Paralizada la pesquisa por el asesinato

Dos meses después de la muerte de Nilda Álvarez, las vigilias con las que se le recordaba terminaron, las velas con las que se le rememoraba se extinguieron, otros crímenes han ocupado la atención pública y hasta el apartamento en el que fue vilmente asesinada posiblemente sea ocupado ya por otra persona. Es la vida, tratando de abrirse paso y seguir transcurriendo entre indecibles obstáculos.
Solo falta algo, que no es poco, para que se le pueda dar sentido de clausura a este drama que estremeció a Puerto Rico y sacudió hasta lo más hondo a varias familias: que se sepa quién entró al apartamento de Nilda, en Río Piedras, poco después del mediodía del viernes, 13 de noviembre y asesinó a golpes, a puñaladas y mediante asfixia a la mujer de 64 años.
"Me temo que quede en nada", dice José R. Fortuño Candelas, de 65 años, quien fue compañero sentimental de Nilda en sus últimos dos años de vida.
"Fue una muerte horrible. No solo porque sea mi compañera. Era una persona que estaba produciendo, que estaba activa en la comunidad, muere de una manera que uno siquiera tiene noción de qué pasó. Nada la va a devolver, pero su hijo, su mamá, sus hermanos y yo tendríamos la sensación de saber qué pasó. Ahora mismo, lo que tengo son sus especulaciones", asegura.
Pocos días después del asesinato, fuentes policíacas decían que las autoridades habían identificado "una persona de interés". Reportajes periodísticos apuntaron a un deambulante como sospechoso. La familia de Nilda y la Policía sostenían comunicación continua. Parecía que la pesquisa avanzaba. De repente, dejó de fluir la información. Cada vez que Fortuño Candelas o el hijo de Nilda, Omar Crespo, se comunican con los agentes a cargo de la pesquisa, la respuesta es, contó el hombre, "que no hay nada nuevo".
El teniente Ángel Martínez Toro, director de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales de San Juan, dijo a El Nuevo Día que "la investigación está completada", pero que no puede hacer más hasta que el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) complete las pruebas de ADN sobre dos piezas de ropa que el asesino dejó en la escena del crimen. Esa es la misma información que llevan semanas recibiendo los familiares.
La directora del ICF, María Conte, sostuvo que toda la evidencia fue analizada, salvo las pruebas ADN, de las que dijo que estarán listas "pronto". El Nuevo Día supo que la Policía espera por el resultado de la prueba para compararla con el banco de ADN que tienen las autoridades de Puerto Rico, donde hay muestras de personas con récord criminal.
El ADN de la "persona de interés" identificada está en ese banco, dijo una fuente que prefiere que se no se le identifique. Si el ADN de la persona sospechosa coincide con el que está en el banco de las autoridades, se procedería a solicitar una orden de allanamiento que permita tomarle muestras más específicas a dicha "persona de interés".