Martes, 23 de Abril de 2024

Crecer con las crisis

ColombiaEl Tiempo, Colombia 30 de octubre de 2020

Escritor - Conferencista

Escritor - Conferencista. oasisgonzalogallo@gmail.com

Cuenta la historia que hace años un sabio sufi le dijo en Persia a un califa que estaba desalentado por una crisis: "Solo se avanza enfrentando lo contrario y es necesario perder para mostrar de qué eres capaz y animarte a triunfar. Tu rival no es la persona que juzgas o miras mal al verla como tu competidor. Mira en el espejo…, esa es tu competencia. Asume una crisis como un reto para lograr lo mejor, como un aprendizaje de fe, paciencia, aceptación o coraje". El califa lo escuchó con atención, le dijo que pidiera lo que quisiera y el sufi sonrió y le dijo: No necesito nada. Y agregó: "Sé consciente de que si algo te desafía, no te cambia. Nada valioso se aprende en la vida de lo fácil". Antes de irse el sabio sufi llevó al califa a un viñedo que estaba cerca y le mostró algo: "Mira, está comprobado que el mejor vino se obtiene de vides cuyas raíces han tenido que buscar con esfuerzo la mejor tierra". Aprende de esto y despierta al chamán de la tribu que llevamos dentro y deja que la fuerza de la vida te revitalice. Esto resulta simple si confías y eliges vibrar en amor a ti mismo, a Dios, a los demás y a la fantástica creación. Caminar en amor auténtico te pide dejar de lado todo o que separa como juicios, exclusión, desigualdad, codicia y agresión. Por falta de autoamor hay humanos buscando recetas mágicas ante una crisis y andan erráticos y ávidos de amuletos. Busca dentro de ti, sigue las intuiciones de tu corazón, armoniza tu vida con amor, consciencia y coherencia. Sigue adelante. Cayendo es como crecemos y quedándonos en el suelo es como nos estancamos. Deja de pensar en el pasado y en el futuro; la vida se vive en el presente que se escapa fugaz. La mejor forma de crecer con lo que se ve como un mal es sanar el ayer, amar en el ahora y afrontar tus miedos con una fe firme. Había una vez un jardinero sencillo y bueno que trabajaba para un rey que, a veces, se paseaba por sus tierras. Cuando lo hacía se detenía a observar el trabajo del jardinero y le llamaba la atención verlo sonriente y tranquilo. El rey tenía supuestamente todo, pero no era feliz y tuvo la buena ocurrencia de ir a la humilde casita del jardinero. Llegó disfrazado y le dijo: "Su Majestad me ha encargado averiguar cómo viven sus servidores, vamos y me muestras lo que haces". El buen hombre le presentó muy amable a su esposa y sus dos niños y llevó a ese personaje a recorrer los jardines. Le explicó en detalle todo el proceso de las plantas desde la semilla hasta el florecimiento o la cosecha de los frutos. El rey se maravilló al ver todo el amor y la paciencia que ese ser ponía, y el cuidado ante las sequías y las plagas. Sacó grandes lecciones, pero la mejor fue hacerse amigo del jardinero y aprender de él a disfrutar la vida y a enfrentar las crisis o sequías con paciencia y ánimo resuelto. La verdad es que podemos asumir un problema como una oportunidad y es lo que en su cultura practican en Japón. Las expresiones Shoganai y Gamán lo muestran bien. Ambas hablan de aceptar con serenidad y con actitud positiva lo adverso. El reto es dar lo mejor sin hacer resistencia.
Gonzalo Gallo González
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