cantidad de fondos destinados a la recuperación son ellos los más gravitantes para lograr la meta.
"En esta crisis las diferencias entre las economías desarrolladas y emergentes nos recuerdan la necesidad de mirar más allá de las fronteras y colaborar internacionalmente para lograr que la recuperación climática beneficie a todos", dice David McCollum, académico del Instituto de Investigación de Energía Eléctrica, Estados Unidos, y coautor del estudio.
"Así como estamos logrando aplanar la curva del covid-19, debiéramos poder aplanar la curva del cambio climático", agrega Luis Cifuentes. El problema es que a diferencia de la crisis sanitaria, que se desarrolló de forma muy rápida y con un riesgo inminente para la vida, la crisis del cambio climático no siempre es evidente.
"La pandemia demostró que se pueden hacer cambios radicales en el modo de vida y en el consumo", agrega el científico. Algo que es fundamental para mantener el alza de la temperatura del planeta en 1,5º.
1.600
millones de personas vivirán con riesgo de inundaciones a mediados de siglo si las temperaturas siguen subiendo.
3 mil
millones de habitantes tendrán que subsistir con escasez de agua en 2050 si no se cambia la forma como se cuida el planeta.
17%
disminuyó la emisión mundial de CO {-2} por el confinamiento en abril. Solo dos meses después ya se habían recuperado los niveles de 2019.
Efectos del climaEn 2018 cerca de 108 millones de personas de todo el mundo necesitaron ayuda tras verse afectados por tormentas, inundaciones, sequías e incendios forestales, asegura el "Informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2020: información sobre riesgos y sistemas de alerta temprana", presentado por la Organización Meteorológica Mundial. Se estima que para 2030 dicha cifra podría doblarse, mientras que la ayuda necesaria podría alcanzar un costo de 20 mil millones de dólares al año.
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