Ejemplo que reconforta
La pandemia que nos agobia ha dificultado el reconocimiento y homenaje que justificadamente merecen las integrantes de la selección chilena de fútbol femenino que calificaron para participar en los Juegos Olímpicos Tokio 2020
La pandemia que nos agobia ha dificultado el reconocimiento y homenaje que justificadamente merecen las integrantes de la selección chilena de fútbol femenino que calificaron para participar en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Lograron una opción nunca antes obtenida por el deporte femenino chileno, lo que constituye para nuestro país un nuevo reconocimiento objetivo a las capacidades de la mujer chilena para participar, lograr espacio y tener éxito en la compleja realidad de la humanidad contemporánea.
Este meritorio resultado, logrado con sacrificio personal de las participantes, con poco respaldo de la dirigencia y de la afición deportiva nacional, es, además, un ejemplo de las potencialidades de toda nuestra nación para alcanzar posiciones difíciles en situaciones complejas. Tales propósitos se obtienen esencialmente sobre la base de estructurar unidades en que el objetivo trazado es de mayor importancia que los individualismos. En este caso -y ese es el núcleo de disciplinas deportivas de equipo como el fútbol- lo que interesa es el triunfo y el desempeño en cancha se da en función de esa meta, no importando quién logre el gol de la victoria.
El esfuerzo de las futbolistas chilenas es también ejemplo para encarar la unidad que haga posible responder a los inquietantes desafíos de un futuro que, pareciera, poco nos preocupa. Podrían enseñarnos aquello de la defensa y el ataque.