El Comercio, Perú
2 de marzo de 2021
Investigadora Elena Amerio comparte uno de los descubrimientos recientes más interesantes en la obra del primer artista del Perú colonial: la rúbrica de un pintor que jamás firmó sus cuadros.
Por enrique planas
Fue, literalmente, como si se le hubiera presentado la virgen: la historiadora de arte italiana Elena Amerio (Asti, 1982) nunca olvidará su primer encuentro con la obra de Bernardo Bitti, ?La coronación de la Virgen?, en la sacristía de la iglesia de San Pedro, en el Centro de Lima. La obra la llevó a indagar en el pintor jesuita, olvidado por completo en su natal Italia. Desde entonces Bitti, nacido en 1548, primer artista italiano en llegar al Perú y responsable de introducir el manierismo en nuestro arte barroco, se convirtió en su obsesión.
Los cuadros de Bitti no llevan firma. Si uno quiere descubrir las marcas de identidad del artista, tendrá que buscar las pistas que deja su estilo: el característico movimiento en los dedos, la forma de las orejas, el drapeo acartonado y cortante de las vestiduras de sus personajes. La curadora advierte que en los últimos años, son muchas las deudas que tienen los estudiosos para con Bitti, desde su biografía hasta la materialidad en su trabajo. Investigando en el archivo de los jesuitas en Roma, ella ya ha realizado uno de los descubrimientos más interesantes sobre el artista en las últimas cuatro décadas: encontrar su firma, así como información de sus primeros años de formación en su natal Camerino, su experiencia como novicio jesuita e, incluso, su perdido nombre de pila: Demócrito. ?Creo que he abierto la caja de Pandora, y no dejan de salir cosas nuevas por ordenar?, señala la estudiosa.
Habiéndose formado como pintor entre Camerino y Roma, Bitti conocía las últimas novedades del Concilio de Trento, y teniendo entonces 25 años, para la jerarquía jesuita era el artista ideal para enviar al Perú. Llegó a Lima a los 27 para trabajar por 35 años en nuestras tierras. ?He intentado sumar los kilómetros que pudo haber hecho Bitti en toda su vida en América y he calculado 10 mil, yendo y viniendo de Lima a Cusco, Juli, a Sucre en Bolivia?, afirma.
Con instituciones como la UTEC, la Universidad Católica, la Universidad del Pacífico y el Museo de Osma, Amerio viene trabajando el proyecto de desarrollar y analizar la obra del italiano. Un propósito que se acerca a una efeméride redonda: los 450 años de la llegada de Bitti al Perú, a celebrarse el próximo 2025.
El dato
Invitada por el Museo de Osma, Amerio ofrecerá un ciclo de conferencias sobre Bitti los sábados de marzo, de 10 a.m. a 12 m. Inscripciones al teléfono: 97064-4119.
