‘La fortuna’, la serie que revoluciona la historia de piratas

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Andrés Hoyos Vargas-eltiempo@AndresHoy1
Alex Ventura es un joven recién egresado de la carrera de diplomacia que quiere comerse al mundo. Es conservador, tranquilo y ama la ópera, pero terminará atrapado en una intriga que tiene a un barco hundido en el mar que esconde un tesoro apetecido por muchos. Así se podría resumir lo que afronta el protagonista de La fortuna, la miniserie española del famoso director Alejandro Amenábar, que trajo al mundo Tesis, Abre los ojos, Los otros y Mientras dure la guerra, entre otras producciones. Ventura, interpretado por Álvaro Mel, es solo el eslabón de una cadena de acontecimientos que se desatan cuando se revelan los restos de un barco y su fortuna incalculable. Frank Wild (Stanley Tucci) es un explorador que se dedica a encontrar tesoros con el potente poder económico para llevarlo a ser una especie de usurpador con estilo, pero la serie no explota la tensión de la búsqueda, sino el desarrollo de una verdadera batalla legal y judicial por parte de España para tratar de recuperar ese valioso hallazgo. El joven diplomático termina casi por accidente en esa dinámica, que por momentos parece perdida por la temerosa actitud de algunos asesores del Ministerio de Cultura español. Los otros implicados en el caso son Lucía Vallarta (Anna Polvorosa), una experta y un tanto revolucionaria funcionaria, y un abogado estadounidense llamado Jonas Pierce (Clarke Peters). La fortuna, que se estrena hoy, a las 10 p. m. por el canal de televisión AMC, está inspirada en el cómic El tesoro del Cisne Negro, de Paco Roca y Guillermo Corral, en el que se vislumbran algunos vicios del poder. Ya lo decía el propio Alejandro Amenábar en una charla con EL TIEMPO: "Es una batalla de David contra Goliat". Pero en un tono de intriga, con acción y algo de esa tensión de contrarios que se atraen o se necesitan para luchar. "La historia o el pasado me sirve para encontrar claves para entender nuestro presente y el futuro", agregó el director, un fanático de El nombre de la Rosa y, claro, del cómic de Roca y Corral. En seis episodios, la miniserie plantea una carrera contra el tiempo para evitar perder el tesoro, una lucha de fuerzas judiciales y de operaciones escondidas que pueden ser realmente peligrosas para los protagonistas. A la vez, hace una lectura de los conflictos ideológicos por los que pasa la sociedad española y ofrece elementos tan sorpresivos como un magnetismo especial, casi seductor de quien asume el rol de antagonista. Doble viaje "Además de un viaje interior y exterior de Álex (y de los demás, claro), teniendo que solventar obstáculos, experimentando emociones y hasta encarando a otra cultura; sumado a su relación con Lucía, que suma la historia de dos personajes que no están alineados políticamente y acaban acercándose", contextualiza el realizador, que, a pesar de dar varios golpes de crítica a la política, reconoce que la serie no pretende verla como un enemigo. "Aparece un político como el que todos quisiéramos tener de la mano del actor Karra Elejalde", dice, refiriéndose al actor que hace el papel del ministro Enrique Moliner, quien despierta del letargo entre la rutina burocrática de su labor y decide empujar con fuerza la batalla que da vida a la serie. "Para mí, Stanley Tucci y Clarke Peters han sido dos opciones maravillosas (...). Los dos humanizan a sus personajes. Peters lo lleva a esa honestidad y esa simpatía que era muy importante que reflejara el abogado y con Tucci, él intentaba ver las cosas con una dimensión humana; claro, era consciente de que interpretaba al villano, pero de carne y hueso", insiste el realizador, que tiene tiempo hasta para viajar por momentos al pasado, mientras orquesta la buena trama que promete su primera serie de televisión.