El Comercio, Perú
29 de noviembre de 2020
A paso lento, el ombligo del mundo muestra señales de reactivación. Según la Cámara de Comercio del Cusco, solo el 10% de locales del centro histórico ha reabierto.
Por Claudia inga MartínezPeriodista
Han pasado casi cuatro meses desde que Silvia Uscamayta tuvo que abandonar el local que albergó a su agencia de turismo por más de 25 años en la Plaza de Armas de Cusco. Pero, cada vez que pasa por ahí, no puede evitar ir a preguntar si sigue disponible para cuando el turismo retome sus bríos.
Ahora, operando online y con el ahorro del alquiler, Personal Travel Experience se ha reorientado al turista nacional. Uscamayta cuenta que en los últimos días empieza a ver un flujo gradual de turistas cusqueños y nacionales por la gratuidad de los sitios turísticos. Hasta el momento, han atendido a tres grupos para visitar Machu Picchu y la red de Caminos Inca. No obstante, los ingresos aún no permiten cubrir los costos operativos.
Para fin de año no hay nada cerrado, solo cotizaciones. Muchos se desaniman por los costos del tren y el bus para Machu Picchu, y porque los niños menores de 12 años no pueden ingresar a los atractivos, afirma. Pese a ello, ve esperanza en diciembre.
A una cuadra de la plaza se encuentra el hotel La Posada del Viajero, que tras siete meses cerrado reabrirá sus puertas el 18 de diciembre. Antonella Ferro Acuña, dueña del hotel, comenta que regresarán cobrando 35% menos para atraer al turista. Desde ya recibe algunas llamadas y regateos. Pero este fin de año, asegura, no será en absoluto como antes.
?A estas alturas ya tendríamos ventas al 98% para Año Nuevo, ahora tenemos una o dos reservas?, cuenta. Pero confía en que habrá más y tendrá el hotel al 40% de su capacidad.
De acuerdo con Rosa Pino, presidenta de Reactiva Cusco, de la Cámara de Comercio de Cusco, solo el 10% de los locales del centro histórico ha reabierto a la fecha. Y el riesgo de quebrar aún está. ?La inestabilidad política y la incertidumbre afectan?, apunta.
Actualmente, el flujo de turistas representa entre el 10% y 15% de un mes normal, agrega. Una cifra que no anima tanto a Álvaro del Águila (56) como para retomar su pasión por más de 35 años: ser guía turístico.
?Pienso esperar un poco más al turismo receptivo, mientras tanto me he dedicado mucho más a elaborar piezas de mosaico en vidrio?, cuenta. También vende miel y otros productos para tener ingresos para la casa. A la par, tiene otro proyecto turístico para cuando la situación mejore.
La otra cara de la moneda la vive Isidro Jara, fundador de la pizzería Chez Maggy, quien ya siente mejoras en uno de sus locales. ?Hay días en los que podemos tener hasta el 80% de la venta de antes, también hay días bajos, pero poco a poco se va reactivando. Hay más cusqueños y turistas nacionales?, comenta.
Limbus Restobar también lo nota. Joseph Corimaita, su gerente general, resalta que van llegando más turistas nacionales e, incluso, recibió a un grupo de extranjeros.
?Se ha activado la demanda, la gente hace cola?, refiere. Por supuesto, las ventas son menores, el aforo limitado y la distancia social hace que reciban máximo 70 personas. Antes superaban las 300.
Para fin de año y para una mayor reactivación, pide aumentar un poco más el aforo. ?Un buen cierre de año no tendremos porque hubo meses de cero venta, posiblemente retomemos los niveles prepandemia en el 2022?, proyecta.
Emprendedores
Por si no puede volver a su local de la Plaza de Armas, Uscamayta piensa en montar su agencia en su casa, a tres cuadras de la plaza. Y terminar allí su proyecto de hotel temático.
