Jueves, 25 de Abril de 2024

Una isla de humanidad

ChileEl Mercurio, Chile 29 de noviembre de 2020

En tiempos destemplados y erráticos como los que vivimos, ver "El agente Topo" es entrar es una isla de humanidad, en un pequeño mundo donde los viejos valores del encuentro, la convivencia y el entendimiento no solo sobreviven, sino que además son centrales

En tiempos destemplados y erráticos como los que vivimos, ver "El agente Topo" es entrar es una isla de humanidad, en un pequeño mundo donde los viejos valores del encuentro, la convivencia y el entendimiento no solo sobreviven, sino que además son centrales.
La premisa parece muy sencilla, pero no es por eso menos efectiva. Sergio Chamy, un viudo de 83 años, es contratado por Rómulo Aitken, un detective privado, para ingresar en la casa de reposo San Francisco en El Monte, para que, infiltrado, dé cuenta de cómo tratan a la madre de su "clienta". Dirigida por la chilena Maite Alberdi, la cinta está planteada como un documental, pero como otras películas de la directora, el trabajo revela mucho de ficción. De hecho, la misma premisa inicial parece demasiado perfecta para ser una simple captura de la realidad. A la vez, muchos planos, por la simple posición de la cámara, revelan una puesta en escena propia del cine de ficción. Sin embargo, la cinta contiene muchos registros evidentemente documentales, y la directora refuerza esta sensación al relevarse a sí misma en una imagen o al mostrar (¿o montar?) cómo un trío de señoras se da cuenta del micrófono ambiental que cuelga sobre las cabezas. El efecto final busca, al parecer, que el espectador sea consciente de que está frente a una película y, sea esta documental o no, entienda que ella contiene un buen grado de artificialidad.
Al hacer explícitos sus propios mecanismos, que no en vano se plantean al inicio del metraje, la cinta -y el espectador- se entrega entonces libremente al material que tiene entre manos: la indagación de Sergio. En realidad, al poco andar, la indagación sobre el llamado "blanco" (la madre de la clienta) interesa menos que la indagación sobre el resto de los huéspedes de la casa, compuesto casi por entero de mujeres, sondeo que por supuesto coincide con la de la propia directora, que antes, en "La once" (2014), ya había explorado un grupo de mujeres mayores que se acompañaban en espera de la muerte, y en "Los niños" (2016) había buceado en un "colegio" para adultos con síndrome de Down. En ambos trabajos, Alberdi filmaba los lazos que se establecían entre personas que formaban una comunidad muy al margen de las cosas, de las decisiones y del devenir social. La casa San Francisco tiene algo de ambos mundos. Vemos a sus mujeres de edad enfermas, erráticas, ilusionadas con cosas que no podrán hacer. Algunas ni siquiera se levantan de la cama. Otras se mueven entre momentos de extrema lucidez -y emocionante sinceridad- y momentos en que la cabeza les falla. Todas viven prisioneras de su edad y de su estado, cuestión que la cinta refuerza al mostrar constantemente la reja de entrada de la institución. Si reciben visitas, la cinta rara vez las muestra, lo que reafirma su estado de marginación.
Sin embargo, Alberdi, a través de las relaciones que Sergio -un héroe en propiedad- comienza a armar, se preocupa de mostrar que existen allí personalidades muy nítidas y lazos que se crean a través de las rutinas, de las conversaciones y, también, de las comidas, celebraciones, poesías, bailes y cantos que la cinta incorpora sutil pero definitivamente. En ese sentido, Alberdi es deudora de John Ford, de Howard Hawks y de cierto cine clásico que nos recuerda que una comunidad se arma, se anuda, en la comida que comparte, en las canciones y poemas que se cantan y en las celebraciones y bailes que se disfrutan en grupo. "El agente Topo", en ese sentido, nos asoma a una idea de comunidad fundamental e indispensable, pero de muy rara presencia en el cine chileno o en la cultura chilena actual. Entre tanto ruido, agitación y velocidad, entre tanta causa que defender, tanta condena que gritar, la cinta nos hace recordar de qué estamos realmente hechos. Que haya acudido a los márgenes para mostrarlo solo lo hace más elocuente.
EL AGENTE TOPO Dirigida por Maite Alberdi. Chile, EE.UU., Alemania, Holanda y España, 2020, 90 minutos. Es Cinemark online "DOCUMENTAL"
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