Manuel Pellegrini celebra en el polémico "derbi de la vergüenza"
"Se le ha hecho un daño muy grande al fútbol", dijo el entrenador chileno. Su equipo está en octavos de final de la Copa del Rey.
Luego del escándalo del sábado en los octavos de final de la Copa del Rey entre el Betis, de Manuel Pellegrini, y Sevilla en el estadio Benito Villamarín, suspendido a los 40 minutos por una agresión con un tubo de plástico lanzado al jugador visitante Joan Jordán, ayer el duelo se reanudó a puertas cerradas.
Y fue el elenco del ingeniero y del arquero Claudio Bravo (quien estuvo en la banca) el que avanzó a los cuartos de final tras vencer por 2-1.
Pero la polémica no acabó. En España se habla del "derbi de la vergüenza", y se siguió jugando tras el pitazo final. El bético Andrés Guardado, en medio de las celebraciones, tiró una botella hacia su propia cabeza y se tiró al suelo, parodiando lo que había ocurrido con Jordán. Ya el sábado, los verdiblancos acusaron exageraciones y criticaron al DT Julen Lopetegui por incitar a la suspensión.
El aludido Lopetegui reaccionó con molestia, tras discutir con energía en plena cancha con Pellegrini luego del fin de las acciones. "Me parece lamentable la actitud de los jugadores del Betis... Hay que poner el foco en la condición de Jordán, que no ha podido jugar. O condeno o no condeno. O blanco o negro. Las medias tintas me tocan los cojones. Ni él tiró la bandera ni suspendió el partido. ¿Cómo se puede jugar con el agredido en casa? El agredido al final sale perjudicado".
Pellegrini, por su parte, dijo que "coincido con Julen en que lo que sucedió es un hecho absolutamente punible, no se puede tirar un objeto que golpee a un jugador". De todos modos, matizó: "Esto amerita una buena investigación. Hay que ver si un tubo de plástico produce un traumatismo encefalocraneano y es para suspender. Cuando ha sucedido muchas otras veces, se advierte y se ha seguido jugando. Se le ha hecho un daño muy grande al fútbol".