Jueves, 28 de Marzo de 2024

Reforma, gasolina y aviones

ColombiaEl Tiempo, Colombia 20 de abril de 2021


Jorge Coronel López
Este es un momento oportuno para imaginar una reforma que ponga en su justa proporción la tributación, pero hay que desmitificar que el desajuste fiscal es producto de la pandemia


Jorge Coronel López
Este es un momento oportuno para imaginar una reforma que ponga en su justa proporción la tributación, pero hay que desmitificar que el desajuste fiscal es producto de la pandemia. El desajuste, como el virus, también se incuba. Desde la promulgación de la Constitución empezaron las olas de privatización de empresas. Esto significó renunciar a otras fuentes de ingresos diferentes a los impuestos. Organizaciones sociales y de trabajadores se opusieron a dichas privatizaciones. Denunciaron que era un negocio y advirtieron que sería hambre para el futuro. Tuvieron razón y sus críticas fueron despreciadas. Hoy el Dane reconoce en su Encuesta Pulso Social que 3 de cada 10 hogares consumen solo dos comidas al día, cuando antes de la pandemia era 1 de cada 10. Esto representa hoy cerca de quince millones de personas, equivalente a la población de Bogotá y todo el departamento de Antioquia. Pero en la reforma tributaria presentada se dice que es urgente aumentar el recaudo para reducir el déficit fiscal. Sin embargo, es claro que su interés es tranquilizar a las firmas calificadoras, pero no calmar el hambre ni las necesidades de las personas. Tampoco generar empleo. Por su parte, el Ministro de Hacienda amenaza con que tiene ‘caja para 6 semanas’, pero no se sonroja al decir que $10 billones de los 30 billones los obtendrá por el aumento del IVA. De esta manera mete la mano en los bolsillos de todos con la mentira de la devolución para los pobres. Es falso que el IVA pagado se esté devolviendo. Lo que están haciendo es una transferencia equivalente a $1.600 diarios que no alcanza ni para una bolsa de leche y tampoco le está llegando a todos los pobres. Por la vía del impuesto de renta busca recaudar 18 billones, pero no toca los bolsillos de los mayores ingresos. Es reprochable su incapacidad para poner a tributar a las superricos. ¡Cómo es posible que busque $10 billones con IVA, entre otros a la gasolina, sabiendo el impacto negativo que tendría en los precios y bolsillos de las personas; cuando puede poner a tributar más de $300 billones que están en paraísos fiscales y que según Juan Ricardo Ortega, ex director de la Dian, por ello se deja de recaudar 18 billones de pesos! Este tema no está en el radar del gobierno. ¡Cómo es posible que piense gastarse $14 billones en aviones de guerra, cuando faltan vacunas, la red hospitalaria es débil y se tiene una estructura económica típica del siglo XIX! La necesidad de aumentar el gasto social debe llevar a pensar en un ajuste a las finanzas públicas, pero también en otro ajuste inaplazable: corregir la inequidad del sistema tributario, que explica por qué somos uno de los países más desiguales del mundo.
Economista y profesor universitario. jcoronel2003@yahoo.es
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