Viernes, 29 de Marzo de 2024

Loro Coirón expone décadas de grabados: Perderse en el puerto principal

ChileEl Mercurio, Chile 26 de noviembre de 2021

El dibujante, un vehemente retratista de Valparaíso, reunirá más de 160 obras en Matucana 100. Lleva 25 años deambulando entre los cerros y el plan.

Existen, al menos, un par de instantes cruciales para que el francés Thierry Defert (1948) sea quien es. El primero ocurrió cuando tenía ocho años y vio, junto a su abuela, "Los desastres de la guerra" de Francisco de Goya. "Quedé impactado. Desde entonces, el grabado me fascina. Es una técnica extraordinaria porque es súper generosa. Es multiplicidad. Por eso, siempre digo: una exposición, un concierto o una visita a una ciudad pueden cambiarle la vida a un niño", recuerda el autor, más conocido en tierras chilenas como Loro Coirón, por su pelo algo colorín y su hablar copioso.
El segundo instante fue un flechazo, a sus 47 años. De paso por Chile, debió esperar durante más de dos semanas el barco de regreso y, de tanto recorrer y observar, se enamoró de los porteños. Dos años después volvió de manera definitiva y Valparaíso se transformó en su musa eterna. En dibujos y grabados de múltiples detalles, captura, una y otra vez, su esencia. Ya es Ciudadano Ilustre y sus obras se venden desde las galerías de los cerros -como Bahía Utópica- hasta los quioscos del plan.
-¿Cómo explica el flechazo?
"Amo el puerto, porque hay una cualidad en la mirada de las personas. Si en otras ciudades la gente no te mira ni te saluda si no estás a la moda, en Valparaíso pasa lo contrario. Aquí se vive realmente una existencia bohemia: esa manera de vivir sin molestar al vecino y con toda libertad. Es una forma estética de vivir y de caminar en la calle. La cultura para mí no son la pintura o la música, es la forma de estar con tu vecino. Y Valparaíso tiene la costumbre de ser simpático, hospitalario. Una actitud positiva y generosa que no ha desaparecido ni con la pandemia. Esa parte esencial se ha amplificado en el último tiempo".
-También cruzan su esencia el caos, lo precario, lo improvisado .
"Hay una gran pobreza en Valparaíso. Pero esa ha sido una cosa permanente, porque no recibe beneficios ni recursos de su puerto. Es terrible e impresionante esa injusticia. Sin embargo, para mí el patrimonio tangible es la humanidad. La arquitectura no tiene ninguna importancia, es una cosa provisoria que desaparecerá. A mí no me impresionan los edificios y casas del puerto, sí la manera en que se construyó y la forma de vivir con el vecino. El modo de saludar, caminar, conversar, abrazar. Te vas por dos semanas de Valparaíso y la gente se preocupa, hay un corazón increíble. Es pobre, demasiado pobre. Pero estoy seguro de que una reforma frente a los recursos mejoraría la situación".
A partir del papel mantequilla y el lápiz grafito, y luego con las matrices de sus grabados, Loro Coirón ha retratado el desorden, las costumbres, los ritmos, caras y olores del puerto. Y mucho de eso se verá a partir del próximo miércoles en la sala principal de Matucana 100. El artista presentará más de 160 obras de todas las épocas -incluso de su confinamiento pandémico en Lontué- y tamaños. Hay piezas de mediano formato, pero también de 25, o más, metros cuadrados.
-Además de grabados, usted multiplica sus dibujos con postales. ¿Qué lo conquistó de ese formato?
"Para mí son más importantes que los grabados. Es una filosofía. Me importa que el modelo, a quien dibujé en la calle, pueda recuperar su imagen, comprar la obra. Eso lo permite la postal, porque el grabado puede ser muy caro en la galería. De los originales vivo, pero me encanta la idea de multiplicación y repartición. La postal es sublime: una imagen por 500 pesos. Cuando me compran una postal, me emociono más que cuando compran un grabado en la galería".
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